‘La vida feliz’ (La vie heureuse), última novela publicada por el francés David Foenkinos
Gerardo Gonzalo.
¿Qué significa vivir plenamente? La vida feliz (La vie heureuse), es la última novela publicada por el francés David Foenkinos (París, 1974). Nos cuenta la historia de Eric Kherson, divorciado y padre de una adolescente, al que una antigua compañera del colegio, Amelie, le ofrece un puesto gubernamental. Pero poco después, inmerso en una crisis existencial y durante una estancia en Seúl, Eric lo abandona todo.
“De nuevo, una de esas situaciones sin manual de instrucciones”. Llevaba ya tiempo queriendo leer a David Foenkinos. Las buenas críticas, algunas recomendaciones acreditadas y el interés argumental de la mayoría de sus libros, eran elementos que hacían que tuviese en mi radar al autor. Quizás lo más lógico habría sido empezar por alguna de sus primeras novelas más acreditadas, pero la reciente publicación de esta, su última obra, de la que apenas sabía nada, se cruzó inesperadamente en mi camino (vamos que la cogí en la biblioteca al muy poco de salir) y me puse a la tarea que llevaba tanto tiempo dilatando.
De partida diré que la experiencia ha sido más que satisfactoria. Me he encontrado con un autor que combina la agilidad en la escritura con la calidad de la misma, capaz de afrontar grandes temas universales, a través de una historia en apariencia ligera, pero con fuertes cargas de profundidad, conectando muy bien con las dinámicas del mundo actual y con nuestras emociones.
Foenkinos pretende con esta historia, ahondar en nuestras relaciones con la familia, el trabajo, las personas a las que queremos y mostrar como estas marcan el auténtico sentido de la vida que cada uno debe reflejar en su propia experiencia personal. La búsqueda de un significado de la existencia, de la felicidad y del amor, en un mundo en que los personajes aparecen como náufragos a la deriva, que no saben a qué tabla agarrarse y que nunca han sido capaces de dar ese salto vital que les despegue de la cotidiana grisura de su día a día.
“Varias veces, al término de un entierro, había oído a la gente hablando de unas ganas de vivir exacerbadas por la conciencia de la muerte. Nos repetimos a nosotros mismos, como un sencillo poema estudiado en la escuela, que tenemos que aprovechar al máximo cada minuto de nuestras vidas. Ganamos perspectiva, y nuestros sinsabores cotidianos nos aparecen por fin como lo que son: irrisorios. Pero esta toma de conciencia no dura y pronto volvemos a quejarnos de trivialidades, como movidos por un deseo inconsciente de recuperar cuanto antes esa energía impermeable a lo efímero. Y regresa la indiferencia, hasta el siguiente muerto.”
El amor, la familia, el trabajo, la muerte, el destino, el azar, el recuerdo,… son los elementos que trazan cada una de nuestras personalidades y los ingredientes necesarios en la búsqueda de nuestro verdadero yo, y Foenkinos lo recrea en una trama ágil, llena de modernidad, muy pegada a nuestros tiempos, pero a la vez llena de hondura y sensibilidad. Reconozco que la novela me ha tocado ya que plantea, pero también interpela, a una especie de encrucijada existencial en la que todos nos vemos inmersos tarde o temprano y que se reduce a si hacemos lo necesario para ser felices y dar sentido a las cosas.
“Echaría de menos a algunos compañeros, aunque en realidad nunca volverían a verse. La vida de empresa consolida relaciones que se desintegran en cuanto se abandonan los objetivos comunes.” El protagonista, Eric, decide buscar su camino mirando cara a cara a la muerte, en concreto a su ceremonia, como una forma de observar su interior y amar más la vida, en una experiencia catártica y sanadora, que le permite quitarse sus mochilas personales y encontrarse a sí mismo. Por otro lado, Amelie, insatisfecha, no parece buscar ese sentido a las cosas, inmersa en una vorágine laboral y personal en la que todos nos movemos y de la que es difícil bajarse, sin renunciar a determinados aspectos de conveniencia y comodidad social, pero que en el fondo sabe que no le hacen feliz
“Se dijo que había algo muy hermoso en la idea de que mirar a los ojos de la muerte te hiciera amar aún más la vida.” Dos personajes a la deriva, que deberán encontrar su camino en una búsqueda desigual, que como la vida misma, está plagada de encuentros y desencuentros. Un excelente retrato personal, dinámico y moderno de las relaciones personales y los anhelos interiores.