Retratos de Eric Lacombe en Artevistas Gallery
Por Inmaculada Real.
Passatge del crèdit 4, Barcelona
Hasta el 16 de junio.
Artevistas Gallery presenta la obra del artista Eric Lacombe y da a conocer por primera vez la serie “GA00”, un trabajo que resulta cuanto menos inquietante por la gran carga expresiva que transmiten sus obras. El artista autodidacta procedente de Lyon expone una amplia galería de retratos que, al margen del concepto tradicional y figurativo del género, realiza una nueva interpretación donde la tónica está en la representación del rostro y en la captación de sus expresiones, como reflejo de sus emociones interiores y de los sentimientos.
Para E. Lacombe lo esencial no es el retrato del rostro, sino el reflejo del alma, a través de aquellos rasgos que forman parte de la personalidad intrínseca y que no se pueden representar, pues son invisibles a la vista. De tal forma que su plasmación queda lejos de la apariencia exterior, obtenido aspectos totalmente irreconocibles, pues presenta a la otra persona, el “yo interior” que difícilmente se suele conocer.
Tradicionalmente siempre se ha dicho que “la cara es el espejo del alma”, y así no los pretende demostrar E. Lacombe a través de estos retratos, diferentes todos entre sí, pero con peculiares características comunes que conducen a la deformación morfológica de los rasgos faciales. A través de esta rara patología que parece padecer cada uno de sus protagonistas, nos muestra un trabajo muy en la línea de su trayectoria artística, es decir, un mundo de pesadumbres y pesadillas.
Siguiendo al historiador de arte Ernst Gombrich, la caricatura siempre tiende al expresionismo, porque el diseñador distorsiona las características de su víctima para llegar a expresar la idea que representa para él, en realidad.
Los rostros de E. Lacombe son víctimas de grandes deformaciones, a través de rostros melancólicos y languidecidos, ojos incapaces de ver, en ocasiones bocas que no hablan porque han sido excluidas, privándoseles de esta oportunidad, y cuando sí están presentes gesticulan gritos, desgarrándose aún más el sufrimiento que pesa sobre ellos.
El pintor y diseñador gráfico Eric Lacombe presenta, a través de un estilo personal, un mundo de fantasía y taumaturgia que invita a la reflexión del espectador. Estos rostros desconcertantes que a primera vista parecen ajenos a la realidad, no se distancia tanto del mundo en el que vivimos, pues es difícil representar la invisibilidad de los sentimientos y las tristezas, el pesimismo y las emociones, pero si estos malestares existenciales tuvieran su propia figuración, ¿Qué aspecto tendrían?