España y México, hermanadas por el cine
Por Clara Felis.
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia inicia el ciclo cinematográfico ‘Mexico Inminente’, una muestra que reúne lo más destacado del cine mexicano independiente.
Hermanados no sólo por el lenguaje sino también por la cultura, Latinoamérica y España tienen más similitudes que diferencias, algo que se puede observar en ‘Mexico Inminente’, el ciclo de cine que ha organizado el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia. Desde el 17 julio hasta el 30 de agosto en el Edificio Sabatini del centro se podrán ver algunas de las películas más significativas del cine contemporáneo mexicano, entre el que destacan directores como Carlos Reygadas, Carlos Rossini o Nicolás Pereda.
Un cine cargado de fuerte contenido social en el que se denuncia la miseria, la corrupción política, la desigualdad entre clases, lo que permite acercar al espectador a la verdadera realidad del país. Así sucede en ‘Post Tenebras Lux’, la película de Carlos Reygadas con la que logró el premio al mejor director de largometraje en el Festival de Cannes de 2012. A través de Juanito, el personaje principal, el filme va perfilando un paisaje duro y violento que muestra la desesperación y alienación del personaje frente a la desolación e hipocresía social en la que vive. El director dibuja así un paisaje neorrealista, a caballo entre la fantasía y la realidad del país.
“Cuando planteamos este ciclo escogimos México porque hay un fuerte compromiso del Reina Sofía con el país. Se trata de un ciclo que plantea una ruptura con el presente e intenta dibujar un nuevo porvenir”, señala Chema González, programador del ciclo. Esta serie de películas no sólo permiten descubrir la otra cara de México, sino que también dan a conocer los nuevos talentos y las nuevas formas de hacer cine en Latinoamérica. “México tiene a esos nuevos autores que están muy retirados de otros festivales. Por eso lo que queríamos mostrar aquí es ese nuevo mensaje que se está lanzando desde el cine más independiente”, señala González.
Una muestra de cambio, de progreso, de ruptura con lo establecido y de la búsqueda de otras formas de cultura y de sociedad. “Partimos de una sensación más que de un concepto, queríamos expresar el ánimo de convulsión, de esa transición incierta que ha impregnado el imaginario de los cineastas en los últimos tres años; esto nos llevó a la idea de inminencia y a una relectura de la noción de insurgencia, como categorías centrales que definieron la programación”, explica Antonio Zirón, programador de la muestra. Algo que también comparte Mara Fortes, organizadora de este ciclo. “Se trata de un paréntesis histórico que ancla este ánimo de convulsión como las celebraciones del bicentenario de la independencia de México en el 2010 que buscaban rehabilitar el nacionalismo. Se trata de alguna manera de evadirse de la violencia que prevalecía en el país, de la crisis económica, dell conflicto con el narcotráfico que ha re-dibujado las relaciones políticas y sociales. Digamos que estos hechos han sido el trasfondo para reflexionar sobre el imaginario político, y la forma en la que el cine interviene en éste: el cine contemporáneo en México exige una pausa, extiende el tiempo suspendido de crisis, señala rupturas ideológicas pero también dibuja un mundo menos dramático y casi imperceptible de la cotidianidad”.
Un cine que explora un nuevo lenguaje artístico , una nueva realidad social, una nueva forma de entender y concebir el mundo en el que vivimos, las diferencias, pero también las similitudes. Un cine de allí pero también de aquí.