Entrevista a Sandra Barneda: "Lo importante es el camino, no la meta". En ocasión del inicio del Programa del verano, recuperamos la entrevista que realizamos a Sandra Barneda, presentadora del programa a lo largo de estos dos meses estivales.

 

Por Anna Maria Iglesia

@AnnaMIglesia

 

Aunque empezar por el final no es muy ortodoxo, quisiera comenzar con una frase de la novela: “Las ciudades son como las canciones, las recordamos según las impresiones de nuestra memoria”

Las ciudades son así, son como la banda sonora de nuestra vida

Además, con esta frase  revelas la reelaboración que sea tú como autora sea la protagonista hacéis de Bali

Es imposible salir de la propia subjetividad y, en este caso, la novela está escrita en primera persona, la protagonista viaja a Bali en una determina circunstancia y, por tanto, describe Bali y se fija en las cosas que observa a partir de su estado de ánimo. Cuando regresas a un lugar donde ya has estado siempre terminas por redescubrirlo, el lugar aparece diferente porque tú misma eres diferente, ya no eres la misma que llegó allí por primera vez. Esto pasa incluso con una ciudad tan familiar como Barcelona, que redescubres una y otra vez.

La ciudad se convierte en un libro que a cada relectura es distinto

Exacto; de hecho, el lector no tiene que pensar que encontrará el mismo Bali que describe la protagonista. Si bien todos los lugares que Álex describe, todas las tiendas, los restaurantes… existen, son reales, su descripción está sujeta al estado de ánimo de Álex, al momento en que se encuentra y a lo que trata de encontrar allí.

Bali es una protagonista más, sus escenarios, además, progresan paralelamente al estado anímico de los personajes

 Una vez que vas a esa isla, el hecho de formar parte de la naturaleza y de sentirte completamente integrada te da un sentimiento de calma hasta entonces desconocido. Los paisajes en Bali te invaden, tienen unos colores brutales y te ofrecen una paz extraordinaria. Allí la vida contemplativa se hace posible; la vida contemplativa y también otro tipo de vida, allí encuentras también otro tipo de experiencias. De hecho, al ser una isla muy pequeña, todo está muy concentrado.

En un momento dado, a través de Álex planteas una reflexión sobre el sentido de la creación artística y sobre el miedo a la página en blanco

A mí me interesaba plantear una novela que relatara un viaje circular. Por un lado, el viaje de aventuras y, por el otro lado, el viaje interior, el viaje hacia el conocimiento de uno mismo. Son muchos los personajes con los que Álex se cruza a lo largo de su estancia en Bali y todos ellos tienen sus propios conflictos. La reflexión entorno a la creación aparece de la mano de Álex en el momento que conoce a Hera, que es una pintora; Álex reflexiona a partir de las realidades que se va encontrando y de las personas que va conociendo. Por esto hablo de la creatividad, le doy un espacio a este tema como también se lo doy a muchísimas otros temas porque, en el fondo, mi intención era que en el momento de la lectura el lector o lectora pudiera viajar hacia su propio interior y para ello era necesario hablar de los temas que nos une, que nos implican a todos.

En los años sesenta un crítico francés, Michel de Certeau, dijo: “todo relato es un relato de viaje”

Todo relato es un viaje porque la propia vida es un viaje; nos movemos constantemente interior y exteriormente. Toda experiencia es un viaje, toda reflexión es un viaje que te lleva a algún lado.

No hace falta viajar geográficamente para viajar

No hace falta; si tu estás atenta a lo que te ocurre y a lo que ocurre a tu entorno ya estás viajando.

Y la búsqueda de uno mismo es el motor del viaje

Es el punto de partida: he hecho todo lo que teóricamente debía hacer, todo lo que me han dicho que debía hacer para ser feliz y, sin embargo, descubro que no lo soy. La protagonista se encuentra en esta situación, se encuentra sin instrumentos y no sabe como seguir. Este es el punto de partida para Álex, una mujer de 43 años que necesita encontrar la herramienta necesaria para poder dar el paso y seguir adelante. A este conflicto inicial, se unen posteriormente todas las aventuras que Álex vive a lo largo de la novela y, al final, el supratexto de cada uno de los relatos narrados en la novela es la importancia de escucharse  y de hacer lo que cada uno quiere, y no lo que los otros le han contado o le han dicho que debía hacer.

teleprograma.fotogramas.es
teleprograma.fotogramas.es

Introduces la novela con una cita del diario de Susan Sontag, que, curiosamente, el 19 de Noviembre de 1959 anotaba: “Para escribir, debo amar mi nombre. El escritor está enamorado de sí mismo… y construye sus libros a partir de ese encuentro y de esa violencia”

Sontag tiene toda la razón; al escribir realizas un viaje interior, de sumerges en tus submundos, pasas del azul cristalino al negro profundo de tu propio mar. Tienes que olvidarte del ego, el ego paraliza, te hace hablar desde la superficie. El ego, en el fondo, habla juzgando, es el juicio constante y para poder escribir y terminar la novela es necesario no juzgarse. Escribir implica mucha verdad, no en el sentido de la autenticidad, sino en la verdad necesaria para crear, para dar rienda suelta a ese universo que quieres crear. Y con el ego a pleno funcionamiento no es posible.

El ego a pleno funcionamiento nunca es positivo

El ego hay que tenerlo controlado, hay que tenerlo alimentado para que no sufra de hambruna, pero hay que alimentarlo a pequeñas dosis. Aquello que me gusta mucho de Bali es que a diferencia de aquí donde, por nuestra tradición religiosa y filosófica, se piensa a partir de una yuxtaposición de los opuestos, es decir, un opuesto siempre debe vencer al otro, en la mentalidad balinesa se piensa a  partir de una integración de los opuestos. No puede existir el bien sin que exista también el mal; desde nuestra cultura, tratamos de erradicar el ego, la parte negativa de nosotros mismos, mientras que para la cultura balinesa es necesaria la presencia del ego para que la esencia aflore.

El viaje que narras es también un viaje contra los prejuicios y es precisamente a través de este subtema que rige todo el libro donde se puede observar –si se me permite la osadía- la parte más rebelde de la autora. Con reflexiones acerca del aborto, del trabajo infantil, de la homosexualidad –criticando los prejuicios que incluso en una sociedad aparentemente abierta como la nuestra siguen existiendo- aparece la autora socialmente comprometida

Aparece el tema de la mujer, se cuestiona el porqué el hombre no puede ser un buen padre… de hecho Gonzalo es un padrazo y Álex, en un determinado momento, confiesa que es madre y ha aprendido a ser madre gracias a Gonzalo. En la novela planteo la necesidad de evitar los estigmas, puesto que, al fin y al cabo, la realidad y la propia vida es la que tiene que ser, no es otra. Cuando tu emites un juicio sobre ti mismo es cuando los demás emiten juicios sobre ti; sólo aceptando tu propia realidad y transmitiendo esta aceptación impiden los juicios ajenos.

El difícil escapar del “yo y mis circunstancias”

Es un viaje, es el gran viaje.

¿Hay destino?

Lo importante es el camino, no la meta. El camino es mucho más agradable cuando consigues ser compañera de ti misma y no tu enemiga. ¿No crees que mucho más grato aprovechar el tiempo en amistarse con uno mismo y no con enemistarse? Cuando empiezas a reflexionar sobre ello, sobre la necesidad de amistarse consigo mismo es cuando comienzas a romper con los prejuicios que nos vienen dados, que arrastramos; nunca llegamos a liberarnos de todo el peso, pero si llega un momento en la vida en el que te das cuenta que vas de la mano de ti misma, que te has convertido en tu propia compañera de viaje.

La protagonista, Álex, lleva a sus espaldas la pérdida de su madre y, a la vez, su vida está marcada por la extraordinaria relación con su padre.

La relación con su padre es preciosa, es una relación que no necesita de grandes palabras. Es una relación marcada por la muerte de la madre; el padre de Álex sobrevive como puede al fallecimiento de su mujer, de su alma gemela.

A propósito de las palabras, en un momento de la novela hablas del desgaste de las palabras

Las palabras tienen muchísimo peso y no nos damos cuenta; no somos conscientes del efecto irreparable que pueden tener las palabras. La palabra no es sólo sonido, es el contenido. Si fuéramos más conscientes de ello, quizás, nos comunicaríamos mejor; decimos las cosas y luego con un “perdón” creemos que conseguimos borrar lo que ya hemos dicho. Deberíamos hacernos más responsables de nuestros actos, porque muchas veces el daño causado es irreparable; aunque se perdone, esa palabra ha tenido su efecto. Si el mandamiento dice “no nombrarás el nombre de Dios en vano”, debería también decirse: “no nombrarás una palabra en vano”. El dar valor a las palabras es un aprendizaje necesario, a lo largo de la vida te das cuenta que muchos utilizan las palabras de manera irresponsable, las pronuncian sin calibras su efecto.

Como periodista y visto el desconsolador escenario en el que vivimos, eres testigo del frecuente mal e irresponsable uso de las palabras

Los periodistas, además, somos los prestidigitadores de las palabras, nos dedicamos a esto, somos malabaristas de las palabras.

No me refería tanto a los periodistas, sino al entorno del que vosotros y todos somos testigos.

Si… últimamente hay mucha retórica y muy poca verdad. Dicho esto, todos tenemos nuestra parte cínica que hemos utilizado contra nosotros mismos y contra el mundo, aunque nos cueste reconocerlo.

Quisiera referirme a un tema que aparece en tu novela y de que se ha hablado mucho en relación sobre todo a las periodistas. En la novela se reflexiona críticamente contra el tópico de la femineidad que se impone desde fuera y, a la vez, se habla a favor de la búsqueda de la femineidad y de una determinada imagen sólo si se desea y no por imposición. Pero, esta libertad de elegir, ¿no resulta casi imposible cuando desde los medios de comunicación se está imponiendo siempre un canon de belleza?

Claro, y más ahora con los inputs tan inmediatos que constantemente tenemos, pero, también es cierto que cada vez se impone con más fuerza una mayor libertad de estilo. Por ejemplo, hace unos años era impensable el concepto del Street Style, tras el cual subyace el lema “On my way by the way” que dice siempre el personaje de Maria. Al final te das cuenta que la vida es una constante lección: ¿qué prefieres ser parte del rebaño o una persona autónoma que lleva algo porque simplemente le gusta? Al final tienes que asumir tu propia imagen, asumir lo que eres; la novela trata precisamente del ir digiriendo la propia vida y de no ser esclava de los supuestos que se imponen desde fuera

Lo comentaba, con relación a cuestión entorno a la belleza en televisión, la belleza de las presentadoras, sobre todo en la sección de deportes, pero no sólo. Se llegó a un escarnio público injustificable y éticamente discutible, pero no se puede negar que, sin cuestionar la valía profesional de cada uno,  desde los medios se ha impuesto un canon de belleza y de juventud muy rígido

Si pero también se imponen otros cánones, no solamente éste. En la televisión hay grandes profesionales como Mercedes Milà, Maria Teresa Campos o Ana Rosa Quintana que no son esclavas de ese canon al que te refieres. Lo que sucede es que cuando se habla de este tema de la belleza se le da más importancia; no se habla de quienes no cumplen este canon y, sin embargo, ¿por qué se habla de quien cumple el canon? ¿Por qué se le da tanta importancia? Con estos comentarios lo único que se consigue son víctimas. Sara Carbonero es una persona maravillosa, y se ha convertido en víctima de los comentarios y las críticas que le han dirigido por cualquier cosa. ¿Por qué la criticas? ¿Por qué es guapa?

Completamente de acuerdo, de hecho como te decía me parece injustificable el escarnio público, la ofensa por la ofensa…

Cuando eres un personaje público no puedes escapar fácilmente de ciertos comentarios, tienes que construirte una pantalla para protegerte, de manera que te afecte lo menos posible aquello que podrán decir. Yo sé que Sara lo pasó muy mal; se pasa muy mal, todos nosotros somos personas, tenemos nuestros sentimientos y estas cosas inevitablemente nos afectan. Sí que se deben aceptar las críticas, pero a veces las críticas van más allá, excedemos con las críticas y elogiamos poco

Si antes comentabas que la escritura requiere verdad, en otra entrevista decías que la cámara no engaña. ¿Dónde te expones más?

Es diferente, la cámara no engaña en cuanto no puedes disimular si tienes una mirada triste; la gente que tiene cierta sensibilidad y observar, lo percibe. Si cuando tienes un mal día, los compañeros de trabajo lo perciben, la cámara lo percibe todavía más. Tienes que hacer un esfuerzo para esconderlo, aunque siempre termina por traspasar algo. En la escritura se crea una intimidad diferente; en la escritura estás tú solo creando un mundo y una ficción, tú eres el que lo decide todo, en la televisión no lo decides todo. Lo que hay escrito en la novela es tuyo y tú eres el único responsable; en la televisión compartes responsabilidades y muchas veces se deposita una responsabilidad mayor en las personas que presentamos cuando nosotros no dirigimos los programas

A los presentadores os pasa, en cierta manera, lo mismo a los empleados de los aeropuertos que reciben todas las protestas las veces que hay huelga

Si, exacto… siempre nos dirigimos a los pobres que están en el mostrador y ellos son un trabajador más que no son responsables de lo que sucede. Lo mismo nos sucede a los presentadores; es verdad que forma parte de nuestro trabajo. Como presentadores podemos intervenir en cuestiones de contenidos, participar, pero la elección y la decisión última no está en nuestras manos.

No quisiera concluir la entrevista con una pregunta, sino con unos versos de Invitación al viaje, un poema de Baudelaire que, creo, apostillan perfectamente tu obra: “Allá, todo es orden y belleza. Lujo, calma y voluptuosidad”.

Son unos versos muy bonitos y es así. Al final se trata de fijarse en la belleza de la vida, puede ser un tópico, pero la búsqueda de la belleza es la búsqueda del santo grial. Hay que desmitificar la belleza, la belleza está en tomarte un café con un amigo, en contemplar la naturaleza, en las pequeñas cosas.

 

El infinito viajar de Sandra Barneda y su Reír al viento: Crónica previa a la entrevista

https://www.culturamas.es/blog/2013/04/16/el-infinito-viajar-de-sandra-barneda-y-su-reir-al-viento-cronica-previa-a-la-entrevista/

 

 

 

 

 

 

 

 

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