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Javier Mateo Hidalgo: «El cine me salva de la vida»

Javier Mateo Hidalgo (Madrid, 1988) es poeta, crítico cultural y docente. Doctor en Bellas Artes por la UCM (2019), ha publicado diversos artículos y ponencias académicas como investigador en instituciones como las universidades Complutense y Autónoma de Madrid, la Politécnica de Valencia o las de Salamanca y Murcia, así como en el Instituto Cervantes y en revistas como Archivos de la Filmoteca, Síneris, Quaderns de Cine, Anales de la Literatura Española, CILH o Re-Visiones. Compagina dicha tarea con su presencia como escritor en diversos medios como El Imparcial, Zenda, Ethic, El cuaderno, Notorious, Melómano, Ritmo, Cualia, El periódico de aquí o Crónicas de Siyasa. Ha sido pionero en la reivindicación de la primera cineasta española, Helena Cortesina. Como poeta, obtuvo el accésit del Premio Leopoldo de Luis por El mar vertical (2019). Así mismo, ha publicado los poemarios Ataraxia (Almadenes, 2022), La imagen sonora (Vitruvio, 2023), Arquitectura del sueño (Huerga y Fierro, 2024). Su último libro de poemas, Novela , ha sido recientemente editado por La tortuga búlgara. También tiene en su haber el voluminoso volumen sobre la historia del séptimo arte De la llegada en tren a la salida en caravana: 126 hitos de la historia del cine (1895-2021), publicado por NPQ (2022). Hoy pasa por esta sección para darnos su Primera Impresión sobre Novela.

 

Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?

Javier Mateo Hidalgo: Novela surge a modo de recuento biográfico, buscando “a estas alturas de la película” reflexionar en torno a lo que ha sido y es mi vida: qué elementos resultan fundamentales en la conformación de mi identidad y cómo han determinado mi personalidad como escritor. Se trata por tanto de una autobiografía atípica; para empezar, porque la he tamizado por el filtro de la lírica y, para terminar, debido a las licencias ficcionales que me he permitido. En este sentido, me gusta la idea de Borges de jugar con el lector, haciéndole cuestionarse hasta qué límites llegan los datos verídicos y dónde comienza ese print the legend fordiano. José María Parreño, maestro y amigo, lo explica muy bien en el prólogo de la obra.

Durante diez años busqué dar forma a una novela autobiográfica

 

¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?

Surge debido a la frustración que me ha supuesto siempre no ser capaz de concluir una novela, por lo que tiene de esfuerzo titánico en cuanto a concepción de estructura literaria y extensión. Eso sí, he ejercitado el relato y el cuento con resultados satisfactorios, ya que imponen menos. Durante diez años busqué dar forma a una novela autobiográfica, pero los acontecimientos de la realidad fueron deformando al argumento hasta convertir lo escrito en un telar de Penélope que no dejaba de tejerse y destejerse. Opté por replantear lo escrito de otra forma, dotándolo de un nuevo formato.

 

Tal vez esos tintes sombríos pueden ayudar a completar a la persona que escribe

¿Qué pistas o claves te gustaría dar a los posibles lectores?

Durante el turno de preguntas en mi última presentación poética —mi cuarto libro de poemas Arquitectura del sueño— un amigo muy querido que se encontraba en el público hizo una descripción de mí única y precisa. Él, que me conoce bien, sacó a relucir algo que me sorprendió a mí mismo y tuve que darle la razón: mi forma de ser, que puede ser más luminosa en el trato diario —donde soy un animal social—, se vuelve un tanto oscura en la escritura. Muestra una faceta desconocida de mí y en mí. Tal vez esos tintes sombríos pueden ayudar a completar a la persona que escribe y hace a su vez interesante el trabajo poético. Es una confesión desnuda —a pesar de que mi personalidad me hace ser bastante transparente—. Tiene morbo, por qué no.

 

Siempre me han gustado las confesiones literarias

¿Qué efecto esperas que tenga en ellos?

Primeramente espero interesar; en segundo lugar, sorprender. Siempre me han gustado las confesiones literarias y es lo que he intentado: ser lo más sincero posible…, pero sin olvidar que estamos tratando de poesía, estética y literatura en definitiva.

A veces es la escritura la que te lleva a ti

 

¿Qué importancia tiene la estructura o la disposición de los poemas en el volumen? ¿Fue algo deliberado o más intuitivo durante el proceso de creación?

Fue algo deliberado, aunque ya se sabe que una vez entras en harina a veces es la escritura la que te lleva a ti. En ese sentido, puedo llegar a ser los dos tipos de escritor a los que se refería García Márquez: con mapa, pero también con brújula. Los poemas de mi libro debían conformar un cosmos asequible, la trama de una historia novelesca protagonizada por un único sujeto. El desarrollo sería cronológico, representando cada poema un año de vida del personaje, que es a su vez quien escribe.

 

Es esencial para la honestidad del autor no ser conformista y trabajar duro

¿En qué medida veremos en él —o no— al Javier Mateo Hidalgo de tus anteriores obras?

La esencia de su personalidad creativa está ahí, si bien siempre intento hacer algo nuevo con cada nuevo trabajo. Es esencial para la honestidad del autor no ser conformista y trabajar duro en la mesa de escritura, esforzarse por ir un paso más hacia adelante. Puede que llegue el momento en que el camino se convierta en un callejón sin salida. En caso de que suceda no me asusta, solo tendré que volver a desandar lo andado en busca de un nuevo camino.

Me gusta la provocación

 

Explícanos la paradoja: ¿un libro de poesía que se titula Novela?

Sí, me gusta la provocación, el llamar la atención sobre lo que el lector lee como título. Descolocar con la primera impresión. José Luis Morante y Eugenio Rivera —por dar dos nombres de personas queridas y que conocen mi trabajo— han analizado los títulos que pongo en mis obras, en ocasiones contradictorios. Muchos de ellos se reducen a dos conceptos que parecen rechazarse y que, debido a ese contraste generan un tercer concepto, una nueva idea visual en la cabeza de quien lee.

 

Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de Novela, ¿cuáles serían?

Tal vez el que dedico a mi madre y su cesto de manzanas pintadas, sin los cuales yo no estaría aquí. También me gusta el de Notre Dame a pesar de su brevedad, porque marca un antes y un después en mi vida. Es algo tan simbólico como la edad a la que llegó Jesucristo, y que sin duda anunciaba un camino sin vuelta atrás. Por último, me gusta el de los amores que llevan al que me define en el presente. Como ves, la cosa va de una mujer a otra, las dos mujeres de mi vida.

Lo literario y lo artístico tienen en común lo imaginario.

 

¿En qué medida influye tu formación en Bellas Artes en tu obra poética? ¿Y tu pasión por el cine?

Sin duda lo literario y lo artístico tienen en común lo imaginario. Sin ello estás seco, lo creativo no fluye. Por último, lo cinematográfico representa para mí la más completa de las creaciones, por cuanto convoca a las demás. Es mi refugio y lo seguirá siendo para afrontar el áspero mundo en el que vivo. No me importa reconocerlo, aunque suene infantil. El cine me salva de la vida.

Para poder discernir hay que leer mucho y leer de todo.

 

Desde tu atalaya privilegiada como crítico cultural, ¿cómo ves la poesía que se escribe en nuestro país en la actualidad?

Hay un horizonte muy prometedor, si bien hay que separar el barro de las pepitas doradas, como hacían esos buscadores de oro legendarios del Far West. Para poder discernir hay que leer mucho y leer de todo. Estar siempre dispuesto a sumergirte en un libro olvidando todo prejuicio previo. Muchas veces se te recompensa con auténticos regalos literarios.

 

Por último, como lector, ¿de quién te gustaría conocer su “Primera impresión”?

Me haría mucha ilusión conocer la opinión de Miguel Munárriz, que recientemente ha publicado su libro Haciendo tiempo en Huerga y Fierro, y en cuyo sello editorial me haría muy feliz publicar.

 

***

Tres poemas de Novela

 

Tiene aquel niño

fijación por las imágenes.

Construidas por la voz,

hechas de grafía

sobre papel o celuloide.

Tiene aquel niño

vocación de público

y narrador, simultáneamente.

Disfruta de otros mundos,

los conoce y construye

con los mimbres de éste.

Tiene aquel niño

vocación de escapista.

Lo que mira está afuera

y, para verlo,

no existen ventanas posibles.

 

 

Las primeras enseñanzas

las aprendió fuera de las aulas.

Era la crueldad ante lo diferente,

creador de monstruos

desde la infancia.

El niño ya no cree en los amigos

cuando solo tiene la negrura.

En silencio en la cama

no caben presencias posibles

y el miedo no tiene cara.

Solo las imágenes del cine,

aquellas que más le reconfortan.

Con ellas sueña, vive

otras vidas mejores

y olvida lo que le inquieta.

Ha crecido,

del blanco y negro al color

en su calor de celuloide.

 

 

Hablaba con imágenes,

se expresaba, calmaba

la inquietud interior con ellas.

Como quien sueña

depurándose de la vida consciente,

así él dibujaba.

Universo flamenco

de minúsculos enigmas,

barroca tabla de mensajes

a descodificar

por los que él mismo

se preguntaba.

¿Quiénes sois?

¿Adónde vais?

¿Por qué vuestra presencia?

 

ENTREVISTA REALIZADA POR JAVIER GILABERT
Granada, 1973. Maestro avemariano, es autor de PoeAmario (2017), En los Estantes (2019), Sonetos para el fin del mundo conocido (2021) junto con Diego Medina Poveda, Bajo el signo del Cazador (2021) junto con Fernando Jaén, Todavía el asombro (2023). Copromotor, antólogo, coeditor y periodista cultural.

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