Eduardo Suárez Fernández-Miranda.
Una pequeña obra maestra, un libro hermoso y escalofriantemente contemporáneo. En cada palabra palpita una especie de sabiduría que solo puede surgir de una observación meticulosa y plenamente comprometida de la realidad. Alejandro Zambra.
Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978) pertenece desde el mes de marzo al catálogo de una de las editoriales más prestigiosas de nuestro país: Seix Barral. Si antes era Random House la encargada de publicar su obra a ambos lados del Atlántico, ahora esa tarea será compartida. Coincidiendo con su estreno en Seix Barral, la escritora argentina ha publicado su nuevo y esperado nuevo trabajo: El buen mal. Se trata de un libro de seis cuentos donde los personajes “se encuentran en un punto de no retorno, encandilados por el fulgor de la inminente tragedia”.
Junto a este volumen, se reedita la que es, seguramente, una de sus mejores narraciones: Distancia de rescate. Publicada por primera vez en 2014, surgió de la imaginación de Samanta Schweblin como un cuento. Pero la brevedad del cuento no era suficiente para desarrollar lo que estaba en su mente. Necesitó “cien páginas más para contar algo que quería contar en treinta. Desde la perspectiva de un cuentista, escribí una novela porque fracasé en mi intento de escribir un cuento”.
Uno de los temas fundamentales de Distancia de rescate es la maternidad y los miedos a los que se enfrenta una madre. Amanda abandona la ciudad para irse de vacaciones con su hija Nina. Allí conocerá a Carla, dueña de un perturbador secreto que tiene que ver con su hijo. La novela es un diálogo febril entre Amanda y David, el hijo de Carla. El tono de la narración resulta inquietante desde las primeras páginas y nos arrastra a un mundo rural que esconde un misterio que poco a poco iremos descubriendo.
Distancia de rescate no es una novela de terror, aunque contiene elementos propios del género: “Niños con malformaciones en un pueblo lleno de abortos espontáneos, donde los caballos caen desmayados porque sí, donde los patos se mueren, que pareciera que son elementos arbitrarios del género fantástico, y no está mal que alguien que está fuera del tema los lea así, ¡pero lo terrible es que en realidad eso pasa!”. Nos sitúa frente a un asunto que puede pasar desapercibido para la mayoría de nosotros: el uso excesivo de los pesticidas. En las zonas rurales argentinas es causa de un alto porcentaje de fallecimientos por envenenamiento. Distancia de rescate muestra cómo “el campo ha cambiado frente a nuestros ojos sin que nadie se diera cuenta”.
El libro ha sido llevado al cine por la directora peruana Claudia Llosa. Una adaptación que cuenta con el beneplácito de la escritora, ya que “lograba vibrar en la misma sintonía que el libro”. La película, en lo esencial, en “lo más puro de sus personajes, en su tensión, en la emocionalidad que atraviesa toda esta historia, en sus espejismos, el libro y la película van de la mano”.
Samanta Schweblin es una escritora con una voz inquietante y misteriosa que recrea, con una inusitada sensibilidad, todos los miedos que afloran en nuestra vida cotidiana. Así lo demuestra en El buen mal y Distancia de rescate.