"No confíes en Peter Pan", John Verdon y Dave Gurney han vuelto
«Creo que tú tienes un gran talento para entender los hechos, para descifrar artimañas y resolver crímenes complicados. Y quizás eres tan bueno haciéndolo, y te sientes tan a gusto en ese tipo especial de actividad mental, que el resto de la vida te parece como una desagradable interrupción.»
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El escritor americano John Verdon, como él mismo comentó en una reciente entrevista, siempre quiso estar en otro sitio, hacer otra cosa e, incluso, ser otro. Quizá por eso, después de unos enloquecidos años trabajando en diferentes agencias de publicidad en Manhattan como director creativo, se marchó a vivir fuera de la ciudad, a la zona rural de los Catskill, al norte del estado de Nueva York. Allí empezó a devorar libros, sobre todo de misterio. Fue su mujer, que también había dejado su profesión de maestra, la que lo animó a escribir una novela como sus adorados maestros del género. En 2011 llegó a España con No abras los ojos, a la que siguió Deja en paz al diablo, ambas con gran éxito de crítica y público. Su serie protagonizada por el carismático detective retirado David Gurney, es ya un referente del género negro y criminal. Ahora vuelve a sorprender al lector con No confíes en Peter Pan (Roca Editorial, 2013), que desde hace unos días está ya en las librerías.
«Me gustaría considerarme un buscador de la verdad, pero probablemente sólo soy un pescador de mentiras.» La resolución del último caso del inspector retirado Dave Gurney fue tan espectacular como sangrienta. Hubo muertes, carreras policiales truncadas y unos cuantos trapos sucios de personas influyentes ondeando al viento. Hardwick, amigo personal de Gurney, fue uno de los policías perjudicados durante el citado caso: sus superiores pensaron que despidiéndole arreglarían todos sus problemas. Ahora es un perro rabioso que busca venganza, y se propone demostrar la ineptitud de sus antiguos jefes presentando pruebas que sirvan para revisar algunas condenas muy sonadas. El sistema está podrido como una manzana. La corrupción tiene que ser extirpada. Y él va a ser el cirujano.
Establecido como detective privado, Hardwick pide ayuda a Gurney para la resolución de su primer caso: la apelación de la condena a cadena perpetua de Kay Spalter. La infiel mujer fue acusada de matar a su marido, Carl Spalter, un próspero empresario que pensaba entrar en política. Le disparó a la cabeza durante el funeral de su propia madre. Pero el detective privado cree que todo es una farsa, una trampa. Y Gurney es el hombre indicado para desmontarla. Nada es lo que parece en el caso, y la víctima no era tan íntegra como parecía. Pronto se verán enfrentados a un fiscal implacable, a un policía corrupto que manipuló pruebas, a un jefe mafioso y a un misterioso asesino que mata por encargo: Peter Panikos, Peter Pan, un hombre menudo y diabólico, con un insaciable apetito por el asesinato, un tipo inquietante del que muy poca gente sabe nada. Y los que podrían saberlo, están sospechosamente muertos. Gurney descubrirá que nunca debe confiarse en Peter Pan.
«Gurney se quedó paralizado un momento. Notó ese extraño hormigueo que le recorría cuando creía estar poniendo los pies donde un asesino los había puesto, viendo en buena parte lo que el asesino había visto.» La imaginación y el instinto de Dave Gurney sólo necesitan el reclamo de la verdad. Con las mismas piezas con las que se ha urdido la gran mentira se puede construir la verdad. Sólo hay que lanzar las piezas del puzzle al aire y volver a montarlo de otra manera. Como el mago que esconde sus trucos, así es el asesino al que se enfrenta Gurney. La mano es más rápida que el ojo. Pero el ojo de Gurney no es un ojo cualquiera: es capaz de detectar cualquier pieza mal puesta, y de no parar hasta colocarla en el sitio adecuado.
No confíes en Peter Pan. John Verdon. Traducción de Santiago del Rey y Javier Guerrero. Roca Editorial, 2013. 520 páginas. 19,90 €