La otra bestia: teatro-cine para un melodrama desbocado

Horacio Otheguy Riveira.

Música multipresente -con bolerazo incluido- fija desde el minuto cero las características melodramáticas de una pieza teatral que se esfuerza en parecer experimental, acaso como el libro homónimo de la actriz-autora en que se basa: un testimonio autobiográfico bastante desgarrado y muy egocéntrico, ahora en versión teatral que mejora y empeora el original.

Me explico: lo mejora porque convierte en espectáculo interesante un discurso con muy poco interés, plano, más gritado que reflexionado, y lo empeora en cuanto su dramaturgia no consigue la indudable fuerza, la rabia de una mujer insatisfecha, contradictoria y deseosa de «cortarle la cabeza a todos los hombres que deseo, para besarlos cuando se me antoja».

Volcánica mujer de teatro, creando palabras solitarias como una escritora que deambula, sonámbula, en busca de algo que decir.

Dos escenarios enriquecen el vacío de las palabras

El marco escénico, las interpretaciones, el diseño de videoescena, y la labor de quien lleva en hora y media cámara en mano, ofreciéndonos en una gran pantalla parcelas de cuerpos y rostros… Tales algunos elementos positivos que apuestan por un dinámica rica en sugerencias, mientras cuanto se dice chapotea en un mar de lugares comunes, de tópicos del melodrama desconstruidos con apariencia de ruptura y neo-visualización.

Con monótono ir y venir de diálogos -y reiteradas entradas y salidas físicas-, se representa la psicosis de una mujer de origen pobre con hombre rico, ambos con serios complejos sin resolver, y la pasión sexual en entredicho, sumergida en un triángulo con goteo bisexual. Deslavazado y pesado discurrir que, sin embargo ofrece un campo visual de notable intensidad.

 

 

 

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En una de las escena más impactantes, se escucha He venido, un bolerazo que la magnífica versión de Los Zafiros, enriquece sobremanera:

He venido a decirte
Que te sigo queriendo
He venido a decirte
Que te sigo amando

Que quiero estar contigo
Cada día más y más

He venido a decirte
Que nada ni nadie
Podrá separarme
Ni podrá arrancarme
De mi alma tu amor

Por tu amor soy capaz
De enfrentarme a cualquiera
Por tu amor soy capaz
De dar mi vida entera

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