Adriana Lestido y el amor
Fernando García Malmierca.
Adriana Lestido genera sensaciones con sus fotos de recuerdo y melancolía. Lo que parece un instante singular es un instante transcendido por la ausencia y lo que pudo ser y no fue.
La vida de esta artista viene dada por lo que le arrebataron en un pasado: su pareja represaliada por la dictadura militar. Esto marca un destino sobre la sensibilidad de lo arrebatado sin motivo. En su reciente libro Lo Que Se Ve y su exposición en El Museo Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires, Adriana muestra imágenes de mujeres que sufren, que viven en cárceles, que reivindican a sus muertos en la Plaza de Mayo. Estas mujeres sufren y luchan solas, pero sobre todo añoran a sus seres queridos. El hombre está ausente físicamente, pero siempre presente en un recuerdo, a veces triste, pero siempre esperanzado y vital.
Esa camisa que reposa en una silla, al lado de una mesa con pocos libros y una cama deshabitada, nos lleva a pensar en un amor esencial: es el amor a un hombre, pero es el símbolo de que todo se rehace, se reconstruye con amor, aún en un mundo en ruinas, lleno de fantasmas del pasado.
Las madres y las hijas tienen un vínculo único. Solo una madre puede sentir la vida del otro con esa intensidad límbica. El abrazo de la madre a la hija desnuda la atrae a un vientre simbólico. Es un abrazo fetal que intenta regresar a la niña al útero de su madre.
La reconstrucción del pasado doloroso de un pueblo, de sus anteriores muestras, deja paso a esta retrospectiva llena de esperanza, la esperanza de unas mujeres luchando por su amor, los brazos tatuados de las presas con nombres de sus hombres, las madres aferradas a lo que quieren, marcan una estela de valiente vitalidad, siempre dirigida por el sentimiento más atávico, el que lanza hilos invisibles entre dos seres que desean ser uno, que volverán a ser uno.
Adriana es consciente de su acentuada espiritualidad, su obra a fuerza de emotiva y carnal te introduce en el mundo del pathos, pero de un pathos transcendido, místico, orientalizado en sus maneras más profundas. Aunque sus fotos parecen periodismo, son filosofía Zen. No dejamos de admirar esa sencillez con que retrata las cosas, esa ola de agua que es amor, que es ritmo vital, que es muerte. Es el agua de los ahogados inocentes en la mar, la otra madre terrorífica que engulle a sus hijos.
Transitamos en la obra de Adriana Lestido por un mundo donde lo social y lo político son una estructura del horror permanente, pero ella dibuja una realidad llena de esperanza, humanizada, donde cada uno puede asirse a lo más ancestral, a la llamada interna que hace fundir a una madre con su hija en un mismo espíritu, en esa camisa que nos dice que él está cerca, que a pesar de los que crean el horror, el amor sigue siendo lo mismo, siempre.
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Adriana Lestido Página web
Fotos -Fernando García Malmierca