Fontiveros, noche dichosa
ESPAÑA EN SORDINA
FONTIVEROS, NOCHE DICHOSA
La gente no se entera de nada. Cree que “Noche oscura del alma” significa algo negativo. Llenos de tópicos, suponen que noche y oscuro tienen significados negativos.
Pero en la mística es todo lo contrario. La noche es apagar la luz para encontrar otra luz más honda. Equivale al silencio y eliminar los ruidos, para encontrar otro sonido más verdadero.
A oscuras, in las luces convencionales del pensamiento, que estorban, el alma encuentra a Dios. Porque se guía por otra luz mucho más íntima, mucho más profunda. La gente no se entera de nada.
Pero San Juan de la Cruz habla de “la noche dichosa”. Dice que no tiene otra luz y guía que la que sale del interior de su alma.
Primero se apagan los sentidos para concentrarse. Luego se apagan los pensamientos, para concentrarse todavía más. Son la “noche del sentido” y la “noche del espíritu”.
Pero la gente llena de tópicos no se entera de nada. E incluso te enseñan en los manuales de literatura que “noche” tiene un sentido negativo y significa problemas o momentos malos. Pero San Juan de la Cruz habla de “la noche dichosa”. Igual que Novalis en sus “Himnos a la noche”.
Consuelo y yo fuimos a Fontiveros, provincia de Ávila, a encontrar el lugar donde se escribió ese poema extraordinario. Donde alguien experimentó esa noche dichosa.
Encontramos una laguna donde San Juan de la Cruz se refugiaba de niño. Leímos con pasión sus versos en la plaza principal Comimos en un restaurante tradicional (sin pedanterías pijas de los chefs) el cocido fontivereño, tan sustancioso como el poema. Visitamos la casa donde nació convertida en iglesia. Vimos la iglesia de San Cipriano, donde lo bautizaron, con dinamismos góticos. Estuvimos en un rincón íntimo con un árbol misterioso.
Experimentamos toda la dicha que experimentó San Juan de la Cruz. Era de día, pero comprendimos su noche. Era en un mundo convencional lleno de burócratas y maquinarias pero nos asomamos a su mundo de incendios íntimos que va más allá del lenguaje.
Y el gran poeta tenía que recurrir a símbolos y paradojas para asomarse a ese mundo. Tenía que romper el lenguaje para comunicar ese entusiasmo tan secreto.
Pero la gente no se entera de nada.
ANTONIO COSTA GÓMEZ FOTO: CONSUELO DE ARCO