Concha García: «Mucha poesía escrita hoy por mujeres reitera el discurso de siempre»
Nació en la Rambla (Córdoba), pero ha vivido la mayor parte de su vida en Barcelona. En la actualidad reside en Córdoba. Licenciada en Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona. Ha publicado varios libros de poesía, entre ellos: Por mí no arderán los quicios ni se quemarán las teas (Premio Aula Negra Universidad de León), 1987, Ya nada es rito (Primer Premio de Poesía Barcarola, Diputación de Albacete, 1988), Ayer y calles (Premio Jaime Gil de Biedma. Madrid, 1994), Cuántas Llaves (Icaria, 1998), Árboles que ya florecerán (Igitur, 2001), Lo de ella (Icaria, 2003), Acontecimiento (Tusquets, 2008), El día anterior al momento de quererle (Calambur, 2014), Las proximidades (Calambur, 2016), Cuota de mal (El rayo azul, Huerga y Fierro, 2022), Diversas nimiedades (antología) (Capitanas, Zaragoza 2024), Lugares (El Toro Celeste, Málaga, 2024). Autora de los diarios: La lejanía, Cuaderno de Montevideo (2013), Los antiguos domicilios (2015), Ciudades escritas (Barcelona, 2019) y Desvío a Buenos Aires (Chamán ediciones, 2019), El vértigo horizontal (Cántico-Almuzara, 2023). También es autora de los ensayos sobre poesía: Asomos de Luz (2012), Miradas en los entresijos (2020) y Bajo la luz de la lámpara (2023). Su obra está incluida en varias antologías y ha sido traducida al inglés, italiano, chino, portugués. Editora de la obra de Selva Casal: Abro la puerta de un jardín de plata (2029). Autora y coordinadora de dos antologías de poesía de la Patagonia. Directora de la colección “La hora de la estrella”, editorial Cántico. Académica correspondiente de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.
ahora somos más visibles, pero resulta una visibilidad interesada
Ana Isabel Alvea Sánchez: Escribes poesía, diarios y ensayos. En tu último ensayo publicado, Bajo la luz de la lámpara, ofreces una panorámica de la literatura forjada con valores feministas en España y Sudamérica en los últimos treinta años, reflexionas sobre el papel de la mujer en la literatura actual de habla hispana. ¿Cuáles han sido tus conclusiones?
Concha García: Ha habido una gran invisibilidad de la mujer y ahora somos más visibles, pero resulta una visibilidad interesada. En todo caso, hay muchas mujeres que se olvidan en el trayecto como Amparo Amorós, por ejemplo. Las mujeres no somos un grupo compacto, cada una tiene su vida, su obra. Mucha poesía escrita hoy por mujeres reitera el discurso de siempre, pero el poema cambia cuando la poesía se plantea otro orden en el discurso.
Echo de menos editores con olfato, que no dependan de subvenciones.
Empiezas a publicar en los años 80, habrás sido testigo de la escasa influencia de la mujer en el mundo literario y cómo se ha ido tomando conciencia de la importancia del papel de la mujer: se abren líneas de investigación sobre las mujeres escritoras, se publican antologías, empiezan a ser premiadas. A tenor por tu ensayo Bajo la luz de la lámpara, ¿cómo ves hoy el tema del género?
Cuando empecé a escribir solo había varones y ellos eran los premiados y también los miembros del jurado, esto ha cambiado hoy en día, pero hay demasiados premios literarios y aunque resultan un canal para la publicación de un libro, la abundancia no es sinónimo de calidad. Echo de menos editores con olfato, que no dependan de subvenciones.
Mi poemario Otra ley (1986)
Concha, por tu trayectoria parece que empezaste a publicar gracias a los premios literarios: Premio AulaNegra de la Universidad de León, Premio Barcarola, Premio Jaime Gil de Biedma. ¿Cómo fueron tus inicios y cómo lograste publicar? Podría ser una epopeya publicar poesía.
En mis inicios el prestigio te venía no por los premios, sino por la editorial en la que publicabas. Ahora hay un enorme afán por obtener premios, le viene bien también a la editorial para vender que ese poemario haya sido premiado. Mi poemario Otra ley (1986) no recibió ningún premio y fue muy estudiado, tuvo muy buena acogida.
Siempre he ido un poco a contracorriente de las poéticas imperantes
En cuanto a Poética o estilo. Desde tus inicios has escrito una poesía singular, apartada de las corrientes estéticas de la época -poesía de la experiencia y la poesía del silencio- aunque tengas rasgos de ambas en tu escritura. Parece que desde el principio usas de modo simbólico lo cotidiano, aquellos gestos que pasan desapercibidos, la fragmentación, la elipsis, el encabalgamiento, la yuxtaposición de tiempos (presente y pasado) ¿Qué tipo de poesía querías escribir, qué poética y por qué? Afirmabas que era preciso asumir riesgos estéticos, según he leído en tu ensayo Miradas en los entresijos.
Siempre he ido un poco a contracorriente de las poéticas imperantes, Otra ley, por ejemplo, fue mal recibido por la crítica, no podía escribir desde ese discurso.
¿Ha habido un correlato entre vida y poesía?
En efecto, como bien dices, debe haber un correlato entre vida/poesía, como decía Denise Levertov, entre el sentir y pensar.
Escribir poesía es un acto de amor, lo mismo que leerla.
¿Qué poetas crees que más han podido influirte?
Cuando estudiaba Filología nuestros maestros, por supuesto, Antonio Machado, Jorge Guillén. Hubo una época en la que me identifiqué mucho con Fernando Pessoa, con su angustia vital, un sujeto que se pregunta de todo. Después leí autoras norteamericanas que me impresionaron mucho: Elizabeth Bishop, Adrienne Rich, la fragilidad humana que me mostró Anne Sexton, la brevedad y concisión de William Carlos William, Denis Levertov, la poesía griega de los años 60 y Yorgos Seferis, Antonella Anneda, los ensayos de Hilde Domin y su poesía… En fin, muchos, sin lectura de poesía es difícil que encuentres tu estilo, nada sale de la nada. Escribir poesía es un acto de amor, lo mismo que leerla.
no hacen falta grandes discursos, solo tratar de ver, sentir lo mínimo en la grandeza del mundo.
¿Qué cambios o evolución aprecias en tu poesía durante todo este tiempo? En cuanto al tono parece que los poemas de ahora van adquiriendo más serenidad.
Si, cada tiempo de nuestras vidas ofrece una mirada distinta, no puedo escribir el mismo libro aunque en realidad escribimos sobre lo mismo, la pregunta acerca de la existencia. Con los años es más preocupante revisar los dilemas a los que nos enfrentamos como humanidad, no hacen falta grandes discursos, solo tratar de ver, sentir lo mínimo en la grandeza del mundo. Hay demasiados intereses en que la balanza vuelva a volcarse sobre el mal, el mal es todo lo que estamos viendo, la destrucción de países, del medio ambiente, la glotonería de tantos políticos, hace falta un cambio de rumbo y los poetas tenemos la obligación de ayudar en eso.
nunca somos las mismas, eso debe notarse en el poema
En Miradas en los entresijos haces referencia a Valente y a su modo de considerar la poesía como un gran caer en la cuenta, el poema surge de lo inesperado. ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Cómo empiezas un poema: te viene el primer verso, lo escribes de un tirón, poco a poco, te enfrentas al folio en blanco, pruebas la escritura automática, no sabes qué vas a decir hasta que lo ves escrito? Eso parece cuando indicas: “El poema marca una senda que todavía no se conoce”.
El poema y el libro vienen a ti, dependen de tu momento vital, el poemario acompañaba mi vida, desde la subjetividad del yo de ser mujer, he procurado que cada libro sea un discurso nuevo. En mi poesía hay mucha influencia del concepto de tiempo bergsoniano, de las multiplicidades de cada vida, nunca somos las mismas, eso debe notarse en el poema. He sentido en muchos poemas que no había porvenir, sin futuro, nada cambiaba. Y en cuanto al presente está invadido por el pasado pero queremos lo inmediato. Entiendo que los jóvenes se revelen con sus antecesores, pero no comprendo por qué esas distancias tan enormes entre unos y otros. Los hombres han sabido formar nudos genealógicos, que iban cambiando ligeramente, son lianas desde donde trasladarte, no es así con las mujeres, al menos en este país, cada una reserva su espacio y solo se mece en la liana que la visibilice, nunca entendí este egoísmo, sobre todo en las poetas más jóvenes.
el ritmo es respiración y cada poema pide el suyo
Predomina en la poesía española contemporánea los poetas que usan el ritmo acentual, el llamado verso blanco, incluso los hay que niegan el ritmo de un poema si no se apoya en los acentos y otros que rechazan ese tipo de ritmo porque piensan que todos los temas suenan igual. Tú has derivado por otras sendas en versos llenos de encabalgamientos ¿Qué piensas del ritmo y cómo lo trabajas?
Creo que es necesario aprender métrica para romper ese ritmo, el ritmo es respiración y cada poema pide el suyo, hay que respirar y sentir y ver dónde cortas el verso.
lo que no cambia es la ética del poema
En algún poema de Diversas nimiedades dices sentir que escribes el mismo poema. Creo que esta es una sensación que agobia a todo escritor, el repetirse ¿procuras no repetirte o bien no te importa siempre que lo sientas auténtico y no una impostura? ¿Qué es para ti una impostura en poesía, tal vez falsear lo que se dice y no cómo se dice?
Lo he dicho antes, cada libro es un tiempo, un espacio que sale de una división de multiplicidades, lo que no cambia es la ética del poema. El cuerpo cambia, las situaciones personales también, pero si perdemos de vista la ética no queda nada valioso en el texto, el texto debe empujarte a ver y pensar de un modo que enseñe a ver la belleza o la maldad con un juicio crítico, no porque sí.
La identidad es un tema importante en tu poesía, sientes la identidad como una sucesión de yoes en fuga, igual que el tiempo, instantes que se van, hay un sentimiento en el fondo de tu poesía de evanescencia y fugacidad, aludes al caos de la existencia. Además, en los poemas aparece un sujeto contemporáneo que siente y piensa, que busca lo que puede significar el amor (una construcción cultural del amor) y lo anhela, por supuesto; convive como puede con la soledad y se va construyendo, haciéndose a sí misma en la medida de lo posible, se refugia en la poesía, en la cultura y el arte de las hostilidades del mundo. Hay un “dolor de vivir”, como tú misma dices. En realidad, perfilas un sujeto contemporáneo y moderno con el que nos podemos identificar la mayoría.
Tú lo has dicho.
apuesto por una actitud ética
Podemos considerar algunos poemas tuyos como poesía social (Cuota de mal, por ejemplo), realizan una crítica al capitalismo y sus consecuencias, cómo todo lo denigra, y denuncian un orden social injusto. ¿Cómo ves el mundo de hoy?
Sí, como he dicho antes, apuesto por una actitud ética, un mayor compromiso. Somos parte de un colectivo, es importante ser consciente. Veo que el capitalismo provoca que todos los ciudadanos y autores tengan más o menos la misma voz, todos en la red, eliminando la personalidad de cada territorio. Se mutila además la sensibilidad a través de las redes y con las prisas. No ayuda mucho que haya gente con tanto poder para marcar tendencias mediante editoriales de prestigio. Ese es todo un tema.
procuro capturar la realidad, un instante, el cuerpo en el estado presente
¿Es para ti la poesía un modo de captar el presente constantemente en movimiento y fuga?
R- Sí, procuro capturar la realidad, un instante, el cuerpo en el estado presente. La percepción de la vida es puramente corporal, puro presente. La poesía anticipa lo que todavía no ha llegado, lo que escribes sucede simultáneamente a lo que respiras. El poema debe llegar solo, tú lo tienes que sentir y en ese momento dejarlo en el papel o donde sea. Estar atentos en un mundo con tanto ruido.
¿Qué aconsejas a un aprendiz de poeta?
Que lea mucho, estar atento a lo que está sucediendo y ser éticos.
ENTREVISTA REALIZADA POR ANA ISABEL ALVEA SÁNCHEZ.
Ana Isabel Alvea Sánchez (Sevilla, 1969). Licenciada en Derecho y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada (2008), diplomada en Estudios Avanzados (DEA), postgrado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada (2011). Crítica literaria e, profesora de talleres de poesía y creación literaria y coordinadora de clubs de lectura y encuentros con autores desde 2009. Ha publicado los siguientes poemarios Interiores (2010), Hallarme yo en el mundo (2013), Púrpura de Cristal (2017), La pared del caracol (2020), Las ventanas del tiempo (2022) y Cuando susurran los cipreses (2024).