Horacio Otheguy Riveira.
En un solo volumen, una trilogía del novelista y autor teatral Nando López.
Algo más que sexo cuenta las historias de Leyre, Fran y Natalia, tres hermanos muy diferentes. Leyre y Fran son mellizos, y están a punto de terminar el bachillerato. Natalia es casi dos años menor y acaba de terminar la ESO. Los tres libros de la serie, ambientados en distintas estaciones, siguen sus peripecias amorosas y sentimentales en una trama espectacular, escrita y editada con una dinámica de alta comedia, serie, revista musical… aunque en formato de novela.
Un nuevo hallazgo de un escritor con gran conocimiento del público adolescente, que sabe articular ideas y emociones de tan inquieta e inquietante etapa de la evolución humana. Desde luego, con todos los ingredientes para que su lectura resulte fantástica -dentro de su potente realismo-, tan cómica, triste, liosa y auténtica como la realidad que nos rodea.
PRIMERAS PÁGINAS…
I.- LEIRE
Tienes demasiadas exigencias.
Gracias, Álex.
Me lo dice siempre que rompo con alguien. O que no quiero salir con alguien. O que le confieso que me estoy pensando si merecería la pena salir con alguien.
Tienes demasiadas exigencias, Leyre.
Gracias otra vez, Álex.
Es muy útil que te repitan tanto algo que, además, ni siquiera es verdad.
A no ser que pedirles que sepan comerme bien la boca y hablar de algo que no sean ellos mismos sea pasarme con las exigencias.
En fin, ya conocéis a mi amigo Álex (porque aparece por aquí más que yo, aunque este sea mi podcast). Da igual que no tenga razón, él sigue convencido de que sí que la lleva. Pero esa es otra historia.
Tienes demasiadas exigencias.
Gracias, Álex.
Me lo dice siempre que rompo con alguien. O que no quiero salir con alguien. O que le confieso que me estoy pensando si merecería la pena salir con alguien.
Tienes demasiadas exigencias, Leyre.
Gracias otra vez, Álex.
Es muy útil que te repitan tanto algo que, además, ni siquiera es verdad.
A no ser que pedirles que sepan comerme bien la boca y hablar de algo que no sean ellos mismos sea pasarme con las exigencias.
En fin, ya conocéis a mi amigo Álex (porque aparece por aquí más que yo, aunque este sea mi podcast). Da igual que no tenga razón, él sigue convencido de que sí que la lleva. Pero esa es otra historia.
La de este fin de semana podía haber salido mejor. O eso esperaba yo. Estaba convencida de que este episodio iba a ser EL episodio. Uno dedicado, por fin, a contaros que me lo había pasado realmente bien. Que había sido justo lo que deseaba. O incluso más.
Pero no.
La historia de este fin de semana no ha sido como la había imaginado, sino tal y como me la esperaba. Y eso, obvio, son dos cosas muy distintas.
Lo que deseaba era que fuera un tío con las cosas claras, con algo de imaginación, con capacidad de escucha, un tío de los que saben mirarte para entenderte, de los que leen tu cuerpo, tus gestos, de los que entienden lo que les estás pidiendo y quieren que disfrutes porque, si no es así, tampoco pueden disfrutar ellos.
Y lo que me esperaba, por supuesto, era que no sería así.
Palabra que me habría encantado equivocarme.
Y ponerle un audio a Álex nada más llegar a casa para decirle que todo había ido genial. Que lo habíamos pasado bien de verdad.
Pero qué va.
El audio que le puse fue el mismo que los anteriores:
Otro que iba a su bola. Y que besaba de pena, además.
Ahí fue cuando Álex me soltó su gran frase:
Tienes demasiadas exigencias.
Y luego me escribió los nombres de todos los tíos con los que he tenido algo estos dos últimos años.
¿Ninguno cumple tus estándares?
Tampoco han sido tantos. Nueve en dos años. Según los rancios de mi clase, sí, supongo, aunque pase de sus comentarios incel y de todo ese machirulismo del que ya hemos hablado más de una vez en este canal.
Fui repasando uno a uno todos los nombres de la lista, palabra.
Pensaba: A lo mejor alguno es rescatable. No para mí, sino para el podcast, en plan sociológico.
Alguno del que pudiera decir: ¿Os acordáis de ese tío del que os hablé hace seis programas? Bueno, pues no fue tan horrible.
Si lo comparamos con el resto, claro.
Pero nada. Ni uno.
Fui nombre por nombre (aunque aquí nunca doy ninguno, cada uno tiene el suyo, por supuesto), y comprobé que, en todos, la expectativa había quedado muy por encima de la realidad.
¿Lo ves?
Eso fue lo siguiente que me escribió Álex.
Expectativas y exigencias. Demasiadas, Leyre. Demasiadas.
Ya, Álex, pero es que no a todas nos pasa como a ti y se nos aparece un Urko en cuarto de la ESO. Un tío al que le gusta la misma música que a ti. Las mismas series que a ti. Los mismos libros que a ti. Y con el que te enrollas en cero coma y te pegas el final de la ESO más romántico del instituto, de la ciudad y yo diría que del país.
A Álex ni siquiera le ha dado tiempo de saber cuáles son sus exigencias. Sencillamente apareció Urko, que, por lo que dice, es de los que sí besan bien, y la única que pasó a tener exigencias fui yo.
No sé, a lo mejor es cierto.
Tal vez Álex lleve razón y exijo tanto que nada está a la altura de lo que quiero.
O tal vez sea aún peor.
Tal vez es que no tengo ni idea de lo que quiero.
¿Y tú? ¿Crees que lo sabes tú? […]
Tres galaxias. Tres hermanos. Tres maneras de sentir Algo Más que Sexo
Nando López (Barcelona, 1977) es doctor cum laude en Filología Hispánica, novelista y dramaturgo y ha sido durante años profesor de Lengua y Literatura de Secundaria y Bachillerato.
Desde joven se sintió atraído por el teatro, y en sus años universitarios participó en montajes como autor y como director, llegando a crear su propia compañía teatral con la que estrenó sus primeros textos. Con el tiempo, ha sabido conjugar su pasión por la literatura, el teatro y la enseñanza. Autor de relatos y de varias novelas, le llegó el éxito con La edad de la ira, finalista del Premio Nadal 2010, texto que adaptó más tarde a lenguaje teatral y que recorrió los escenarios españoles. Como autor de literatura infantil, ha sabido acercar el teatro a los más pequeños con títulos como La foto de los 10000 me gusta en la colección El Barco de Vapor. En los textos de sus novelas juveniles le gusta tratar temas como la inclusión, la homosexualidad, el acoso escolar y el impacto de las nuevas tecnologías, como muestra En las redes del miedo.
Como autor para adultos ha publicado, entre otros títulos, Hasta nunca, Peter Pan o El sonido de los cuerpos. Una faceta que combina con el teatro y la no ficción con libros humorísticos sobre la realidad educativa muy populares entre la comunidad docente, como En casa me lo sabía o Dilo en voz alta y nos reímos todos. En la actualidad, combina la creación literaria con numerosos encuentros con lectores en colegios e institutos de toda España.
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Otras obras de NANDO LÓPEZ en CULTURAMAS:
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