Foto: José J. Heras

Antonio Luis Ginés es un poeta y gestor cultural nacido en Iznájar, Córdoba, en 1967. Ha publicado los libros de poesía Rutas exteriores (XI Premio Nacional de Poesía Mariano Roldán, Ánfora Nova, 1998), Animales perdidos (Plurabelle, 2005), Picados suaves sobre el agua (Bartleby, 2009), Aprendiz (La Isla de Siltolá, 2013) Antonov (Bartleby, 2020) y su única antología de poemas Bosques de Polonia (Ayto. de Iznájar, 2023). Su obra poética ha sido incluida, entre otras, en la antología Edad presente. Poesía cordobesa del siglo XXI (Fundación J. M. Lara, 2004). Colabora en Cuadernos del Sur, suplemento literario del Diario Córdoba y aún sigue impartiendo algún taller de creación literaria. Además, tiene dos libros de relatos publicados: El fantástico hombre bala (El Páramo, 2010) y Teoría de lo imperfecto (La Isla de Siltolá, 2015). En 2018 publicó el libro de ensayo literario Seres de un día (La Isla de Siltolá). Hoy pasa por nuestra sección para darnos su primera impresión sobre Corriente invisible, el libro de poemas que acaba de ver la luz en Bartleby.

 

Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?

Antonio Luis Ginés: Tengo más claro el ahora que el porqué, aunque supongo que los dos van unidos. Ahora, porque era el momento de plasmar esta versión de lo afectivo-emocional, de lo que anda semi-oculto en nuestras vidas o alrededores, y que también guarda una importancia vital en nuestro quehacer diario, en nuestra mirada cotidiana.

Hay que modelar las ideas a través del lenguaje

¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?

En algún momento, durante alguna lectura, se activó la necesidad de escribir estos poemas en torno al eje de lo invisible pero presente, no tangible pero que se desplaza –sigilosamente- con su propia fuerza. Esa corriente está muy viva, siempre en movimiento, enviando mensajes, solo hay que abrir bien los sentidos, estar receptivos.

Cada libro conlleva su propia mecánica

¿Cómo fue el proceso de escritura? ¿Ha cambiado tu forma de trabajar con respecto a otros?

Resultó un proceso lento e intenso a la vez. Hay que modelar las ideas a través del lenguaje, y eso conlleva un trabajo de ajuste y precisión; la intuición dicta, pero hay que saber interpretarla y no pensar solo en lo que tú quieres para el poema, sino también estar atento a lo que el poema te pide.

Cada libro conlleva su propia mecánica, sin embargo, en mi caso y en las últimas entregas, suele haber bastantes similitudes en dicho proceso creativo.

Hay que dejarse sorprender

¿Qué pistas o claves te gustaría dar a los posibles lectores?

Que se dejen llevar, amplitud de sentido, y no siempre ceñirse solo y exclusivamente al sentido literal, sino también permanecer atentos a ese otro flujo hacia el que apuntan las palabras, y que trato de visibilizar en cada poema. Hay que dejarse sorprender.

Siempre has de perseguir un objetivo con tus poemas

¿Qué efecto esperas que tenga en ellos?

Si me leen ya me parece bastante. Busco despertar, suscitar, provocar, no dejar impasible. Esta máxima no ha cambiado en mí a lo largo de los años. Tal vez suene a un poco pretencioso, pero siempre has de perseguir un objetivo con tus poemas.

¿Qué importancia le das a la revisión y a la edición en tu proceso creativo?

La máxima importancia. En esta ocasión ha resultado un proceso que me ha dejado exhausto. Surge un momento en que tienes que parar, pero hay que saber dar con él. Algunos días, tras el acabado de alguna pieza, no me apetecía saber nada de la poesía, hasta que te recuperas y vuelves a tu normalidad. Una especie de vaciado creativo-temporal, pero necesario para rendir al máximo de tus posibilidades frente a lo que quieres contar o transmitir con los textos.

Uno no es el mismo en cada tiempo

¿En qué medida veremos en él —o no— al Antonio Luis Ginés de tus anteriores obras?

Por supuesto, no es este un libro de ‘ruptura’ ni nada de eso. Continúo avanzando hacia zonas del poema y de lo afectivo en las que no había entrado antes con tanta profundidad. Lo temático no varía en exceso, es la manera en que se abordan las situaciones, el uso del lenguaje en cada momento, la conjunción de todos los elementos implicados, y uno no es el mismo en cada tiempo, eso determina mucho la mirada, el enfoque que va mutando.

Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de Corriente invisible, ¿cuáles serían?

Serían: “El arco de la pisada”: no es solo la apertura, comprime mucho de ese yo que circula por el poemario; “Maldito mecanismo” y “En la parada”. Si me lo vuelves a preguntar dentro de unos meses, igual elijo otros distintos.

La insistencia con la escritura es mi mantra interior

Han pasado cinco años entre la publicación de Antonov y de este libro. ¿Cómo afrontas este nuevo reto –pues publicar un libro de poemas lo es-? ¿Qué esperas de él?

Las expectativas que uno se marque nada tienen que ver con lo que se encuentra a posteriori. No espero nada distinto de otras veces, sólo que esa mirada trate de seguir llegando al-la lector-a, que les sacuda, golpee, conmueva…. Quizá sea mucho pedir, pero la ilusión la mantengo intacta. La insistencia con la escritura es mi mantra interior, hasta que ya no tenga nada que decir.

Las valoraciones son peliagudas

Tras una decena de libros y tres décadas en esto de la escritura, ¿es un buen momento para hacer balance? Y en tal caso, ¿cuál sería su valoración?

Uf, no lo sé, la verdad. Creo que no soy el que debe hacer ese tipo de valoración, las valoraciones son peliagudas, los libros, los poemas, están ahí. Los-as lectores y el tiempo dirán, pondrán a cada uno-a en el sitio que le corresponde. 

Veo mucha obsesión por publicar sin tener una base lectora, y eso luego se nota

Tu experiencia impartiendo talleres de escritura es extensa e intensa. ¿Qué consejo le darías a los poetas jóvenes que están empezando a publicar?

Que lean, que lean mucho y bien. Veo mucha obsesión por publicar sin tener una base lectora, y eso luego se nota. No todos los lectores son escritores, ni pueden serlo, pasar de una orilla a otra parece fácil, pero en la poesía es perceptible cuando se da ese salto sin estar preparado. Es un aprendizaje continuo el de la escritura, no puedes creer que dominas o sabes porque hay mucho que abarcar, y es un género siempre en evolución, siempre en movimiento.

Por último, como lector, ¿de quién te gustaría conocer su “Primera impresión”?

De Pablo García Casado.

 

***

Tres poemas de Corriente invisible

 

EL ARCO DE LA PISADA

 

Mis pies.

Desnudos hablan y su desnudez

es la mía. Cuentan los senderos recorridos,

las montañas que ascendieron,

las cumbres sin coronar, pero también

la sobrecarga, el esfuerzo, la tensión

en las venas y las arterias.

Mis pies junto a otros pies, hablando

el idioma del deseo.

Los puentes que cruzaron,

el regreso en noches que ponen su señal

sobre nuestras cabezas; son ellos

los que hablan por mí todo eso que callo.

Su desnudez lleva el ritmo de mi sangre,

mi corazón en ciernes,

su forma, mi aliento.

Y ciudades, puertos, montañas

bajo su pisada. Serán ellos

los que digan que estuve

cuando no pueda moverme. Ellos,

la historia de mis trayectos,

la palabra del camino,

el arco de la pisada,

cada lugar.

 

 

MALDITO MECANISMO

 

Personas que coinciden, que intentan

algún acercamiento. Puede que haya contacto,

que el dolor venga después,

que la pasión estalle y luego, los restos

de todo ardan bajo los pies.

Personas que no saben, no comprenden

qué les está sucediendo, el hueco

en el costado, la dificultad al respirar.

No llegan a unir sus deseos en un mismo punto,

no lo consiguen.

La pasión arrebata el sentido.

Crecen, maduran, y siguen

sin entender el maldito mecanismo.

La clemencia de los relojes no existe.

Puede que el llanto se oiga en las catedrales

o en medio de la tormenta.

Personas que navegan por el único hilo

de agua que les sostiene,

que no renuncian a lo que son,

que, tras el dolor, tendrán que levantarse

un día, y seguir, seguir como sea.

 

 

 

EN LA PARADA

 

En la parada del autobús,

una mujer habla sola.

Mastica las palabras, las escupe al viento.

El sol luce alto y el cielo es limpio.

 

Adónde se dirige este alma castigada,

este trozo de tiempo sin memoria, adónde

en un día claro y luminoso

que el dolor arrastra.

 

Estallan las rosas en los parques olvidados.

 

La mujer me mira buscando alguna respuesta

pero el viento enreda las palabras,

su sentido, y las devora.

 

ENTREVISTA REALIZADA POR JAVIER GILABERT
Granada, 1973. Maestro avemariano, es autor de PoeAmario (2017), En los Estantes (2019), Sonetos para el fin del mundo conocido (2021) junto con Diego Medina Poveda, Bajo el signo del Cazador (2021) junto con Fernando Jaén, Todavía el asombro (2023). Copromotor, antólogo, coeditor y periodista cultural.