Batman Arkham Origins (2013) – Esta sería una buena muerte, pero no es suficiente.
“Batman, un personaje misterioso y aventurero que lucha por la rectitud y para apresar a los malhechores en una batalla solitaria contra las fuerzas del mal de la sociedad. Su identidad todavía es un misterio” Era Mayo el año 1939, meses antes del comienzo de la guerra más brutal que jamás haya visto el ser humano, y un extraño bocadillo, con forma de alas de murciélago, albergaba estas palabras. Nadie imaginaba que aquel número 27 de Detective Comics, publicado por National Publications, iba a cambiar la historia de las viñetas.
Si el difunto Bob Kane levantara la cabeza, no esperaría que su oscuro personaje estuviera en tan buena forma. Tras una prodigiosa trilogía cinematográfica, firmada por Christopher Nolan, era de hora de alabar una estupenda línea de videojuegos. La saga Arkham ha revolucionado la reciente historia del entretenimiento audiovisual, gracias a una ambientación y cuidado de una licencia tan consagrada como la del caballero oscuro. El reciente estreno de Batman: Arkham Origins incita a echar una mirada atrás al paso del detective más famoso del mundo, con permiso de Holmes, en las consolas.
Su estreno en el mundo de los gráficos se dio en 1986 gracias al talento del famoso desarrollador Jon Ritman, que incursó una infinidad de títulos que alentaban aún más la leyenda del personaje. Desde juegos con un puñado de bits en ordenador, a consolas de Sega, Nintendo y Sony, Batman ha vivido momentos difíciles a la hora de conquistar la cima y combatir con los más punteros de la parrilla, ciertos problemas que siempre están patentes en juegos de licencia que conforman un producto, que por lo general, deja mucho que desear. Pero siempre hay una excepción que confirma la regla, aquí entra Rocksteady y una saga difícil de olvidar. Arkham Asylum y Arkham City son obras maestras en el firmamento de los jugones. Gráficos que quitan el hipo, tecnologías de combate que crearían escuela y un guion e historia que reflejan el universo tal y como se ha leído a lo largo de estos 74 años, ingeniando una bestialidad capaz de enganchar a cualquiera que no se considere fan del murciélago, que cierra, por ahora, con un título que nada tiene que ver con Rockstady pero que mantiene, en gran parte, el mismo espíritu.
Batman: Arkham Origins se nos propone como un anecdótico inicio de la saga a modo de preludio, innovando más bien poco. Sistema de juego casi idéntico a sus predecesores, peca por su falta de novedades, cosa que era el punto fuerte de la saga Arkham. Los combates no presentan mejoras, el sigilo se ve levemente ampliado, sumado a la inexistencia de personajes carismáticos del orbe creado por Kane, lo convierten en el peor de la trilogía. Sólo en el punto más detectivesco del juego se ha visto ampliamente transformado, otorgando más profundidad en este sector, dejando de ser un eventual. El modo historia se constituye entretenido, que a pesar de la falta de modernización, tiene una campaña que aprueba pero que no sobresale. Puede que Warner Bros. Games Montreal no tenga el mismo talento que Rocksteady a la hora de ponerle la capa a Bruce Wayne. Sin embargo la nueva aventura de nuestro amigo de orejas picudas no vive sólo de su relato, por primera vez en la trilogía se da el modo en línea competitivo, albergando una interesante lucha entre matones y superhéroes que no finaliza del todo triunfante por problemas de jugabilidad en el apuntado de los matones, un solo modo de juego y mapas escasos. Bien es cierto, y hay que ser justo, que es sobresaliente en la calidad gráfica, en un cuidado exquisito de los detalles y sonido que cuenta con una magnifica banda sonora y trabajado doblaje al castellano.
Los deberes están hechos pero no saca matrícula de honor. Faltan momentos memorables y transformación en uno de los juegos más esperados del año, aunque, claramente, hará las delicias de los fans de DC y satisfará a los amantes de las aventuras gráficas. Gran calidad audiovisual con poco argumento que resaltar, un blockbuster de los videojuegos. Un notable bajo para un personaje que podría romper los estándares conceptuales. Más vale morir como un héroe que vivir lo suficiente para verse convertido en un indeseado. Como dijo el cruzado de la noche en su obra homónima “Esta sería una buena muerte, pero no es suficiente’’.
Álvaro Pérez Fernández