
Foto: Juanmi García
Juan Peregrina Martín (1978) ha publicado cuatro poemarios (A deshoras, Granada, Genil, 2000; Soledad amante destino, Ficciones, 2006; Estigma y Artificio, Melilla, Geepp, 2014 y El amor del clown, Gijón, BajAjamar Editores, 2024), dos breves muestras de poemas en prosa (Libro carmesí de las XXI cantatas sacrílegas y Brandewijn) diseñadas por Luis Castellón y un par de cuadernos de arte sobre Velázquez y Picasso.
Escribió el prólogo a libros de microrrelatos como Viaje imaginario al Archipiélago de las Extinta de Susana Camps Perarnau, libros de poemas como los dos últimos de Fernando Soriano en Editorial Nazarí (Sombra de un animal bebiendo sombra y Excerpta), o antologías poéticas como la última de José María García Linares La voz, el corazón, la transparencia, editada en Lastura. Fue profesor de ELE, lector y corrector en Editorial Nazarí y transcribió sermones del siglo XIX mientras aprendía a ser librero de viejo.
Ha entrevistado a Rodrigo Fresán, Esther Peñas, Patricia Esteban Erlés, Miguel A. Zapata… y publicado reseñas y artículos en varios medios, algún cuento en Quimera, microrrelatos en Infolibre y poemas en diversas antologías; colabora en la revista digital Kopek y mantiene el blog Me no know nothing. Hoy es él el entrevistado y nos da su Primera Impresión sobre El amor del clown.
Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?
Juan Peregrina: Je, este porque le tocaba desde hace 23 años, y ahora porque el poeta y amigo Javier García Cellino lo leyó, me insinuó que tenía valor y se lo mandara a Pascual Ortiz, editor de BajAmar, y aquí estamos.
¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?
Entre 2000, tras publicar A deshoras, y 2002, comencé a escribir unas cuantas ideas, en diversas madrugadas, cuya estructura me trajo de cabeza un tiempo. Aquella criatura se llama Húmeda madrugá y ahora (re/desgenerada) El amor del clown.
Las estructuras me gustan mucho, pero ahora las acaricio mejor
¿Cómo fue el proceso de escritura? ¿Ha cambiado tu forma de trabajar con respecto a otros?
Más serio que ahora en el sentido de rígido: las estructuras me gustan mucho, pero ahora las acaricio mejor, me las camelo por así decir, y todo está más equilibrado. El equilibrio no solo se consigue, que también, haciendo juegos especulares con siete partes de siete poemas.
¿Qué pistas o claves te gustaría dar a los posibles lectores?
No muchas, ya sabes: l@s lector@s que lean si les apetece unos cuantos poemas, que asocien y si se divierten y les emocionan, que tiren con el resto del libro. Pueden empezar por el homenaje al libro Sonetos & Desnudos de Narzeo Antino: poesía erótica, de la memoria de la juventud, el alcohol, los estupefacientes y el deseo.
¿Qué efecto esperas que tenga en ellos?
Emoción, divertimento, que les recuerde y vibren por aquello que habían olvidado, no sé: es tan difícil conseguir que con un poema, diferentes personas sientan algo cercano a lo que quieres expresar…
¿Qué papel desempeña la estructura o la disposición de los poemas en el volumen? ¿Fue algo deliberado o más intuitivo durante el proceso de creación?
Sí, deliberadísimo, como te dije antes y liberadísimo, como estructuré al final hace unos meses, el libro. Esas siete partes se mantienen, pero tanto juego con las formas se ha perdido, se ha facilitado la entrada al “complejo mundo de referencias peregrinas” [risas], se han suprimido poemas, y al menos, pienso que ahora la gente puede acercarse sin temor de pensar en sonetos, romances, versos blanco, versículo o poemas en prosa: la historia es el recorrido vital de un payaso que ve, oye, cuenta y canta lo que sucede entre aquella Marbella de ayer y la Granada de hoy.
La reescritura es fundamental.
¿Y qué importancia le das a la revisión y a la edición en tu proceso creativo?
Bastante. La reescritura es fundamental; lograr que todo cuadre también. A veces un mismo poema, decente, de calidad, no puede formar parte de una idea, hay que dejarlo para otra ocasión, para otro libro si se diera el caso de volver a publicar algún día. Es mi cuarto libro y lo he revisado como los tres anteriores, “a jierro”, porque siempre pienso en ciertas personas a quienes respeto mucho, muertas y vivas, y claro: hay gente que sabe mucho de esto y a la mínima pueden decir “epa, pero Peregrina: ¿qué carajo es esto?”. Es una lucha constante contra el mal gusto, la facilidad y la incapacidad de encerrar en versos la belleza y la verdad, la hermosura de lo diferente, el horror de la vida y las más insensatas muestras ácidas del amor.
Está bien desaparecer, sobre todo por quienes nos leen.
¿En qué medida veremos en él —o no— al Juan Peregrina de tus anteriores obras?
Pues la gente que habla del libro estos días dice que si en mi anterior poemario, Estigma y artificio, aparecían dos poetas que eran heterónimos—Jesús Montalvo e Isaías Gálvez— y que Juan Peregrina era un pseudónimo (Cristina Hernández, la prologuista y editora), en este desaparezco y un personaje, el clown, parece ir recorriendo calles, fiestas y orgías no siempre intelectuales. Y coño, qué bien, porque me acerco a mi admiradísimo Vila-Matas, pienso con el ego que me caracteriza, pero luego bajo a tierra y piensa que es lo mejor: yo la palmaré y si queda algo será el libro. Y ahí es cuando ya el ego, se escribe con mayúsculas. Está bien desaparecer, sobre todo por quienes nos leen: creo que así pueden sentirse más cerca de vivir la experiencia que, si empatizan con lo escrito, puede contar el texto.
Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de El amor del clown, ¿cuáles serían?
Fallen, Otra geografía y El amor del clown.
La experiencia lectora puede hacer ser mejor persona
¿Escribir poesía es un acto transformador, Juan?
Uf, pues no lo sé: ¿intento que cada texto transforme a quien lo lea?, ¿Qué me transforme a mí? Le doy vueltas y ambas cosas me parecen exageradas, de una vanidad excelente y un no saber quién se es elitista. Es mi opinión y como tal te diré que las metamorfosis me interesan muchísimo, así que si se produce/provoca/propaga alguna/s en la escritura/lectura/crítica de mis textos, bienvenida/s sea/n. La experiencia lectora puede hacer ser mejor persona, sin duda, tener más respeto por la diferencia y (a mí) hacerme más crítico ante la desigualdad: sí, creo que sí. La literatura del resto. La mía no tengo ni idea.
Poco o casi nada, surge realmente novedoso.
Como crítico literario, pero también como lector, ¿cómo ves el panorama actual de la poesía española?
Se publica mucho, muchísimo y me pierdo entre la maraña de nombres. Intento estar al loro, claro: Vicente Luis Mora, Berta García Faet, Pilar Adón, Julieta Valero, Calvo Galán, Friebe, Ortiz Tafur… intento escuchar a poetas que anuncian a otr@s y así, al menos, no estar tan perdido, ya llegaré, si llego: hay tanto clásico que me falta por leer, y que quiero releer, que imagino que también ahí está la clave. Me creo a veces que lo de hoy es oro y, como dice Mora, cada vez (él) tiene menos ansiedad por saber lo que se hace, porque normalmente es una repetición de repeticiones, y poco o casi nada, surge realmente novedoso y que sea especial para prestar atención. Fresán también decía que cada vez se cruzaba con menos libros malos, porque la selección natural de lecturas, con la experiencia y el tiempo, es de más alta calidad y tendemos a evitar lo malo. Mi experiencia personal, cuando trabajé en Nazarí, y lo hablo mucho con su editor, Alejandro Santiago Martínez, noté que a quienes presentaban libros le faltaban lecturas: venían con un poemario y no habían leído casi nada, pero ya eran poetas, oh, sí: “soy poeta” es una de las frases más granadinas que existen, como la Maritoñi y la milnoh, los piononos o la malafollá: está en el top five de granadinismos; imagino que en otras ciudades será similar, pero me crie escuchando que había mejores poetas que Lorca sin que quienes decían eso hubieran leído al poeta. Todo influye. No leer, creerse mejor que, el desprecio ignorante y las ansias de triunfo.
¿En qué proyectos poéticos andas trabajando actualmente?
Ah, sí, claro: dos libros en el portátil de 2004 y 2006. Bulla y Juan no casan, parece. En fin, otro más reciente y reescribiendo y corrigiendo alguna que otra cosa.
Por último, como lector, ¿de quién te gustaría conocer su “Primera impresión”?
Agustín Calvo Galán.
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Tres poemas de El amor del clown
Fallen
Cada cuerpo reinventa la luz a su manera: fijaos en Wendy: ajena, verde, ausente, heroinómana… mastica divinos moldes sin apenas darse cuenta de sus límpidos colmillos. Sodomiza a sus rivales con amoroso estandarte nacionalista, su sonrisa no se apaga un segundo, la plata no mancilla el dedal…
Trota entre los juncos, es grácil hemorragia como mis manos, como iris que algún día cambiarán de matiz.
Pero hubiera tardado en conocerla si no hubiera sido por Poldo: por lo tanto, gracias Wendy, gracias por dejarte extirpar indecorosas arterias de tu insobornable cuello para que nuestro clown pudiera insinuar nuestra historia. Gracias.
Una cierta esperanza en el futuro
Ya entenderás, compadre, mi inquietud:
Pepe Hierro lo dejó dicho, Marilyn
Manson también: y para colmo
la mano de Pascal argumentó
el mismo tono en diferentes épocas.
Somos producto del error,
unas cuantas historias que Paul Auster
robó a Calvino haciéndose pasar
por la mujer que quieras del pasado.
Esperemos, compadre
que cuando lleguen ellas,
nos hagan arrancar
la mierda que sembramos.
Luis Cernuda (español)
Digo soy español sin ganas cuando el toro cumple su destino; un destino azul y verde sin melancolía ni esperanza, más bien servil, de poetas traicioneros y humillantes discursos de odio. Rezo mi tierra eres tú porque el aroma de tus muslos es infancia, patria y futuro.
Caí aquí y sobre esto como podría haber sido la astilla del crujido de un hueso que explota tras un preciso disparo del 39 y la fosa común imposible de encontrar porque hoy los perros orinan sobre la tierra: una tierra soberbia de la sangre enconada de la venganza.
Cerrar heridas para restañar el cuerpo. Educar en la historia para reconocer dolores: ser de España como del cielo que nunca veremos.
ENTREVISTA REALIZADA POR JAVIER GILABERT
Granada, 1973. Maestro avemariano, es autor de PoeAmario (2017), En los Estantes (2019), Sonetos para el fin del mundo conocido (2021) junto con Diego Medina Poveda, Bajo el signo del Cazador (2021) junto con Fernando Jaén, Todavía el asombro (2023). Copromotor, antólogo, coeditor y periodista cultural.
Peregrina, cada vez más auténtico eres,me pareces,porque piensas sin miedo de ti mismo y eso solo lo pueden hacer los que han des- nacido varias veces para nacer iluminados con su verdad inmaculada.tan dura como la primera piedra del camino.
Te mando un beso grande de admiración y cariño.
Muchas gracias, María! Te mando un abrazo y la admiración es mía hacia ti y tú obra.
otro beso!