La sana competición
Por MARTA ESCOBAR MARTÍ
El concurso coral estrenado en TV3 (Televisió de Catalunya) rompe con todos los esquemas de los tradicionales programas musicales estrenados hasta el momento.
Jamás el nombre de un programa se había ajustado tan a la perfección como el recién estrenado Oh Happy Day!, un concurso musical en el que nueve corales de diferentes lugares de Cataluña competirán por ganar una gira por distintas ciudades europeas. Se trata de una apuesta televisiva nunca vista hasta el momento que, si bien las comparaciones no son buenas, nada tiene que envidiar a Operación Triunfo o La Voz.
Los fundamentos de Oh Happy Day! se construyen sobre el reto de juntar a 170 personas en un mismo concurso, una suma que puede acarrear cierto pánico por la dificultad de sintonizar a un grupo tan voluminoso de aspirantes que, en el fondo, están luchando por llevarse su trozo de pastel. En otros concursos musicales, el factor competición está muy presente porque cada participante es rival de su compañero. Sin embargo, en Oh Happy Day! el desafío queda superado con creces porque los concursantes llegaron a plató con los deberes hechos de casa. Personas de todas las edades, con profesiones totalmente distintas y de mundos contrarios se unen por poner la piel de gallina a los espectadores con sus impecables cantos corales pero, también, por el sentimiento grupal que les caracteriza.
Todo esto en un programa fresco y dinámico que desafía a sus concursantes a moverse por terrenos completamente distintos de los que habían conocido hasta que les llegó esta oportunidad. Podemos escuchar desde Adele a Freddy Mercury, pasando por Lady Gaga o cantantes catalanes como ElsManel o Lluís Llach. Pop, rock, samba, música clásica o góspel son solo algunos de los géneros que unirán a los integrantes de Oh Happy Day! a lo largo del concurso en el que, por desgracia, en cada edición el jurado deberá eliminar a una nueva coral. Eso sí, quizá sería necesario que, en medio de un jurado tan prestigioso como el compositor Pedro Pardo, los cantantes Guille Milkyway y Elena Gadel, y la actriz Silvia Abril, apareciera una figura semejante a Risto Mejide, que diera un poco de caña a los concursantes.
A pesar de esto, y aunque haya tanto cantantes profesionales como amateurs, los perjuicios no están permitidos en este programa porque lo que le da fuerza y energía es la ternura que transmite cada cantante de cada grupo al sentirse solo uno cuando salen al escenario y haciendo de este modo que los sentimientos del público broten a flor de piel. Así queda reflejado en la presentación del primer Oh Happy Day!, cuando las casi 200 personas que componen el concurso se unen para cantar la canción que le da nombre con una renovada versión en que la letra no podría definir mejor la esencia del programa: “Oh happy day, cada momento es especial si canto contigo”.
Y es que como dijo en una entrevista su presentador, Eduard Farelo, “el esfuerzo individual vale, y vale mucho, pero no sirve si no está en sintonía con un grupo de personas”.●