El arte de la era romántica
Mario S. Arsenal
AA.VV., El arte de la era romántica
Madrid, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2012, 392 pp., 39 euros.
ISBN 9788415472230
El Museo del Prado, en colaboración con la Fundación Amigos del Museo del Prado, viene elaborando desde hace ya un tiempo, y al hilo de sus ciclos anuales de conferencias, una serie de publicaciones a modo de actas en las que se fijan los conceptos que se tratan en sus respectivos cursos.
Abierto al público en 1819, el Museo del Prado no es sólo en sí un producto romántico, sino que el esplendor de la Escuela Española, cobijada en dicha institución y, antes de fundación de ésta, apenas conocida y valorada allende nuestras fronteras, fue asimismo un descubrimiento aireado por los románticos europeos.
En esta misma línea, es significativo que dos de los directores más ilustres que rigieron el destino del Museo del Prado durante el siglo XIX, los pintores José de Madrazo y Agudo y su hijo Federico de Madrazo y Kuntz, fueran respectivamente discípulos de Jacques-Louis David y
de Ingres. Tampoco se puede obviar que el, sin duda, más influyente pintor español de nuestra época, Francisco de Goya, fallecido nueve años después de inaugurarse el Museo, mostrase su obra en esta institución desde su origen.
Este nuevo tomo de la Fundación Amigos del Museo del Prado, El arte de la era romántica (Galaxia Gutenberg, 2012), pretende relacionar estrechamente el arte romántico realizado dentro y fuera de España, además de profundizar en todos los debates estéticos, artísticos, culturales y sociales que surgieron durante la feraz e intensa era romántica, contando para ello con la colaboración de los mejores especialistas del mundo en dichas materias.
Cubrir la laguna en el conocimiento de todo aquel que no pudo asistir a las conferencias pronunciadas en el museo con motivo de esta cita es uno de los objetivos que se ha propuesto la Fundación Amigos del Museo del Prado en colaboración con esta magnífica editorial que nos viene teniendo mal acostumbrados dado el nivel de todas sus publicaciones. Y este caso no iba a ser una excepción, puesto que han colaborado sobresalientes personalidades como Francisco Calvo Serraller (a la sazón, director de estos cursos), Félix de Azúa, Javier Manterola, Fernando de Terán, Manuela B. Mena, Alison Smith, Javier Barón, Leticia Azcue Brea o Linda Nochlin. En su momento, fue el turno entre otras de las de Velázquez (1999), Goya (2002), El retrato (2004), las inolvidables conferencias sobre Tiziano y el legado veneciano (2005), El Museo del Prado y el arte contemporáneo (2007), El arte del siglo de las luces (2010) o la última Los dioses cautivos (2011). Ahora el Romanticismo ocupa el lugar privilegiado que todo tema querría ocupar en una publicación de este carácter, valga la paradoja, pues, si hay algo que caracteriza a estos libros es la sencilla y solemne eficacia de sus textos, la frecuente y sin embargo sorprendente clarividencia de los contenidos de todos sus volúmenes.
En definitiva, un ambivalente documento de primera mano para todo aquel que desee profundizar en el conocimiento, bien del arte romántico, bien de las colecciones reales del Prado, o bien para quien añore las citas vespertinas y semanales con las que tuvo el privilegio de ilustrar su conocimiento en el Museo.