Bernardo Santos (Vinuesa, 1962). Es autor de La tempesta del tempo-El vendaval del tiempo. (Ensemble 2024; Roma; Edición bilingüe), Retratos, paisajes y bodegones. (Letras Cascabeleras 2024), Profunda intención. (La Imprenta 2024), Global y Roto (Amargord, 2014 y 2018), Con el paso cambiado, nuevamente (Baile del Sol, 2013), El mismo diferente amor (Ultramarina 2012 y 2014) y Vinuesa, Zahara y otros lugares (Soria Edita, 2011), Con el paso cambiado. (Padilla, 2006), Amor desobediente. (Padilla, 2002), y Terraza al infinito. (Padilla, 2000).
Ha traducido poesía del italiano, Il Delta del tuo Fiume de Gëzim Hajdari (Luces de Gálibo 2022) y Emporium de Marco Onofrio (Luces de Gálibo 2019) y para las revistas Caja de Resistencia y Alameda 63.
Ganó el XIV premio de internacional de Poesía Luis Feria de la Universidad de la Laguna, en su edición de 2012 por su poemario “Global y Roto” y en 2012 recibe el galardón “Aintzinako Bihotz” (Corazón Arcaico), en “Voces del Extremo” en Moguer. Su poema Mercados figura en el disco “Voces del Extremo”; El Niño de Elche. 2016.
Aparece, entre otras, en las antologías: Alias. Antologia translingue di poesia italo-spagnola contemporánea. Ensemble. Roma, 2023. Naturaleza poética. Antología de ecopoesía y poemas de naturaleza. La imprenta. Madrid, 2022. Poesía en Defensa de la Sanidad Pública. Voces del Extremo y Marea Blanca en Sevilla. Amargord. Sevilla, 2022. Conmovidas. Luso-española de ediciones 2019. Disidentes: antología de poetas críticos españoles (1990-2014). La Oveja Roja 2015. En legítima defensa. Bartleby 2014. Voces del Extremo. 1999-2011. Málaga-Moguer 2011 y Cierzo Soriano. Poetas para el XXI. Soria Edita 2003. Hoy pasa por Primera Impresión para hablarnos sobre su último libro.
La novedad está en añadir otro ladrillo al muro.
Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?
Bernardo Santos: Últimamente me pesaba mucho esa mochila que llevo desde siempre con la irresoluble pregunta de qué es la realidad y cómo (re)conocerla y el problema, por tanto, de comprender quienes somos, colectivamente como seres humanos y cada uno consigo mismo. De ahí, este libro. Nada nuevo. Todo bastante frecuentado en la historia de la poesía. La novedad está en añadir otro ladrillo al muro.
Dar vueltas al papel de la memoria, a los cambios que produce el devenir, a nuestra performatividad, a cómo nos influye la certeza de palmar algún día junto a la incertidumbre de no saber cuándo, es, como dijo aquel, el único argumento de la obra. El paso del tiempo es una tempesta que lo revuelve todo, que no deja ninguna cosa en su sitio, y frente a la cual, la memoria trata de salvar los muebles.
Y aquí aparece el cine, porque ya dijo Bergson que los seres humanos recordamos cinematográficamente, recordamos nuestro pasado artificialmente, tras un montaje selectivo de escenas a las que damos encuadres y etalonaje y que, de alguna manera, son nuestra realidad en el presente. Un pasado que constantemente cambia en el presente.
Y luego llega Pasolini y habla del cine de poesía frente al cine de prosa que defendía Rohmer, un cine subjetivo, donde más importante que la historia misma, es la voluntad de filmar, el estilo con el que se hace.
Y eso somos, la voluntad de contarnos a nosotros mismos y el autoengaño de contarnos según parámetros impuestos. Este libro reivindica una mirada humilde a lo que somos, que parte de la imposibilidad de saber y también del deseo de libertad para aproximar honestamente una respuesta en el contexto del desastre neoliberal y el colapso que se avecina.
¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?
Se publica ahora porque la editorial Ensemble de Roma me pidió un manuscrito inédito. Tengo que alabar su estrategia de publicar autores de toda Europa y agradecer a su director, Matteo Chiavarone, que me haya elegido entre ellos, probablemente por mis trabajos previos de traducción. Un sueño hecho realidad.
Umberto Eco dijo que el idioma oficial de Europa debería ser la traducción y esta colección de Ensemble da respuesta a ello y es un aldabonazo a la quizás demasiado ensimismada poesía española, donde se hacen no sé si suficientes traducciones de poetas europeos contemporáneos, pero donde parecería un poco inconcebible que una editorial española apostara por editar por primera vez un texto inédito de un autor extranjero.
¿Cómo fue el proceso de escritura? ¿Ha cambiado tu forma de trabajar con respecto a otros?
No creo. El proceso de escritura ha sido similar al que me ha sobrevenido en otras ocasiones. Justo después de cerrar el libro precedente, escribo, escribo, escribo sobre diversos temas, con diversa sensibilidad, con diverso estilo y poco a poco va destilándose un tono, un pulso, unas formas que se abren paso entre las demás, un lixiviado, también unos temas que se hacen protagónicos, y todo ello, me empuja a profundizar, a extender a dar vueltas, como en una espiral, sobre ese eje que ha surgido y, así las cosas, un nuevo libro va tomando forma, y cuando esta forma avanza ya me olvido de todo lo demás, o quizás no me olvido, pero lo que surge fuera de esa idea de nuevo libro queda relegado.
La poesía está hoy más presente que nunca en la sociedad
¿Qué pistas o claves te gustaría dar a los posibles lectores?
Se podría considerar que yo pertenezco (o me gustaría pertenecer) a lo que se ha venido a catalogar en España como Poesía de la Conciencia Crítica, es decir una poesía muy atenta al mundo, a los conflictos, por tanto, a la realidad, pero que se acerca a esa realidad con ojo crítico, con mirada analítica, desde presupuestos de desasosiego y de inconformismo y con propuestas de impugnación y búsqueda de alternativas. Poetas en tanto que ciudadanos. Poetas estupefactos ante la injusticia.
La poesía está hoy más presente que nunca en la sociedad, pero predomina una poesía banal, repetitiva, útil al sistema, de mala calidad. Sin embargo, en minoría y con una fuerza inédita en otras literaturas, hay una poesía necesaria, una en la que el o la poeta, como el místico, como el profeta, propone una pausa, un ángulo para la mirada, una pregunta difícil, algo que ponga en solfa esta sociedad consumista, uniformada y embrutecida a la que nos encaminamos cada vez con más prisa. Una poesía que se abra paso contra viento y marea, contra el imperio de las grandes editoriales, apoyada en las pequeñas librerías, en los proyectos colectivos, en el encuentro personal y en el acompañamiento de las luchas de los movimientos sociales.
A los lectores italianos creo que este paradigma les puede interesar mucho, porque existe allí una potente poesía cívica, que reivindica los derechos sociales, una poesía republicana, pero que rara vez se interroga por las causas, que rara vez propone alternativas.
Entre los y las poetas que citaría como referentes de esta corriente en España y a los que me gustaría parecerme, aún en una alícuota, estarían, por supuesto, Jorge Riechmann, María Ángeles Maeso, Ana Pérez Cañamares, Isabel Pérez Montalbán, Enrique Falcón, Antonio Orihuela, Olalla Castro, Antonio Crespo Massieu y un aluvión de jóvenes poetas provenientes de la migración de sus padres o del precariado que está escribiendo con mucha fuerza.
¿Qué efecto esperas que tenga en ellos?
Me gustaría que tuvieran un sentimiento encontrado. Por un lado, que sintieran placer, que se conmovieran con la supuesta belleza que pudiera haber en los poemas, que vibraran ante un verso conseguido, una imagen sugerente, un ritmo adecuado, pero a la vez, me gustaría que se desasosegaran con la reflexión que propongo, que el libro los zamarreara un poco, que les diera algo de náuseas, que les llevara a la reflexión y de ahí a la acción.
Sigo un proceso muy sistemático para que cada libro tenga una potente estructura.
¿Qué papel desempeña la estructura o la disposición de los poemas en el volumen? ¿Fue algo deliberado o más intuitivo durante el proceso de creación?
Como dije antes yo escribo y escribo, más movido por la intuición, el deseo, la necesidad, también por las ideas, esa fuerza que sube de la tierra y acaba en los dedos que golpean el teclado, pasando por el sistema límbico y el córtex, pero luego, cuando todo el material está en el disco duro o en la nube, sí es verdad que sigo un proceso muy sistemático para que cada libro tenga una potente estructura.
Es lo que he hecho hasta ahora. Incluso a veces con un poco de TOC. Por ejemplo, en mi libro Carbono 14, un libro de sonetos, me impuse agruparlos en tres secciones temáticas y que cada una tuviera solo 2 x 14 sonetos, con lo cual se quedaron fuera decenas de ellos. O en este caso me autoimpuse que todos los títulos tenían que responder a figuras del cine relacionadas con el tema del poema, agruparlos en dos secciones según fueran más introspectivos o tuvieran una mirada más amplia, y me obligué a hacer tres poemas de presentación que van al inicio, fuera de la estructura general, un autorretrato, una justificación del título y un homenaje al cine.
Alguna vez hice experimentos de escritura automática.
¿Y qué importancia le das a la revisión y a la edición en tu proceso creativo?
Mucha. Alguna vez hice experimentos de escritura automática, pero luego corregí los textos hasta la saciedad antes de desecharlos o publicarlos. Creo que el/la poeta que no desecha, tacha y mete en un cajón los textos una y otra vez, no es demasiado honesto/a. Salvo que el poema haya surgido genial, indiscutiblemente acabado y eficaz desde el principio, cosa, creo, bastante infrecuente y que a mí no me ha sucedido nunca.
El urbanismo nos moldea como personas y como sociedad.
¿En qué medida veremos en él —o no— al Bernardo Santos de tus anteriores obras?
Como el mismo libro aborda, somos siempre la misma persona y somos siempre diferentes. ¿Qué hay hoy en mí de lo que fui ayer? Pues no lo sabemos. Queremos creer que tenemos una identidad, una personalidad y nos aferramos a construirla y mantenerla, pero ¡ay de los inamovibles! Son falsos.
Sí hay en este libro algunas cosas que aparecen habitualmente en lo que escribo. Por ejemplo, la preocupación por los lugares, el territorio, el paisaje, los skylines, pues no vivimos en el éter y como sabe Yi Fu Tuan, las comunidades humanas modifican el paisaje según su cosmovisión, a la vez que el paisaje, las ciudades, el urbanismo nos moldea como personas y como sociedad. No es igual la gente de la montaña que la de la costa, ni la de los barrios obreros que la de las urbanizaciones extensas sin transporte público.
No sé qué decirte. Muchas más cosas, el intento de experimentar con las formas del poema, el esfuerzo de incluir capas y capas en los poemas para que puedan tener varias relecturas y en cada una de ellas se pueda sacar algo, el intento de evocar más que decir, etc.
Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de La tempesta del tempo- El vendaval del tiempo, ¿cuáles serían?
Difícil porque cada poema es como un hijo y no se puede elegir entre los hijos. Quizás, Encuadre, por su simbolismo, por lo que insinúa y calla, quizás el poema Thriller porque me lo han señalado varios amigos como, a lo mejor, uno donde ha sonado la flauta, y, de la tercera parte titulada Escenas, el primero, el que se refiere a Al Mutamid, rey de Sevilla.
El traductor debe tener como lengua materna la de la versión final.
El libro ve la luz en una publicación bilingüe en italiano y en español. ¿Has participado del trabajo de los traductores? ¿Y cómo te suenan sus poemas en la lengua de Dante?
Hice una primera traducción a la que luego le ha dado la vuelta la profesora, traductora y poeta Dalila Colucci, a quien debemos la suave y firme corteza de la versión italiana. El proceso ha durado unos ocho meses y ha sido muy revelador y divertido.
Yo había traducido previamente a Marco Onofrio y a Gëzim Hajdari y fue una experiencia magnífica, dura y a veces frustrante, pero muy reconfortante cuando consigues entrar en los ojos y oídos de la persona a la que estás traduciendo y la reconoces en el texto que finalmente propones. Sin embargo, la traducción inversa me sobrepasa. Yo creo que el traductor debe tener como lengua materna la de la versión final, al menos en mi caso, porque no soy profesional y mi conocimiento del italiano es limitado. Tampoco me sentí capaz de hacer como otros autores que sí dominan la lengua de destino y que re-escriben sus poemas, de forma que evitan la traducción y generan una nueva versión, a veces bidireccionalmente. Además, mi libro ya estaba escrito y cerrado en español cuando Ensemble me lo pide.
El final de todo apocalipsis es un renacimiento.
¿En qué proyectos poéticos andas trabajando actualmente?
Después de publicar mi libro Profunda intención en la editorial La Imprenta de Madrid, que trata sobre la centralidad del amor y la comunidad para el sostén de la vida humana en el planeta y para que ésta tenga futuro, estoy dándole vueltas al amor después del amor, digamos, a la reparación, a como restaurar el amor que se ha roto, a cómo acomodar un nuevo tipo de amor cuando el enamoramiento pasa, cuando el óxido implacable del sistema agota las relaciones que nacen eufóricas, tanto el amor entre dos personas como en otros tipos de amor, en el amor comunitario, en la solidaridad, esa ternura de los pueblos. Después de que el gran Enrique Falcón dijera aquello de malditos los tiempos en los que los poetas sólo pueden escribir apocalipsis, pues yo me he puesto a ello y cómo el final de todo apocalipsis es un renacimiento, pues me he puesto a enredar con esto. No sé cómo acabará, pero espero que bien y que acabe algún día,
Por último, como lector, ¿de quién te gustaría conocer su “Primera impresión”?
De mucha gente, pero quizás de Isabel Martín, por su compromiso feminista y libertario y contra la andaluzofobia y porque ha reventado los estilos y la separación del arte en disciplinas estancas y porque me gustaría saber qué está tramando para su próximo libro.
***
Tres poemas de La tempesta del tempo-El vendaval del tiempo
ENCUADRE
Enebro tras enebro,
me acuerdo de estar vivo.
Roble tras roble hago cosas,
aumento la entropía.
Fresno a fresno
doy y recibo placer.
El bosque no puedo verlo,
necesito el ojo de dios,
pero sé que existe el bosque
e incluso podría describirlo
desde este enebro,
desde este roble,
desde este fresno.
INQUADRATURA
Di ginepro in ginepro,
mi ricordo di esser vivo.
Di quercia in quercia faccio cose,
aumento l’entropia.
Di frassino in frassino
do e ricevo piacere.
La foresta non riesco a vederla,
ho bisogno dell’occhio di dio,
ma so che la foresta esiste
e potrei anche descriverla
da questo ginepro,
da questa quercia,
da questo frassino.
THRILLER
El paisaje de la infancia se industrializa.
Las ropas que usé pasaron de moda.
El ayuntamiento remodela las plazas.
Se han perdido las fotos, los poemas, tus cartas.
Los hijos hermosos son ciudadanos adustos.
Los relucientes amigos se vuelven oscuros.
La amada deja de amarnos.
THRILLER
I luoghi d’infanzia sono ora industria.
I vestiti di allora passati di moda.
Rimodellate le piazze dal comune.
Smarrite le foto, le poesie, le tue lettere.
I dolci figli si son fatti cittadini austeri.
Gli amici, da luminosi bui.
Lei non ci ama più.
ESCENA INTIMISTA EN LA DAR-AL-IMARA DE SEVILLA DONDE EL REY REFLEXIONA CON SU FAVORITO SOBRE SU AMOR Y SU DESEO
Anda la flor del naranjo jugando con tu axila,
la retama con tu pelo y, aunque rey,
soy vasallo de los versos que te escribo.
Me doy a tus masajes y bendigo
la luz de tu cintura, tus manos que se expresan,
todo tú sobre mi leve yo, todo tú, conmigo.
Mi amor, tú, te digo y le digo al próximo
y al que te hubo precedido,
que soy rey y soy poeta y estoy sólo,
pese a los bellos jóvenes celestes, abiertos
en sus canciones y orificios, pese al dulzor
de las esclavas y sus jugos generosos,
su baile, su desmayo, sus susurros,
hombre solo ante la noche, hombre roto,
pese a tanta belleza, pese a tu luz de favorito.
Vale Sevilla las guerras, las traiciones,
los cuchillos que aciertan con sus vísceras
en mi palacio de jengibre,
vale Sevilla las cabezas sin cuerpo,
las amputaciones, las heridas,
la sangre cruel y el hedor
de los muertos sobre los muertos,
vale todo ese horror las hermosas páginas escritas,
el poder de elegir
y la riqueza que te ofrezco.
Valen los campos yermos al norte el fruto a mediodía,
albaricoques, almendros, granados y pistachos,
valen las arenas al sur del sur el vientre del efebo,
las trenzadas lenguas, las piernas envolventes,
los alfajores, el mazapán, los siropes, los sorbetes.
Todo vale el placer que libo solo, mi bello hurí
en la yanna del Guadalquivir florido,
Edén bajo mi verga, Sheol para mi ano,
como una fruta en sazón, como perlas que ruedan
en el valle feliz, sin dolor, miedo o vergüenza,
cuerpos de almizcle, ríos de vinos aromáticos.
Temo así, amor, solo en la noche, cuando duermes,
la invasión de los bárbaros del norte,
reinos de la tristeza, el esparto y el tocino,
sin fuentes, ni baños ni jardines, sin vírgenes,
ni frutas ni mancebos ni placeres. Sin alma de sol,
con un tizón que surca el día hasta la noche.
Su miedo es una piedra, su ignorancia un leño,
y acechan cada día más duro y más al sur
esta patria nuestra, de siglos, sus gentes,
esta civilización que tanto esfuerzo en construir supuso
y los dioses, que son los mismos que los nuestros,
llenan allí de tormentas sus cabezas, casas y mercados,
que hasta en iglesias, sinagogas y mezquitas de Sevilla
se teme su jauría suelta, su aliento que baja por el valle.
Y me espanta, mi gacela, no su espada mas su frío,
sus cuerpos pestilentes, la fealdad de sus moradas,
el extraño hermanamiento al que obligan,
solo uno y uno, a cada hombre y su amado favorito,
sin más jóvenes posibles, sin vírgenes ni harem,
sin juncos por la piel, sin miel que se derrama.
SCENA INTIMA NEL DAR-AL-IMARA DI SIVIGLIA IN CUI IL RE RIFLETTE CON IL SUO FAVORITO SULL’AMORE E SUL DESIDERIO
Con la tua ascella gioca il fiore d’arancio,
con i tuoi capelli la ginestra e, sebbene re,
sono vassallo dei versi che ti scrivo.
Mi concedo ai tuoi massaggi e benedico
la luce dei tuoi fianchi, le tue mani che si esprimono,
tutto te sopra il mio io leggero, tutto te, con me.
Amor mio, tu: lo dico a te e lo dico al prossimo
e a chi ti ha preceduto,
che sono re e sono poeta e sono solo,
nonostante le belle gioventù celesti, aperte
nei loro canti e orifizi, nonostante la dolcezza
delle schiave e dei loro succhi generosi,
la loro danze, il loro deliqui, i loro sussurri,
uomo solo davanti alla notte, uomo distrutto,
nonostante tanta bellezza e la tua luce di favorito.
Vale Siviglia le guerre, i tradimenti,
i coltelli che affondano le viscere
nel mio palazzo di pane di zenzero,
vale Siviglia le teste senza corpi,
le amputazioni, le ferite,
il sangue crudo ed il fetore
di morti sopra i morti,
vale quell’orrore le belle pagine scritte,
il potere di scegliere
e la ricchezza che ti offro.
Valgono i campi brulli a nord i frutti al mezzogiorno,
albicocche, mandorle, melograni e pistacchi,
valgono le sabbie a sud del sud il grembo dell’efebo,
le lingue intrecciate, le gambe avvolgenti,
gli alfajores, il marzapane, gli sciroppi, i sorbetti.
Tutto vale il piacere che bevo io solo, mio bell’uri
nello yanna del Guadalquivir fiorito,
Eden sotto la mia verga, Sheol per il mio ano,
come un frutto maturo, come perle rotolanti
nella valle felice, senza dolore, paura o vergogna,
corpi di muschi, fiumi di vini aromatici.
Ho paura, amore, solo di notte, quando dormi,
dell’invasione dei barbari del nord,
regni di tristezza, di sparto e carne salata,
senza fontane, né bagni, né giardini, senza vergini,
né frutti né giovani né piaceri. Senz’anima di sole,
con un tizzone che solca il giorno fino alla notte.
La loro paura è una pietra, la loro ignoranza un ceppo,
e stringono ogni giorno più forti, più a sud
questa nostra patria, di secoli, questa nostra gente,
questa civiltà che di tanti sforzi costruita
e i loro dei, che sono uguali ai nostri,
gli riempiono la testa, le case e i mercati di tempeste,
tanto che persino nelle chiese, nelle sinagoghe e nelle moschee di Siviglia
temono il loro branco sciolto, il loro respiro che scende per la valle.
E mi spaventa, mia gazzella, non la loro spada ma il loro freddo,
i loro corpi maleodoranti, la bruttezza delle loro dimore,
il soffocante accoppiamento al quale costringono,
uno per uno, per ogni uomo il suo preferito,
senza più giovani possibili, senza vergini o harem,
senza giunchi per la pelle, senza miele che trabocca.
ENTREVISTA REALIZADA POR JAVIER GILABERT
Granada, 1973. Maestro avemariano, es autor de PoeAmario (2017), En los Estantes (2019), Sonetos para el fin del mundo conocido (2021) junto con Diego Medina Poveda, Bajo el signo del Cazador (2021) junto con Fernando Jaén, Todavía el asombro (2023). Copromotor, antólogo, coeditor y periodista cultural.