Sin interferencias
Escrito por Jorge Mur
La obra de Jos van Dijk es introspectiva. Habla del silencio, de lugares remotos y tranquilos donde puede escuchar su voz interior, que es la que guía su cámara. Sus imágenes captan ese impulso cambiante, lo que siente y percibe en cada momento. No le preocupa tanto el dónde como el modo de enfrentarse a lo que le rodea. Al fin y al cabo, la belleza está en todas partes, sólo hay que frenar y prestar atención.
¿Cómo y cuándo empezó tu aventura fotográfica?
Recuerdo la primera vez que tuve una cámara en mis manos. Debía tener unos 8 años. Era de mi abuela y nunca la había visto en funcionamiento, pero me pareció mágico tenerla en mis manos. Tenía un atractivo muy fuerte y misterioso para mí.
Crecí en un pequeño pueblo y no recuerdo que hubiera cámaras por allí. No teníamos mucho dinero y la fotografía era algo especial. Una vez al año se hacían retratos escolares y, en mi opinión, eso era lo que hacía un fotógrafo. No sabía mucho más… Más tarde, con unos 18 años, tuve una novia a la que le gustaba la fotografía. Ella me enseñó algunos conceptos básicos e hizo que la fotografía me resultara interesante o, al menos, que a partir de entonces me llamara la atención. Tomé algunas clases de fotografía y técnicas de cuarto oscuro y salí a la calle a experimentar durante un año o dos. Poco después, todo se volvió digital. La fotografía se volvió más informal y de alguna manera perdió la mayor parte del encanto que yo le encontraba.
En 2020, con la pandemia, perdí repentinamente mis ingresos, así que dejé mi espacioso apartamento en Ámsterdam para recortar gastos y tuve la suerte de encontrar una maravillosa casa en un bosque que pude alquilar a bajo coste. ¡Fue un regalo de Dios! Aquella casa no sólo me permitió escapar de la locura del virus en la ciudad, sino que también me ofreció el entorno para recuperarme de algunos acontecimientos impactantes de la vida. Después de unos meses en silencio meditativo, de repente mi cámara me llamó la atención. Había estado fantaseando con ser fotógrafo en el pasado, y entonces, en una brumosa mañana de noviembre en el bosque, me desperté y me di cuenta. Ya era fotógrafo, sólo necesitaba empezar a hacer fotografías. Había entrenado mis ojos durante años en la observación y, a menudo, me llamaban la atención los detalles, la luz, la belleza o una escena en concreto, así que era hora de coger mi cámara. Durante aproximadamente medio año salí temprano por la mañana y tarde por la noche, con temperaturas bajo cero, con la intención de quedarme quieto con tiempos de obturación de aproximadamente 1 a 4 minutos para capturar escenas con poca luz, mientras mis extremidades se congelaban. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero no podía parar. Fue algo absolutamente mágico y supe que había encontrado un amigo que me acompañaría en mi futuro viaje.
A día de hoy todavía me considero un novato y hay mucho que aprender. Pero tener esta entrevista, por ejemplo, me recuerda que he logrado algunos avances de los que estar orgulloso. Así que, en primer lugar, gracias por eso.
Háblanos del elemento central de tu trabajo fotográfico: el silencio. ¿Qué aspectos del silencio te interesan más? ¿Cómo lo expresas en tus imágenes?
Cuando redescubrí la fotografía estando en el bosque, pronto se convirtió en una rutina meditativa que me distraía de pensar. No buscaba el silencio conscientemente, sino que por intuición salía las mañanas y tardes de invierno a visitar los lugares más tranquilos donde pudiera escucharme claramente, sin más interferencias que las naturales, como los animales que se cruzaban en mi camino. Era un lujo tremendo: no ser molestado y estar totalmente desconectado del mundo ajetreado. Nunca he sentido una mayor sensación de libertad que durante mis paseos fotográficos nocturnos. El silencio me trajo muchas respuestas que no sabía que necesitaba.
Descubrí que es muy fácil que la belleza destaque en el silencio. Las cosas simples que pueden pasarse por alto en un entorno ruidoso pueden volverse muy hermosas una vez aisladas. Se trata de atención. Cuando pongo algo de esfuerzo y tiempo en ver, descubro una belleza extraordinaria en las cosas más simples.
Hoy en día puedo encontrar el silencio a través de la lente. Hacer composiciones tranquilas y pacíficas, o usar el campo de profundidad y el desenfoque de movimiento pueden llevarme a mi tranquilo mundo fotográfico. Así que podría decirse que pasé de buscar el silencio en el mundo exterior a encontrarlo en mi trabajo y crearlo yo mismo. También creo que la expresión del silencio es el resultado de mis constantes esfuerzos por simplificar y dejar fuera lo innecesario.
Tus fotografías también tienen un marcado carácter irreal y misterioso, de manera que parecen fotogramas extraídos de un sueño. ¿Por qué te gusta crear esta estética? ¿Qué esperas transmitir a través de estas imágenes?
La verdad es que no hay ninguna idea detrás. Hay un efecto reconocible en mis fotografías y me alegro de que lo menciones. A mí me resulta muy difícil verlo así, ya que para mí la realidad y el sueño son dos caras de la misma moneda. Creo que el condicionamiento de nuestra mente juega un papel importante en cómo vemos las cosas. Personalmente, me cansé de las percepciones con las que me criaron y a través de la fotografía tuve la oportunidad de “reprogramar” mi mundo y crear nuevas realidades. Ahora se han convertido en un nuevo estándar que me gusta más que la forma en que me programaron originalmente. Podría decir que estoy viviendo un sueño a través de mis experimentos fotográficos.
Al tomar fotografías siempre sigo mi intuición, pero creo que mi formación como diseñador de interiores me ha dado una visión estética del mundo que determina en gran medida lo que atrae mi mirada. Mis diseños siempre fueron minimalistas y arquitectónicos, y considero que mis fotografías también lo son. Dejar de lado lo innecesario me da una gran sensación de paz y espero que los espectadores experimenten lo mismo. El mundo se está volviendo cada vez más turbulento y caótico, pero creo que, como humanos, necesitamos encontrar tiempo para detenernos, respirar y reflexionar. Si mis imágenes pueden contribuir a eso, me sentiría muy feliz.
¿Qué es lo que más te gusta de tu proceso fotográfico?
Desde que dejé de lado la idea de que mis fotografías debían tener un aspecto determinado, me sentí libre de utilizar la fotografía como mi cuaderno de bocetos sentimental o emocional. Las imágenes sirven como reflejo de mis procesos personales, que es el objetivo principal, pero espero que también sirvan de inspiración a otros. Sobre todo, encuentro inspiración en mí mismo jugando y experimentando.
Para mí, la fotografía es una aventura continua. No sólo en el mundo exterior, sino también, como he mencionado antes, introspectivamente. Aprendí a aceptar que las imágenes que hago suelen decir algo sobre mi mundo interior: sobre mis convicciones, esperanzas, deseos y miedos. Me lleva un tiempo hasta que estas capas más profundas se vuelven claras para mí y, hasta ese momento, es simplemente una práctica de ver, dejar de ver, sentir o experimentar en total libertad. Especialmente el “dejar de ver” me interesa mucho. Mirar las cosas que conozco de una manera diferente, cuestionarlas y luego jugar con la percepción me hace muy feliz.
Hoy en día, también disfruto mucho del proceso de edición. Pero cuando empecé, quería que mis imágenes fueran nítidas y estuvieran muy bien compuestas desde el primer momento. Me negaba a editarlas, e incluso recortarlas me parecía una trampa. Ahora, unos años después, me he liberado de ese régimen estricto y creo que lo único que cuenta es el efecto que la imagen tiene sobre mí o sobre el espectador. Cómo se llega a ese punto puede ser interesante, pero no es tan importante. La libertad que me permito ahora me brinda un gran placer y curiosidad por encontrar nuevas formas de expresión.
¿Cómo te mantienes creativo? ¿Cuáles son tus principales fuentes de inspiración?
Me resulta imposible mantenerme creativo todo el tiempo. He aprendido que cuanto más me esfuerzo, más probabilidades hay de que lo pierda. Pero en general, se podría decir que me vuelvo más creativo cuando hago tonterías. Dejar de lado cosas sin importancia me da mucho espacio. En esta nada puede pasar cualquier cosa. A veces me aburro o me pongo triste, otras veces me pongo creativo. De todos modos, pasar por esta nada es mi ruta más rápida hacia la inspiración, pero no es una garantía…
Cuando encuentro inspiración, me sumerjo por completo en ella y puedo quedar totalmente absorbido, casi obsesionado. Luego, de repente, puede terminar, como si la fotografía nunca hubiera existido para mí. Es todo o nada. He aprendido a aceptar este capricho, aunque la pérdida de creatividad a menudo me ha puesto triste. Ahora me doy cuenta de que es una necesidad dejar de concentrarme, ya que trabajo muy intensamente y paso largas jornadas fotografiando, seleccionando, editando, etc. Después de un tiempo, mis ojos se apagan y mi cerebro ya no puede procesar toda la información visual, y me vuelvo parcial.
Los viajes han sido una gran fuente de inspiración hasta ahora. Alcancé un gran desarrollo creativo a finales de 2022, cuando puse fin a una etapa intensa de mi vida vendiendo mis propiedades y emprendiendo un viaje con mi autocaravana y mi cámara de fotos. Durante aproximadamente un año estuve fotografiando día tras día sin ninguna idea y con total libertad. Este viaje, especialmente mi estancia en Marruecos, marcó una nueva etapa en mi trayectoria fotográfica. Actualmente me inspiro en cosas sencillas que se pueden encontrar en todas partes, como los detalles, el color y la luz. Estoy experimentando cada vez más con la fotografía abstracta, por lo que la ubicación deja de ser importante.
¿Qué lugar real te gustaría fotografiar?
No tengo ningún lugar concreto en mi lista de deseos. Personalmente hay muchos lugares que quiero visitar, pero fotográficamente no tengo ningún destino específico en mente. Últimamente me he interesado menos por los lugares físicos y más por los lugares imaginarios o sensoriales que puedo crear con mi cámara. Mi próximo lugar de fotografía podría ser literalmente cualquier lugar. Sé que cambiar de ubicación siempre me da inspiración para hacer fotografías. Probablemente más por el hecho de estar en un nuevo entorno que por la ubicación. Cambiar de perspectiva se está convirtiendo en un tema cada vez más habitual en mi trabajo, por lo que cualquier situación o lugar que me permita ajustar mi vista sería perfecto para visitar, pero cuanto mayor sea el contraste con mi situación de vida diaria, mejor.
Recientemente volví a ver “El fuego interior”, de Werner Herzog, sobre el trabajo de los vulcanólogos Maurice y Katia Krafft. Arriesgaron sus vidas documentando volcanes en erupción, lo que dio lugar a muchas imágenes y grabaciones impresionantes, pero finalmente los mataron. Entiendo su obsesión, que roza la locura, pero creo que hay una gran belleza en su compromiso y entrega a su trabajo. Me doy cuenta de que podría ser uno de ellos, completamente hipnotizado por la magia de un volcán, ignorando los riesgos. Sin embargo, el decorado con el que estuvieron trabajando resulta increíblemente grandioso y lo retrataron tan bien que, afortunadamente, no hay necesidad de que yo también lo intente.
¿Qué universo ficticio (de libros, películas, etc.) te gustaría fotografiar?
Me encantaría retratar el mundo a través de los ojos de Vincent van Gogh. Explorar su mundo y experimentar sus pensamientos, su desesperación y su sentido de la belleza y caminar por la delgada línea entre la brillantez y la locura. La expresión auténtica y la urgencia de su obra me impresionan mucho.
Y mientras viajamos en el tiempo, me gustaría ser pintor a mediados del siglo XIX. Tengo una gran admiración por los pintores de la Escuela de La Haya. Los pintores “realistas” reaccionaron al estilo excesivamente romántico de sus predecesores y añadieron sus propios sentimientos a la imagen. Esos aspectos tienen mucho sentido para mí. Ya no pintaban lo que la gente quería ver, sino lo que veían y sentían. En mi opinión, eso es lo que todo artista debe hacer en lugar de perseguir el éxito.
Últimamente me encuentro experimentando con un estilo pictórico de fotografía. Utilizo el movimiento en mis imágenes para acercarme al carácter siempre cambiante de la vida. Las imágenes nítidas y exactas parecen demasiado fijas y subjetivas en este momento, mientras que el carácter indefinido y abierto de las imágenes no nítidas me atrae más. Esto también deja más espacio al espectador para decidir cómo experimenta una imagen. Espero invitar al espectador a crear su propia realidad en base a mi invitación fotográfica.
Además de la fotografía, ¿qué otras actividades te interesan?
Tengo muchos intereses, pero lo que más me gusta hacer es observar cómo se comporta la gente, cómo funciona la naturaleza, cómo funcionan las cosas… Soy muy curioso y he notado que todos los conocimientos que he ido adquiriendo a lo largo de los años encajan cada vez más. Puedo pasar días enteros observando lo que pasa a mi alrededor.
Además de esta actividad más contemplativa, me gusta hacer ejercicio físico. Lamentablemente, hace poco padecí una hernia, pero por lo demás dedico entre 5 y 8 horas semanales a hacer ejercicio. Me ayuda a despejar la mente.
Escribir es otra salida creativa para mí. Hasta ahora ha sido completamente aleatorio y fragmentado en poesía corta, notas filosóficas y frases o párrafos absurdos, pero se está desarrollando poco a poco. Quizás en algún momento se una y dé lugar a una publicación física. Me encantaría experimentar el proceso de hacer un libro.
Aparte de eso, hago viajes fotográficos con mi autocaravana o me reúno con amigos en uno de los encantadores cafés marrones que tenemos en Ámsterdam. Tengo dos hijos adultos que son maravillosos y a los que veo casi todas las semanas. Verlos siempre es una gran alegría.
¿Con qué sueña Jos?
Bueno, vale, ya que me lo preguntas… Cuando dejo de lado mi apego por los asuntos cotidianos (parece simple, pero me llevó un tiempo) puedo entrar en un estado de ensueño donde todo está tranquilo y en paz. Este estado, de alguna manera, parece recordarme un mundo hermoso que pudo haber existido, o posiblemente podría existir simultáneamente con el mundo confuso que experimentamos en un nivel práctico del día a día. Supongo que puedes llamarlo meditación, pero se ha convertido en mi realidad preferida, que para mí es tan real, o incluso más real, que el mundo complejo que la humanidad ha creado. Mi “sueño” sería que todos pudiéramos disfrutar un poco más de esta sensación de paz para que pudiéramos estar menos obsesionados con el drama basado en el ego que crea un gran sufrimiento todos los días.
Es un momento muy difícil para permanecer centrado en uno mismo, pero creo que el silencio puede ayudar a restablecer un equilibrio natural y saludable que definitivamente es necesario en esta nueva era de confusión psicológica.
Sueño con la paz y la belleza para todos, llámame hippie.
Jos van Dijk: Website | Instagram
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Written by Jorge Mur
»No interference«
Jos van Dijk‘s work is introspective. It speaks about silence, of remote and quiet places where he can hear his inner voice, which is what guides his camera. His images capture that changing impulse, what he feels and perceives at each moment. He is not so concerned about where as how he faces what is around him. After all, beauty is everywhere, you just need to slow down and pay attention.
How and when did your photography journey begin?
I remember the first time I held a camera. I must have been about 8 years old. It was my grandmothers and I had never seen it being used, but it felt magic to hold in my hands. It had a very strong, mysterious appeal to me.
I grew up in a little village and I don’t remember cameras being around. We didn’t have much money and photography was something special. Once a year there were school portraits being made and in my eyes that was what a photographer did. Little did I know… It was until I was about 18 years and had a girlfriend who was into photography. She taught me some basics and made photography cool to me or at least it got my attention from then. I took some classes on photography and darkroom techniques and I went out on the streets experimenting with film for a year or two. A few year later everything went digital. Photography became more casual and somehow lost most of its charm to me.
It was until 2020 when Covid hit and I suddenly lost my income. I left my spacious apartment in Amsterdam to cut expenses and I was lucky to find a wonderful house in a forest that I could rent at low cost. It was a gods gift! Not only did it allowed me to escape the virus-craziness in the city but also gave me the environment to recover from some impactful life events. After a few months in meditative silence quite suddenly my camera grabbed my attention. I had been fantasising about being a photographer in the past, and now, on a misty November morning in the forest I woke up and it struck me. I already was a photographer, I just needed to start making photos. I had trained my eyes for years in observing and often I was struck by detail, light, beauty or a scene so it was time to pick up my camera. For about half a year I went out early mornings and late nights with temperatures below zero, standing still with shutter times of about 1 to 4 minutes to capture low light scenes, freezing my limbs off. I had no clue what I was doing but I just couldn’t stop. It was absolutely magical and I knew that I found a friend that would join me on my future journey.
Now I consider myself still a rookie, there is still so much to learn. But having this interview for example reminds me that I have made some progress to be proud of. So first of all thank you for that.
Tell us about the central element of your photographic work: silence. What aspects of silence interest you most? How do you express silence in your images?
When I rediscovered photography once in the forest, it soon became a meditative routine that distracted me from thinking. I wasn’t consciously looking for silence but by intuition I went out on winter evenings and mornings to visit the quietest places where I could hear myself clearly, without any interference but the natural ones, like animals crossing my path. It was a tremendous luxury: not being disturbed, and totally detached from the busy world. I never felt greater sensations of freedom than during my nightly photography walks. Silence brought me many answers that I didn’t know I needed. I guess this summarises it well for me.
I found that it is very easy for beauty to stand out in silence. Simple things that can easily be overlooked in a noisy environment can become very beautiful once isolated. It is about attention. When I put some effort and time in seeing, I discover extraordinary beauty in the simplest things.
Nowadays I can find silence through the lens. Making calm and peaceful compositions or using field of depth and motion blur can draw me into my calm photographic world. So you could say I went from looking for silence in the outer world to finding it in my work and creating it myself. I also think the expression of silence is a result of my ongoing efforts to simplify and leave the unnecessary out.
Your photographs also have a marked unreal and mysterious character and look like frames taken from a dream. Why do you like to create this aesthetic? What do you hope to convey through these images?
Honestly there is no idea behind it. There happens to be a recognisable effect in my photos and I’m glad that you bring it up. To myself it is very difficult to see it that way since for me reality and dream are different sides of the same medal. I think our minds conditioning plays a big role in how we see things. Personally I got tired of the perceptions that I was brought up with and through photography I got a chance to “reprogram” my world and come up with new realities. They have now become a new standard which I happen to like more than the way I was originally programmed. You could say I’m living a dream through my photographic experiments.
When taking photographs I always follow my intuition but I think my background as interior designer has given me an aesthetic view on the world that determines for a big part what my eye is attracted to. My designs were always minimalistic and architectural and I consider my photos like that as well. Leaving the unnecessary out gives me a great sense of peace and I hope the viewers experience just so. The world is rapidly getting more turbulent and chaotic but I think that as humans we need to find time to stand still, breathe and reflect. If my images can contribute to that I would be very happy.
What do you enjoy the most about your photography process?
Ever since I let go the idea my photos should have a certain look, I became free to use photography as my sentimental or emotional sketchbook. The images serve as a reflection of my personal processes which is the main purpose but I hope they also inspire others. Above all I find inspiration myself by playing around and experimenting.
Photography for me is a continuous adventure. Not just in the outside world but as I mentioned before, introspectively as well. I learned to accept that the images I make usually say something about my inner world: About my convictions, hopes, desires and fears. It takes a while before these deeper layers become clear to me and up to that point it is a merely a practice in seeing, unseeing, feeling or experiencing in total freedom. Especially the “unseeing” interests me very much. Looking at things you know in a different way, questioning them and then playing with perception make me very happy.
Nowadays I also enjoy the editing process very much. But when I started I wanted my images to be razor sharp and very well composed straight off camera. I refused to edit and even cropping an image felt like cheating to me. Now a few years later I have liberated myself from this strict regime and I believe all that counts is the effect that the image has on me, or the viewer. How you get there may be interesting but is not that important. The freedom that I allow myself now, brings me great pleasure and curiosity to find new ways of expressing.
How do you stay creative? What are your main sources of inspiration?
It is impossible for me to stay creative all the time. I have learned that the harder I try the more likely it is that I will loose it. But in general you could say I get more creative when I fool around a bit. Letting go unimportant stuff gives me a lot of space. In this nothingness anything can happen. Sometimes I get bored or sad, other times I get creative. Anyway, undergoing this nothingness is my quickest route to inspiration but not a guarantee…
When I find inspiration I fully delve into it and I can get totally absorbed, almost obsessed. Then all of a sudden it can be over, like photography never existed for me. It is all or nothing… I have learned to embrace this capriciousness although the loss of creativity has often made me sad. Now I realise it is a necessity to let go my focus, since I work very intense and I make long days shooting, selecting, editing etc. After a while my eyes just shut off and my brain can no longer process all visual information, and I get biassed.
Travel has been a big source of inspiration so far. I came to a creative breakthrough by the end of 2022 when I wrapped up an intense phase in my life by selling my properties and go on a trip with my camper van and photo camera. For about a year I was shooting day in day out without any idea and in total freedom. This trip, especially my time in Morocco marked a new phase on my photographical path. Currently I find myself inspired by simple things that can be found everywhere like detail, colour and light. I am experimenting more and more with abstract photography so the location becomes less important.
What real place would you like to photograph?
I don’t have any exact places on my wish list. Personally there are many places I want to visit, but photographically I don’t have any specific destination in mind. Lately I have become less interested in physical places and more in imaginary or sensorial places that I can create with my camera. My next photography location could literally be any place. I know that changing location always gives me inspiration to make photos. Probably more because of the fact that I am in a new environment than because of the location. Changing perspective is becoming more of a theme in my work, so any situation or place that allows me to adjust my view would be perfect to visit, but the greater the contrast with my daily life situation the better…
Yesterday I re-watched “The Fire Within” from Werner Herzog, about the work of volcanologists Maurice and Katia Krafft. They risked their lives documenting erupting volcanos which led to many impressive images and recordings but eventually got them killed. I understand their obsession, which comes close to insanity, but I think there is a great beauty in their commitment and surrender to their work. I realise I could be one of them, completely mesmerised by the magic of a volcano, ignoring the risks. The decor they have been working with was so incredibly grand and they portrayed it so well that there fortunately is no need for me to give it a go as well.
What fictional universe (from books, movies, and so on) would you like to photograph?
I would love to portrait the world through the eyes of Vincent van Gogh. To explore his world and experience his thoughts, his despair and his sense of beauty and walk the thin line between brilliance and madness. The authentic expression and the urge in his work impress me very much.
And while we’re time travelling, I’d like to be a painter myself in the mid 19th century. I have a great admiration for the painters from The Hague School. The “Realist” painters reacted to the over-romanticised style of their predecessors and they added their own sentiments to the picture. Those aspects really make sense to me. They no longer painted what people wanted to see, but what they were seeing and feeling. In my opinion that is what every artist needs to do instead of chasing success.
I find myself experimenting lately with a painterly style of photography. Using movement in my images to get closer to the ever changing character of life. Sharp and exact images feel too fixed and subjective at the moment, while the undefined and open character of unsharp images appeal more to me. This also leaves more room to the viewer to decide how an image is experienced. I hope to invite the viewer to create his own reality based on my photographical invitation.
Besides photography, what other activities are you interested in?
I have many interests but what I like to do most is observing how people behave, how nature works, how things work…. I am very curious and I have noticed that all bits of knowledge that I gathered over the years are more and more fitting together. I can spend days just watching what is going on around me.
Besides this more contemplative activity I like to do physical training. Unfortunately I was struck by a hernia recently but otherwise I spend 5-8 hours a week working out. It helps me to clear my mind.
Writing is another creative outlet for me. So far it has been completely random and fragmented in short poetry, philosophical notes and absurdistic phrases or paragraphs, but it is slowly developing. Maybe at some point it will come together and lead to a physical publication. I would really love the process of making a book.
Apart from that I make photography trips with my camper van or meet up with friends in one of the lovely brown cafes we have in Amsterdam. I have two adult kids who are amazing and which I see almost every week. Seeing them is always a great joy.
What does Jos dream about?
Well ok, since you ask me… When I let go my attachment to daily matter (sounds simple but took me a while) I can get in a dreamy state where everything is calm and peaceful. This state somehow seems to remind me of a beautiful world that may have existed, or could possibly exist simultaneously with the confusing world we experience on a day to day practical level. I guess you can call this meditation, but it has become my preferred reality which to me is as real, or even more real than the complex world mankind has created. My “dream” would be that we could all enjoy this peaceful sensation a bit more so we could be less fixated on the ego-based drama that creates great suffering every day.
It is a very difficult time to stay centred in oneself, but I think silence can help to restore a natural and healthy balance which is definitely needed in this new era of psychological confusion.
I dream of peace and beauty for everyone, call me a hippie.
Jos van Dijk: Website | Instagram