La muerte desde arriba
Por Cristóbal Vergara Muñoz.
Decía Carl Schmitt que la posibilidad de la guerra es la premisa de lo político mismo. Sin ella, el propio concepto de lo político se disuelve. La guerra es entendida como conflicto entre estados soberanos, y lo que la define es la distinción entre amigo y enemigo. Esta idea se ha mantenido invariable durante siglos, aunque por supuesto no los medios con los que se hace o incluso las razones exactas que nos llevan a ella. La posibilidad de hacer la guerra es una constante imborrable desde que el hombre tiene historia. Sin embargo, mucho han variado las maneras de hacerla, quizás tanto como lo ha hecho la vida de los millones de humanos que nos han precedido hasta llegar al día de hoy; hecho que uno muchas veces olvida o simplemente no recuerda claramente.
Sin embargo, hoy día, el inmenso protagonismo de los medios técnicos sobre el proceder humano (ya afirmaba Günther Anders que la técnica se ha convertido en el único y exclusivo sujeto de la historia) está creando artefactos que nos llevan incluso a plantearnos la aparición de un nuevo paradigma acerca del modo de acometer la guerra y de entenderla. El objeto de la preocupación que expreso aquí y sobre el que invito a reflexionar al lector son los llamados “drones”, o UAV (Unmanned Aerial Vehicle) de carácter militar, conocidos como UCAV, elementos de la técnica militar, a los que gracias a los medios de comunicación nos hemos acostumbrado sin alarmarnos en modo alguno.
Bien es cierto que cuando el ser humano creó la bomba atómica, se superó una frontera en cuanto a lo que hasta entonces entendíamos como el máximo nivel de “macro destrucción”. En aquél entonces, se acuñó un nuevo término para designar tal fatalidad, el concepto de “megadeath”, o en castellano, “mega muerte”. Lo que quiero plantear sin embargo, es que quizás deberíamos acuñar un nuevo término para la nueva manera de hacer la guerra que estos “drones” nos traen al presente.
La industria armamentística es seguramente con mucho, una de las que goza de mejor buena salud en estos tiempos de crisis. Sin embargo, únicamente las fuerzas armadas más avanzadas del planeta pueden disponer de estos aparatos siendo sin duda, producto de la más alta ingeniería. Se plantean como una opción más barata, eficaz y popular (no mueren “los hijos del país” y eso se traduce en votos) dentro del nuevo modo de hacer la guerra la cual sin darnos cuenta ya estamos encarando. Sin embargo, y pese a que pudieran parecer un genial método de protección frente a los denominados “chicos malos” o “bad guys” terroristas por todos conocidos, suponen la realización terrorífica del famoso “Gran Hermano” a una escala apenas nunca imaginada. No solo el ojo del Gran Hermano te vigila, sino también que en cualquier momento está listo para disparar. Pero basta de rodeos y preguntémonos ¿qué supone ya la intervención de éstos aparatos dentro del escenario internacional? ¿cambia verdaderamente el modo de proceder en conflictos?
Para empezar, lo que se hace evidente es la capacidad de espionaje a nivel mundial, con las consecuencias más funestas para la libertad de los individuos. Pero espionaje ha habido siempre ¿no? Nos preguntaremos entonces. Claramente sí, pero el hecho es, que ha dado paso a un nuevo modo de proceder para fuerzas armadas como las de Estados Unidos.
El ejemplo más claro está en el caso de Bin Laden, quien fue localizado por la repetida observación de satélites y drones que encontraron aquella casa (entre todas las del mundo) potencialmente sospechosa. Y es que, en la época de la información, donde todos nos encontramos “cibercontrolados”, el tipo de asesinatos que los drones cometen constantemente han negado el propio concepto de “asesinato”, es decir, han pasado a ser simples “eliminaciones”. Así, desaparece incluso la forma de hacer la guerra conocida la cual enfrenta a hombres contra hombres y convierte al ser humano en algo tan fácil de ser suprimido que el propio conflicto bélico se hace innecesario; y es aquí donde encontramos su consecuencia más importante.
Así pues, entramos en una nueva fase de control en la que las guerras se hacen superfluas. El control ejercido por el Estado es global con lo que los “drones” se erigen en una especie de “policía secreta del planeta”. Constantemente, fuerzas como el ejército de Estados Unidos realizan operaciones que a todas luces podríamos denominar como ilegales, es decir, invasión del espacio aéreo de un país extranjero y eliminación de objetivos peligrosos/sospechosos/potencialmente peligrosos sin que la opinión pública planetaria se vea realmente afectada. Es decir, la eliminación de individuos peligrosos es normal para los que supuestamente se erigen como los propios heraldos de la civilización. Esto nos da pie a entender esta manera de combatir de una manera al más puro estilo imperial, en la cual el sospechoso es simple y llanamente eliminado. De hecho no es algo que Estados Unidos oculte, sino algo de lo que se enorgullece a todas luces, conocido con más o menos exactitud con cifras y estadísticas, teniendo en cuenta el concepto de “guerra contra el terror” en que están sumidas las instituciones occidentales.
Si reflexionamos, encontramos esto como algo de un aspecto mucho más policial (pues se debe suponer que su jurisdicción alcanza la totalidad del mundo) que algo propio de una maquinaria bélica. Los UCAV parecen más un instrumento de control y represión que un arma de guerra. Es decir, se da el caso de que a cualquiera al que se le pueda considerar sospechoso, podemos eliminarlo de una manera más o menos impune, sin que eso tenga apenas repercusión dentro de un posible conflicto con otro Estado. En ello radica la diferencia entre asesinar y eliminar, en tanto en cuanto asesinar es a todas luces un acto inmoral y eliminar es simplemente un suceso sin cualificación moral; se prescinde de algo o de alguien, es un acto propio de una maquinaria completamente ajena a lo humano que “parece funcionar” según sus propias reglas para nosotros incomprensibles. Puede que la línea que separa la supuesta protección que nos proporcionan estas máquinas y nuestra eliminación sea verdaderamente fina. Juzguen ustedes mismos pero yo a veces tiendo a mirar hacia arriba por si acaso…
No sé si el articulista es cocinero o un cocinero se lanzó a articulista pero este potage tiene demasiados ingredientes para mi paladar
Una de las especies que sobra, sin lugar a dudas, es la insertada a modo de los “aplausos televisivos provocados”; léase “La industria armamentística es seguramente con mucho, una de las que goza de mejor buena salud en estos tiempos de crisis”. Ya que esto si se dice debe responder a un conocimiento seguro sino es buscar el aplauso fácil
Ahora bien, el asunto de asesinato vs eliminación es de máximo interés ya que las tesis que manejan los políticos americanos no han encontrado resistencia de peso en la sociedad y eso es preocupante
Creo que en este caso, estimada @ritapmendez, ha señalado a los garbanzos como “especie que sobra” de este potage, por seguir con el símil culinario.
Creo que los datos que se reclaman no están presentes en el artículo por defecto del formato (número limitado de palabras, por poner un ejemplo) que por descuido del articulista.
No obstante aquí dejo tres enlaces que apoyan la afirmación del articulista:
http://www.euroxpress.es/index.php/noticias/2012/3/19/las-armas-no-entienden-de-crisis/
http://www.observatoriodelacrisis.org/2011/03/gasto-militar-y-economia-mundial-2/
http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20120222/152784188.html
Por último, no querría dejar pasar el siguiente hecho; nuestro propio país no es ajeno a las líneas de debate expresadas en este artículo.
http://www.cincodias.com/articulo/empresas/espana-grande-industria-militar/20110223cdscdiemp_14/
http://www.youtube.com/watch?v=bnFJDUgfsPE
http://www.revistatenea.es/revistaatenea/revista/articulos/GestionNoticias_2073_ESP.asp
Yo , que nací caprichosa y mala comedora, sólo conozco el potaje de habas.. Quizá por eso nunca he desechado los garbanzos, sencillamente porque no existen en mi plato
Mira querido, la crisis es occidental en su vertiente economica-financiera, europea en sus consecuencias de deuda institucional, y española en su deuda industrial y familiar. Nosotros a eso le llamamos crisis y como nos miramos el ombligo aun más “crisis global”
El mundo va viento en popa en los paises emergentes, que curiosamente son los que citan tus articulos como compradores y mantenedores del sector bélico. Pero los paises emergentes tiran también de otros muchos sectores. Su bonanza hace mantener y crecer distintos sectores industriales, ¡faltaría más!
El aplauso provocado se produce cuando un señor, no inocente, se mezcla con el público y lanza su aplauso justo cuando se dice algo que gusta oir
El comentario del artículo no es inocente y mezcla la crisis con el gasto en armamento. ¡Y eso a muchos le gusta!
Para saber como va el sector bélico no hace falta irse a los articulos. Se miran los presupuestos de defensa de la zona en crisis y la zona no en crisis, y tambien la cotizacion en bolsa de las empresas de estos paises. ¡No están para tirar cohetes!. Las empresas que se agarran a pedidos de los paises emergentes respiran y las que no están apretaditas