Corrupción en bcnegra, mucho ruido y una nuez
Por José Vaccaro Ruiz.
El pasado lunes tuvo lugar en el Spai Barts del Paralelo de Barcelona la mesa redonda sobre la corrupción, en el marco de bcnegra, uno de los eventos estrella del certamen. El comienzo del acto tuvo su historia porque a última hora se cambió su ubicación, consecuencia de lo cual empezó tres cuartos de hora más tarde de lo previsto, más o menos el tiempo que se acortó su duración. Parecía que los guardianes del centeno hubieran estado al acecho para que cualquier debate sobre la corrupción se hiciera tarde y fuera breve. Y lo consiguieron.
De los ponentes, y con todo el respeto para los restantes, uno fue la nuez, Misha Glenny, y los otros el ruido y los lugares comunes: Bárcenas, Rajoy, Merkel, Gürtel, Mato… No estábamos allí para que nos leyeran los titulares de la prensa diaria, sino para que nos transmitieran una reflexión sobre las causas de la corrupción, y sobre todo qué remedios profilácticos o de cirugía son aplicables para erradicarla. Ello no desmerece que uno de los ponentes, Kostas Vaxevanis, sea un luchador en contra de la corrupción hasta el extremo de encontrarse refugiado en nuestro país por publicar en su revista Hod Hoc un documento denominado la lista Lagarde, una relación de 1.991 conteniendo nombres de ciudadanos griegos con cuentas en la sucursal griega del banco suizo HSBC, sugiriendo que podían ser evasores de impuestos. Si necesita mi apoyo para que el acoso al que está siendo sometido desaparezca y pueda recobrar la libertad que cuente conmigo, pero en el acto estaba presente para debatir razones, no para denunciar sinrazones.
Así que dejaré el ruido, primo hermano de la discusión sobre si son galgos o son podencos, y me centraré en la nuez.
Glenny apuntó unas ideas que creo que son básicas para conocer lo que es la corrupción en este mundo globalizado donde nos ha tocado vivir.
Primera idea: La culpabilización en la persona de Merkel –o de los alemanes por extensión- de las penurias que están pasando griegos, portugueses y españoles por la crisis de sus economías es una forma de desviar la atención del centro donde está el verdadero origen de la misma. Dicho origen se encuentra en los cuatro o la docena de grandes magnates que dominan la economía mundial, tanto a nivel de money como de la casta política que nos desgobierna y que es una marioneta en sus manos. Y dentro del estamento político hay que incluir partidos, parlamento, legislación, etc que se conforma y adapta a demanda de sus intereses. Si nos centramos en esa lucha de nacionalidades -Glenny dixit- nos estamos equivocando porque el mal no está ahí, ese es simplemente el señuelo para ocultar donde está localizado el epicentro del problema. Para tenernos distraídos, en una palabra.
Segunda idea: La única forma de controlar la corrupción es mediante mecanismos democráticos e independientes de control de unos estamentos sobre otros. Y en particular la justicia, sacándola de la contaminación que padece en este momento por parte de la partitocracia politica: nombramiento de jueces y fiscales afines, tribunales de control amordazados, etc. Aunque no mencionó a Montesquieu, su receta de la división de poderes gravitó con fuerza.
Tercera idea: Aunque el poder corrompe –ya lo dijo Platón y lo ratificó Lord Acton-, hay que crear una conciencia social para generar rechazo social hacia el corrupto. Hay que rearmar a la sociedad con valores éticos hoy perdidos o en fase de extinción partiendo de la certeza de que “el que la hace la paga”.
Cuarta idea: La prensa debe ser libre para formar e informar a la opinión pública. Y por libre hay que entender la que no esté pesebreando en las subvenciones o las sinecuras del poder.
Quinta idea: Hay que convertir a los partidos políticos en organizaciones democráticas para que el votante tenga la libertad de censurar a alguno de sus miembros (listas abiertas), transparentes (financiación y contabilidad públicas), con un concepto de servicio público no vitalicio (limitación de los mandatos).
Como temas que quedaron en el tintero sin tratar, y que yo eché en falta, citaré la plusvalía o generación de riqueza que da origen a la corrupción –como ejemplo paradigmático la recalificación urbanística del suelo-, el poder omnímodo de algunos estamentos públicos unipersonales –los alcaldes-, en las adjudicaciones de obra pública la no regulación limitativa de los proyectos reformados –lo que está previsto que cueste un millón de euros acaba saliendo por cinco millones-. Por citar los más evidentes.
Habrá que esperar a la próxima bcnegra -confiemos que para entonces el país no haya acabado cayendo en el agujero negro hacia donde ahora se precipita- para tener una nueva oportunidad de poner claridad, rigor y propedéutica en un cáncer tan pernicioso y metastático socialmente hablando como es la corrupción.