El artista que pintó un caballo azul
El artista que pintó un caballo azul de Eric Carle. Traducción de Chema Heras. Kalandraka, 2012. Cartoné. 23 x 30 cm., 32 pp., 15 euros.
Por Anabel Sáiz Ripoll.
Los niños, cuando se inician en el dibujo, son muy imaginativos y, poco a poco, por desgracia, esa imaginación se les va coartando porque la hierba no puede, por ejemplo, ser roja, sino verde y el cielo ha de ser siempre azul y el sol en ningún caso puede ser rosa. ¿O pueden serlo? El artista que pintó un caballo azul huye de cualquier convención y permite a los niños, prelectores y primeros lectores, seguir sus propios criterios a la hora de entender la propia creación.
El libro, con texto e ilustraciones de Eric Carle, es espectacular en cuanto a su formato, tipo álbum, con tapas duras y en cuanto a sus imágenes. Todos los colores se dan la mano y apuestan por un mundo mejor, más imaginativo y menos represivo. Eso es lo que hace Eric Carle en El artista que pintó un caballo azul. Este artista fue el pintor alemán Franz Marc, precursor del expresionismo. Su cuadro “Caballo Azul I” es, precisamente, el punto de partida de la obra de Eric Carle.
Con un texto muy sencillo, mero soporte para las ilustraciones, el creador se define a sí mismo como “soy un artista y pinto…”. Y pinta un caballo azul, un cocodrilo rojo, una vaca amarilla, un conejo rosa, un león verde, un elefante naranja, un zorro violeta, un oso negro y un burro de colores… y lo hace así porque, ni más ni menos, “¡Soy un artista!”. Aquí está la afirmación de la personalidad más genial y, a la vez, más sencilla que pueda darse.
Los animales que pinta Eric Carle no son los comunes, son los maravillosos, los especiales, los que han surgido de su capacidad creativa; de ahí que el libro sea un canto a la libertad.
El artista que pintó un caballo azul es un libro visual, que impacta a quien lo mire por su colorido y que, por supuesto, supone una lección de arte para los más pequeños. ¿Solo para los pequeños?