Eva Fraile (Reina lectora).

Últimamente, he visto varias novedades de libros en donde se habla de los cuidados paliativos o de los últimos momentos de vida de muchos pacientes y personas. Hace ya unos añitos me crucé con Vida antes de la muerte, de la médica de cuidados paliativos Mel Romboli, quizás pionera en poner sobre la mesa este tema y, además, hacerlo desde una perspectiva también geográfica, pues como inmigrante tiene una visión muy amplia tanto del oficio como de las diferentes culturales que nos podemos encontrar. Charlamos con ella sobre su obra y este tipo de situaciones.

  • Mel, ¿consideras que los pacientes tienden a confiar en los médicos?

Te diría que, en España, las personas que transitan los ochenta o noventa años, tienden a confiar en los médicos y en dejar hacer. En cambio, las personas un poco más jóvenes preguntan más, quieren participar en las decisiones y si bien tienden a confiar, son más proactivos en lo referente a sus decisiones. Yo creo que en general, el público confía en los médicos a no ser que hayan tenido una experiencia negativa.

De todas maneras, me gustaría que los médicos tuvieran más conciencia de las dinámicas de poder que existen en la consulta y cómo podemos ser más abiertos y empoderar a las personas a que pregunten lo que no entienden y nos digan qué  es lo que más les importa y cómo quieren ser tratados. Pero el cambio tiene que venir de nosotros.

  • Yo tengo mis propias experiencias personales y, en muchos casos, me he descubierto a mí misma optando por una actitud contraria a la esperada: rebeldía y confrontación con ellos. Por cansancio y desconfianza. ¿Qué opinas sobre esto?

La actitud que tenemos frente a los sanitarios es muy personal y generalmente esta ligada con la experiencia. Como tú dices, te encuentras con esa actitud por cansancio, tal vez frustración por algunos episodios y tu actitud es muy válida. Creo que como médicos tenemos que estar abiertos a entender como nuestras acciones afectan a las personas. Lo queramos o no, hay una cierta relación de poder y tenemos que ser muy consciente de ello para poder ponernos en el lugar del otro de una manera genuina y honesta.

  • Sé que tienes en marcha un nuevo proyecto y, seguramente, que pronto llegarán más. ¿Seguirán en esta línea? ¿Te gustaría especializarte en este género más de novelas de inspiración y personas de a pie?

Mi próximo proyecto también trata de algo que es bastante fuerte y puede generar muchas emociones. Soy consciente que no son los temas más populares, pero son historias que han llegado hasta mí, de las que he sido testigo o he participado y siento una obligación fuerte de darles visibilidad y ¿qué mejor que una novela para ello?

Increíblemente, algunas personas me han confiado cosas que nunca hubiera imaginado, historias dentro de la gran historia de España e incluso de otros países en las que ellos y sus familias han sido víctimas de cosas tremendas y a pesar de eso sobrevivieron y pudieron llevar una vida digna y feliz. Yo los encuentro sesenta o setenta años más tarde y ellos me regalan su historia, ¿cómo podría yo guardármela solo para mí?

  • Hablas también de vulnerabilidad en tu novela. ¿Ayuda o entorpece?

La vulnerabilidad propia siempre ayuda.  Te recuerda que uno es humano, te acerca al otro, a aquel que sufre, pero también al que esta bien y puede ayudar. Es como una oportunidad de conexión y crecimiento. Además, es parte inherente de cada uno y de todos. Sin vulnerabilidad no hay fuerza, no hay valentía, no hay éxito.

  • Hay una premisa bastante atrevida en tu historia que es la que intenta ver qué hay más allá del dolor o de las emociones. Sugieres que a veces se os escapa algo a los médicos que no tiene que ver del todo con la ciencia…

En la novela lo sugiero, como una invitación a los lectores a explorar aquello que no se entiende. En mi vida personal estoy convencida que hay mucho mas de lo que percibimos con nuestros sentidos. He estado al lado de muchas personas que han muerto y cada vez me convenzo mas de ello. El final de la vida es sumamente sagrado, e inexplicable. La energía, la emoción y el amor que se sienten en esos momentos a pesar de la tristeza, y el dolor de la despedida hay algo tan evidente que, aunque inexplicable, no deja dudas. 

  • ¿Una historia emotiva de algún paciente que recuerdes especialmente?

Muchas, muchas. La gente es muy linda. A mi me gusta mucho la gente.

Si tengo que elegir una especialmente emotiva, fue hace ya unos años, una mujer joven con quien había trabajado mucho sobre sus síntomas, su diagnóstico y su despedida. Hacia el final llevaba unos días en coma. Su hija se graduaba mientras ella estaba ingresada en nuestra unidad. La ceremonia se estaba grabando en vivo, las enfermeras buscaron un portátil y la pusieron para que escuchara, aunque ella ya no respondiera. Yo vi que terminaba y me acerqué a la habitación. Estaban pasando la canción “I believe I can fly”, que dice “creo que puedo volar, creo que puedo tocar el cielo”, en ese momento me acerqué, le di la mano y ella hizo sus ultimas respiraciones. Fue definitivamente un momento sagrado, extraordinario para mí.

  • ¿Y en qué momento decides escribir sobre todo esto?

Hace ya varios años que estaba explorando la escritura como algo importante en mi vida, comencé a hacer cursos, escribí algunos cuentos, historias cortas y luego comencé a fantasear con la idea de una novela. Por otro lado, sentía una gran necesidad de compartir el tema de mi especialidad con el público ya que es algo que se ignora bastante y un tema del que la gente prefiere no hablar.

  • ¿Y publicarlo? ¿Cuál es tu objetivo con Vida antes de la muerte?

La publicación vino más por parte de amigos que lo leyeron y me alentaron a hacerlo. Me dijeron que el mensaje y cómo estaba escrito tenía que ser compartido y les creí. Mi objetivo es compartir eso que me emociona, me conmueve y mover a otros a animarse a emocionarse, sentir y reflexionar.

  • «Cuando la muerte es la que te enseña a vivir». Esta frase aparece en la contraportada de la historia y yo quiero cerrar con ella. Tu libro también nos enseña un poco a vivir. ¿Qué te gustaría decirles a tus lectores?

Me gustaría decirles que se animen, que la vida es maravillosa con todo, lo bueno y lo malo. Les diría que se atrevan a maravillarse, a emocionarse, porque al final todo pasa por algo y tiene sentido.