Albert Oehlen, Moderne Farbkonzepte


Por Cristian Sánchez.

 

Del 1 de Febrero al 5 de Mayo

La Casa Encendida

Ronda de Valencia, 2. Madrid. 

 

La década de los 80 no solo arranca con la publicación de La Condición Posmoderna (1979) de Jean-François Lyotard, sino también con la vuelta de la pintura. Disciplina marginada durante las dos décadas anteriores, se torna en esta década en la producción fundamental dentro del mundo del arte. No es gratuito pensar que estamos ante una recuperación ante todo de un arte sobre el que prevalece la experiencia subjetiva frente a las motivaciones sociales y el fundamento transformador que hasta ese momento había sido la tónica habitual. Podríamos suponer que en ese discurso de los 80 el arte pierde esa noción de narrativa y asume la posmodernidad, discurso abrazado por Danto en El Fin del Arte.

 

Albert Oehlen no es un artista ajeno a todos estos procesos y más cuando su maestro es una de las figuras paradigmáticas de la pintura de los 80, Sigmar Polke, uno de los principales abanderados del Neo Expresionismo alemán, también está influido por Georg Baselitz o Gerhard Richter. No en vano, casi podría considerarse junto con Georg Heröld o Jörg Immendorff la siguiente generación de artistas alemanes, aunque sin suponer una ruptura tan fuerte como la protagonizada por la anterior generación. Desde luego, un particular aunque para nada descontextualizado proceso que irrumpió con la exposición Zeitgeist de 1982. Una de las principales intenciones de este periodo fue una vuelta a la autonomía del arte y la pintura de la cual Oehlen ha sido partícipe.

 

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Lo que se expone en La Casa Encendida es una pequeña muestra de los trabajos de Albert Oehlen desde mediados de los 90 hasta hoy, aunque predominando ante todo obra reciente. Dividida en tres salas claramente diferenciadas, la exposición cuenta con obras ante las que el espectador muchas veces no sabe muy bien cómo reaccionar. El autor señala que sus obras no son un trabajo representacional al uso, ni tan siquiera él tiene claro lo que quieren decir ni es plenamente consciente de sus referencias. Ciertamente al observar las obras es fácil relacionarlas con otros artistas. Desde todo el conjunto de pintura abstracta de los 80 hasta el Pop. Es precisamente la relación con el Pop uno de los aspectos más interesantes de algunas de las obras expuestas, siendo una suerte de combine paintings donde un cartel publicitario queda parcialmente sepultado por alguna sentencia pintada y ésta a su vez bajo una maraña de pintura, en este sentido recuerda fuertemente a Rauschenberg o Richter. En otros casos combina impresiones digitales con la pintura e incluso el dibujo.

 

albert_oehlen_punk

 

Precisamente abordar el discurso de Oehlen junto a los panfletos que acompañan la exposición es una tarea un tanto contradictoria. Por un lado, nos encontramos ante una defensa de la autonomía de la pintura, siendo precisamente la abstracción el componente fundamental, pero la inclusión de otros elementos como carteles o impresiones digitales nos aleja precisamente de ese greenberianismo y pureza que la pintura tendría por sí misma. De hecho, las nociones de la estética tradicional se nos escapan por completo al abordar las obras expuestas, siendo posiblemente uno de los principales puntos de interés las obras que incluyen carteles publicitarios, al ser obras cercanas y cotidianas de una forma bastante directa, tanto temporal, como espacial. Estamos ante unas obras que escapan a las poéticas habituales.

 

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