‘Hamlet Machine’: Quiero ser una máquina
Por Ana M. Caballero
Quiero ser una máquina. El grito desgarrado de Hamlet (Pau Sastre) es un mazazo para el espectador que desde que entra en la Sala Leopoldo Fregoli de La Seca Espai Brossa queda enfrascado en el discurso crudo y violento de Heiner Müller.
Sin subida de telón (la obra ha empezado hace ya rato), el público se sienta alrededor de una tarima alargada, a apenas unos centímetros de los tres actores, que van y vienen a un ritmo frenético. Las gotas de sudor caen a sus pies. Los intérpretes (junto a Sastre, Jordi Sanosa y Andrea Portella) colocan y descolocan cajas en que se pueden leer los nombres de las grandes multinacionales. Detrás de la estructura capitalista que construyen está escondido el comunismo y el socialismo (las utopías). Es una de las lecturas que ofrece la obra, pero hay más.
El Hamlet de Heiner Müller capta el existencialismo del personaje de Shakespeare y le da una vuelta de tuerca más. Lo ahoga en náuseas. El drama se presenta con una puesta en escena contundente, radical. El teatro de Müller es encarnizado y, bajo la dirección de Francesc Amaro, el cuerpo tiene una impresionante fuerza visual. Con gran dominio de la expresión corporal, los actores encrudecen los movimientos, de algún modo, deshumanizándolos. Son el apoyo adecuado para un discurso que mina la identidad humana. Hamlet, o mejor dicho, el actor de Hamlet quiere dejar de ser persona, quiere ser máquina, “sin ningún dolor, ningún pensamiento”.
El texto, escrito en 1977, diluye la trama narrativa a favor de un tornado de escenas catárticas, que arrasan con todo aquello humano. La violencia del discurso deja K.O. al espectador, alterándole los sentidos y desordenando sus pensamientos. La poética de ‘Hamlet Machine’ es afilada y transgresora. Aquí los cuerpos se desgarran, se violan, se maquillan, se golpean. ¿Pero acaso no pasa en la vida diaria? El montaje de Amaro nos transmite con gran intensidad estas metáforas y consigue que nos preguntemos por el cuerpo y por la identidad, pero también nos invita a reflexionar sobre la Historia, la política y la cultura, llevándonos a la conclusión de que todo es una construcción. En definitiva, ‘Hamlet Machine’ pone en cuestión la sociedad que nos envuelve y esclaviza. La obra finaliza, precisamente, con Andrea, en el papel de Electra, embalada y etiquetada.
‘Hamlet Machine’ de Heiner Müller
Del 1 al 18 de noviembre de 2012. La Seca Espai Brossa.
Dirección: Francesc Amaro
Intérpretes: Pau Sastre, Jordi Sanosa y Andrea Portella
Traducción: Maurici Ferrer
Horario: De jueves a sábados a las 20.30 h. Domingos a las 18.30 h.
Duración: 1 hora.
Precio: 16 euros.
Foto vía | La Seca Espai Brossa