Primeras Impresiones de las películas del Atlántida FilmFest
Por Rubén Romero Sánchez
Compliance (2012)
Director: Craig Zobel
Intérpretes: Ann Dowd, Dreama Walker, Pat Healy, Bill Camp, Philip Ettinger, James McCaffrey
Género: Drama
Craig Zabel entrega un drama claustrofóbico en el que el terror cotidiano es tan real que casi parece mentira. En un restaurante de comida rápida una trabajadora adolescente es acusada de robar a una clienta. A partir de esta premisa, Zabel arma un relato cuya acción transcurre casi en exclusiva en el interior del restaurante, con una cámara pausada y un montaje en tiempo real que pone de punta los nervios de cualquier espectador. La película se pregunta por el poder que tiene la autoridad sobre los ciudadanos que nos creemos autónomos, por nuestra capacidad de tomar decisiones propias, y sobre todo sobre qué límites estaríamos dispuestos a cruzar movidos por nuestra conformidad o docilidad. Retrato de una sociedad enferma, la película nos muestra un microcosmos en el que el restaurante de comida rápida funciona como metáfora de nuestras vidas plenas de seguridad y consumo fácil de usar y tirar en las que no nos planteamos nada más allá de la inmediata satisfacción de nuestras necesidades, aunque para ello haya que sacrificar a los elementos menos válidos. Cine muy arriesgado, sin ambages, con unas interpretaciones brutales (maravillosa la superlativa Ann Dowd en uno de los papeles más incómodos que recuerdo en el cine reciente), cine que la industria nunca premiará porque lo más incómodo que se promociona son las butacas del teatro en el que se entregan los Oscar, Compliance se convierte en una llamada de atención, quizá de socorro, a una sociedad en extremo individualista en la que la empatía, el altruismo o la rebelión ya no tienen cabida.
All good things (2010)
Director: Andrew Jarecki
Intérpretes: Ryan Gosling, Kirsten Dunst, Frank Langella, Kristen Wiig, Philip Baker Hall, Diane Venora, John Doman, Lily Rabe
Género: Thriller
No sé cuál es el peor error de esta película: su previsibilidad total, que en un thriller es imperdonable, o su estructura y acabado de telefilme de sobremesa. A finales de los 80 y principios de los 90 proliferó en Hollywood el género persona-normal-que-luego-resulta-que-es-un-psicópata-y-se-lo-hace-pasar-muy-mal-al-protagonista-o-protagonistas-hasta-que-todo-acaba-bien: La mano que mece la cuna, De repente un extrano, Durmiendo con su enemigo, y otras más olvidables aún. All good things realmente empieza bien. Tiene una primera parte, sin psicópata, en la que predomina el drama y un ritmo basado en la elipsis que hace pensar que nos van a contar algo interesante y además bien (como en La carnaza (1995), de Bertrand Tavernier). Pero nada, luego Gosling se convierte en un pirado (nos habían dado un par de adelantos, pelín risibles) y todo se desmorona. Tanto que ni siquiera una soberbia Kirsten Dunst logra levantarlo. Gosling también hace lo que puede, de hecho esta película sin él sería infumable, pero él dota a su personaje de una humanidad de corte inquietante conseguidísima que es de lo mejor de la función. Pero claro, a mí me queda una duda: ¿realmente Jarecki cree que vamos a caer en las trampas que nos tiende con su guión manipulador o quiere que veamos que son trampas y nos riamos un rato, vaya usted a saber por qué?
Perfect Sense (2011)
Director: David MacKenzie
Intérpretes: Ewan McGregor, Eva Green, Connie Nielsen, Ewen Bremner, Stephen Dillane, Denis Lawson
Género: Drama
Una epidemia por la cual la gente va perdiendo uno a uno todos sus sentidos se propaga por todo el mundo. Mientras, un cocinero y una epidemióloga se enamoran. Así contado parece una tontería. De hecho aún no sé si Perfect sense es una película profunda o una pretenciosidad posmoderna. El psicólogo Paul Ekman demostró en sus estudios transculturales que existen seis emociones básicas en todos los seres humanos, con lo que negaba el carácter cultural de las mismas: tristeza, miedo, ira, alegría, asco y sorpresa. Utilizando las cuatro primeras, David MacKenzie elabora un paralelismo entre nuestras emociones y nuestros sentidos para demostrar que lo que nos diferencia de las demás especies animales es nuestra necesidad de contacto físico. Sin caer en pseudofilosofías new age, el director urde una trama romántica en la que, en un mundo apocalíptico y abocado a la destrucción, dos jóvenes se convierten esencialmente en amor cuando han perdido todo lo demás. A pesar de que MacKenzie ordena las piezas como mejor le conviene para contar lo que quiere contar y obviando los conejos que se saca de la chistera, que por otro lado se los saca con mucho estilo, Perfect sense es una película que se ve con gusto (nunca mejor dicho), pero que, lamentablemente, se olvida pronto. Y eso pesa.
The we and the I (2012)
Director: Michel Gondry
Intérpretes: Joe Mele, Meghan Murphy, Patricia Marie Collazo
Género: Drama
Michel Gondry siempre tendrá mis respetos por hacer ese maravilloso canto al amor que es ¡Olvídate de mí! Cierto que Charlie Kaufman es mucho Charlie Kaufman, y que sin su guionista de cabecera Gondry no es el mismo, pero con The we and the I me ha vuelto a ganar. El tío se mete en un autobús escolar del Bronx y durante hora y media nos muestra las conversaciones que tienen los chavales a la salida de clase el último día antes de las vacaciones. No es cinéma vérité ni lo pretende, sólo mueve la cámara con una soltura envidiable y rastrea en los recónditos agujeros del alma de un grupo de adolescentes donde sobre todos los sentimientos se impone el egoísmo, la individualidad exacerbada. Y lo muestra todo a medio camino entre el docudrama y la comedia, usando con enorme inteligencia la ironía, el guiño al espectador y el surrealismo marca de la casa. Una película así corre el riesgo de la pedantería y de aburrir a las paredes, pero Gondry arranca un pedazo de vida entre la última inocencia adolescente y la certeza del dolor de la vida adulta y nos lo suelta a la cara como el gran Spike Lee de Haz lo que debas. Una obra de referencia en el adocenado panorama de las películas sobre adolescentes.