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Xavier Rodríguez Ruera: «Ciertas soluciones en el verso pueden ser brindadas por los grandes prosistas»

Xavier Rodríguez Ruera (Barcelona, 1975) es poeta, crítico literario y traductor. Autor de los poemarios Suburbio y Lejanía (2012), La vida enorme (2017), El ocio nocturno de los pájaros (2022) y Las consecuencias (2024). Colabora habitualmente en publicaciones como Zenda, Quimera y Kopek, entre otras. También ha traducido al castellano la obra poética de Susanna González Turigas, El cuerpo del hambre. Poesía 2017-2024. Hoy nos acompaña en Culturamas para darnos su Primera Impresión sobre Las consecuencias (La Fea Burgesía), poemario que recientemente ha llegado a las librerías.

 

Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?

Tras publicar El ocio nocturno de los pájaros en 2022, y después de tomarme un descanso en la escritura, comencé de nuevo a escribir y a leer con una determinada intención. Me fui dando cuenta de que los textos, aún sin trabajar, que iban saliendo obedecían a un sentido concreto que los imantaba. De ese modo peculiar con que suceden estas cosas, iba encontrando en autores como Diego Jesús Jiménez, Aníbal Núñez e Yves Bonnefoy, entre otros, una especie de vena o pálpito que conectaba con lo que iba tomando cuerpo, la idea de un libro.

 

¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?

Como acertadamente escribe Toni Quero en el prólogo del libro anterior, los poemas que lo cierran vuelven a conectar con una suerte de esperanza, con la palabra escrita, evocativa y lírica, con el vuelo de la imaginación y la fantasía (en el sentido de Coleridge y Shelley, por ejemplo), que toma cuerpo en la biografía del yo para desde allí abrirse paso, o intentarlo, claro, hacia la experiencia estética.

 

¿Qué pistas o claves te gustaría dar a l@s posibles lector@s?

Las principales claves las refiere en su excelente prólogo el poeta y traductor Carlos Penela, gran conocedor de las literaturas, sistemas de pensamiento, referentes y correlatos que recorren mi escritura poética y en cierto modo, mi manera de ver y estar en el mundo. Ciudad industrial, desarraigo y errancia, posmodernidades como espejos resquebrajados, búsqueda de anclaje, horizonte, camino en el oficio paciente. Baudelaire, Benjamin, Fonollosa, Nerval.

 

¿Qué efecto esperas que tenga en ell@s?

Me gustaría que sintieran, con alguno de los textos, cierto estremecimiento placentero, el gozo estético que depara la combinación de la palabra rumorosa y la imagen plástica, pictórica. Como en el famoso aserto horaciano sobre la poesía y la pintura.

 

Se está haciendo demasiado hincapié en la obligatoriedad de que los libros de poemas obedezcan a un propósito concreto

¿Qué importancia tiene la estructura o la disposición de los poemas en el volumen? ¿Fue algo deliberado o más intuitivo durante el proceso de creación?

En mi opinión, creo que en los últimos años probablemente se está haciendo demasiado hincapié en la obligatoriedad de que los libros de poemas obedezcan a un propósito concreto, a proponer al lector una suerte de reto, el de hallar la estructura que configura el poemario. Algo así como una intención teleológica en los poemas encaminados a un fin. No es mi caso, ni el de autores en cuya tradición he crecido y me he formado. Es cierto que hay una organización temática, pero no férrea. Por lo que a mí respecta, y desde la admiración que me producen los poetas que practican la estructura cerrada, cada poemario refleja, con toda la profundidad de que soy capaz, una época concreta de mi vida. Y quiero que el lector halle aquí o allá referencias a la suya, se entretenga en un verso al azar o se quede a vivir un rato en un poema.

 

He tratado de alzar un hogar.

¿En qué medida veremos en él —o no— al Xavier Rodríguez Ruera de tus anteriores obras?

Pues podría decir, y cada vez soy más torpe y perezoso a la hora de pensar en lo que hago, salvo en conversaciones informales con amigos de mi más estricta confianza, que en Las consecuencias hay una especie de retorno al primer libro, Suburbio y Lejanía, pero quiero creer que con las herramientas que he ido forjando en el curso de los años, el estudio, la experiencia personal, la relectura. Con el oficio, en suma. En La vida enorme y El ocio nocturno de los pájaros había una especie de apertura ingenua, un intento, no sé si logrado, de comunicación con el mundo y el mundo de los otros a través de la palabra poética. Las consecuencias supone una especie de recogida de redes. Tal y como explico en el breve pórtico del libro, he tratado de alzar un hogar con paredes encaladas, una especie de pequeña ermita o templo utilizando para ellos los materiales que nos brinda la historia de la cultura, en especial los autores que me han acompañado desde la adolescencia, a los que nunca he dejado de releer y en cuya voz poética vibra una intención común.

 

Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de ‘Las consecuencias’, ¿cuáles serían?

“La naturaleza de las cosas”, “Los reyes de Escocia” y “Bajo el signo de Nerval”.

 

Es posible que tras este regreso a los lugares fundacionales de mi escritura poética, descanse un tiempo.

¿Supone este poemario un punto de inflexión en tu producción como poeta? ¿Y a partir de ahora, qué?

Lo supone, sin duda. Es posible que tras este regreso a los lugares fundacionales de mi escritura poética, descanse un tiempo de la misma. A partir de ahora, seguiré colaborando con algunas publicaciones, y prepararé el TFG en Filosofía, que versará sobre la obra de Paul Ricoeur, Emmanuel Levinas y otros hermeneutas.

 

Considero más importante que sean los lectores quienes opinen si lo que hago tiene o no interés

En los últimos tiempos, tu actividad como crítico literario ha crecido exponencialmente. Tus artículos no dejan de aparecer en Zenda, Quimera, Kopek… ¿En qué medida influye esa labor en tu producción? ¿Se puede ser crítico de uno mismo?

El principal beneficio que obtengo de la actividad reseñística es el de mantenerme al día de las novedades literarias interesantes que aparecen en el mercado, un mundo del que por mis querencias lectoras y relectoras, no tendría demasiada constancia. Novela actual, ensayo, poesía también, que el ejercicio de leer y sintetizar en un formato breve me hacen leer con especial interés. Influye, sin duda. Del mismo modo que el acudir a recitales para poder escuchar voces ajenas y aprender de cada una de ellas. Parafraseando el Eclesiastés, hay un tiempo para el trabajo solitario en el taller, y otro para contrastar, desde la humildad del reconocimiento y el aprendizaje, tu propia búsqueda con la de otros. Sí, creo que es posible serlo, pero considero más importante que sean los lectores quienes opinen si lo que hago tiene o no interés. Para mí, lo tiene, y mucho, no deja de ser mi manera de estar en el mundo.

 

No tengo ninguna autoridad para decir lo que deberían o no hacer los poetas.

Tu actividad en ese sentido no se limita a la poesía, sino que también te ocupas de la prosa. ¿Es ésta última una buena fuente de la que deberían beber también los poetas?

No tengo ninguna autoridad para decir lo que deberían o no hacer los poetas. En mi opinión, considero la lectura de ficción narrativa y de ensayos fundamental para mi quehacer y el de los poetas cuya poesía más me interroga, enseña y acompaña. Ciertas soluciones en el verso pueden ser brindadas por los grandes prosistas. La amplitud del imaginario, de las referencias. Los lugares en el poema donde se debe rebajar la intensidad de la prosodia para dar paso a la secuencia final. La conexión con el relato rumoroso de la ciudad, la vida y uno mismo que nos aportan las novelas es, a mi modo de entender, insustituible.

 

Por último, como lector, ¿de quién te gustaría conocer su “Primera impresión”?

Me gustaría que pasara por estas páginas Álvaro Hernando, tipo generoso, comprometido, gran lector y excelente poeta, cuya última obra, Mar de Varna, tuve ocasión de reseñar en su momento.

 

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Tres poemas de Las consecuencias

 

LA NATURALEZA DE LAS COSAS

Lucrecio

Pasan por la calle, cerca

del cuarto donde, afiebrado

y la luz de una vela, el hijo

de Caro disuelve y recompone

en átomos la materia, voces,

carros, gritos, sombras.

La luz lejana de un Oriente

en Cristo apenas moja sus pies

de niño tierno en una orilla.

El alma es soplo, pasión

que el auriga debe gobernar

para que los ejes no sucumban

bajo el peso. Hay jinetes

sobre caballos blancos que flotan

como polvo en jardines olvidados.

Muros que flanquean huertos

donde la hoja lustrosa de la luz

clava un puñal en frutos rojos.

Y el agua clara de una fuente

que brota incansable, sin historia,

sin arrepentimiento. En un mundo

agrietado, la respuesta será ética,

o no será. Luna en rayos

derramándose en la tormenta quieta.

 

 

LOS REYES DE ESCOCIA

Sepultados en sus panteones,

esculpidos en el mármol

de las tumbas. Con coronas

de madera polícroma que pudre

el tiempo. Encogidos,

cuesta creer que cupieran

en tan diminutos ataúdes,

que llevaran en el cuerpo

heridas de tan cruentas batallas.

Lavar el cadáver, enfundarlo

en el sudario de blanco lino.

Mediodía, o media tarde,

y los ancestros de los pájaros

de hoy cantando en jardines

olvidados.

Un instante de la historia

del mundo en un lugar.

Un viento oscureciendo las olas,

el brillo fugaz de una luz moribunda,

estremecida, en unos ojos.

Quizás un llanto.

Después la Historia.

 

 

 

BAJO EL SIGNO DE NERVAL

Gérard de Nerval se anuda

un lazo al cuello, una noche

húmeda y fría de París.

La luna verde ennegrece

cada piedra, y el cielo endurecido

devuelve los roncos ladridos

de los perros, rojas pelotas

golpeando una pared.

Una noche

húmeda y solitaria cerca del Sena.

Tiembla la llama de un farol.

Ningún ladrido ahora.

Ni preguntas ni respuestas.

El alba lustra ventanas distantes.

El Príncipe ha muerto. Ya todo da igual.

 

ENTREVISTA REALIZADA POR JAVIER GILABERT
Granada, 1973. Maestro avemariano, es autor de PoeAmario (2017), En los Estantes (2019), Sonetos para el fin del mundo conocido (2021) junto con Diego Medina Poveda, Bajo el signo del Cazador (2021) junto con Fernando Jaén, Todavía el asombro (2023). Copromotor, antólogo, coeditor y periodista cultural.

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