El aforismo español se hace mayor (y mejor)
Ricardo Álamo.- Una antología, sea del género que sea, responde siempre al gusto subjetivo y a los particulares criterios de selección de los antólogos. En el caso que nos ocupa, tanto José Luis Trullo como Manuel Neila —profundos conocedores del género aforístico tanto en su vertiente teórica como práctica, pues a ambos les debemos numerosos estudios sobre el mismo, así como una notable producción propia— han compendiado en este libro una nutrida representación de escritores españoles que en las últimas décadas han ensanchado el mercado editorial con propuestas aforísticas de todo tipo. Huelga decir que entre esas propuestas las más abundantes son las de libros íntegramente compuestos de aforismos, pero también las de otros que, aunque estrictamente no se los pueda acoger bajo esa misma etiqueta, contienen sin embargo un nada exiguo número de aforismos intercalados en sus páginas. Prueba de esto último es, por ejemplo, el caso de Andrés Trapiello, que no habiendo dado a la imprenta ningún libro de aforismos, aparece en esta antología como eximio aforista, dado que entre las miles de páginas de sus Diarios ha solido insertar mínimas máximas que nada tienen que envidiarle a las de aquellos que se afanan en dedicarse (casi) en exclusiva al género literario más breve.
Esta segunda edición de El cántaro a la fuente, que no amplía la nómina de autores con respecto a la primera edición de 2020, reúne alrededor de setenta aforistas que, según palabras de los antólogos, están escogidos por la calidad de sus creaciones, por la hondura de sus pensamientos y sentimientos y por la probidad de sus expresiones, todo lo cual, además, se sustenta en el hecho de que no son aforismos falsos ni llenos de lugares comunes ni tampoco ocurrencias ingeniosas.
Por otra parte, entre los aforismos de los autores seleccionados predominan tres modalidades de reflexión: la filosófica o cognoscitiva, la ética o moral y la estética o literaria. Tres modalidades que habría que enmarcar en la larga tradición de este género, que en Occidente se remonta al pasado greco-latino así como al proverbio sentencioso judeo-cristiano y al humanismo renacentista en el que brillaron «con luz propia las máximas morales». Máximas cuya temática abarca un espectro de temas y asuntos incontables, que van desde la soledad al amor, el bien, el mal, la política, la justicia, la vida, la muerte, y, en general, todo aquello que pueda subsumirse en alguna parte de la realidad, sin que en ningún caso lo que se diga de dichos temas haya que entenderlo de manera categórica o concluyente, porque, como ocurre con las citas, los aforismos corren el riesgo fácil de servir a innumerables propósitos, incluso contradictorios, y así lo que por ejemplo en uno de ellos se diga del amor, en otro puede decirse del modo contrario.
A los coeditores de esta antología les llama la atención «la creciente nómina de poetas, con una amplia trayectoria en su haber [que] han decidido aventurarse en el terreno complicado del aforismo, en muchos casos para quedarse en él». A mí, en cambio, me llama poderosamente la atención que entre los casi setenta aforistas seleccionados no haya más que diez mujeres, lo que vendría a significar que por razones que desconozco este género sigue siendo anecdótico entre las escritoras (puesto que tal cosa no ocurre en otros géneros literarios como la novela o la poesía). Dicho esto, me parece un gran acierto que Trullo y Neila se hayan tomado la molestia de escribir una nota biobibliográfica de cada autor, subrayando no solo la producción aforística de cada uno de ellos sino también dando unas mínimas pero orientativas claves de lectura de sus estilos aforísticos. Asimismo, es destacable que también hayan señalado en su prólogo las diversas y diferentes empresas que a lo largo de estos últimos años se han llevado a cabo alrededor del mundo del aforismo (nuevas editoriales, premios, concursos, congresos, charlas, encuentros, antologías, revistas, etc.).
El único “pero” que yo le pondría a El cántaro a la fuente es que, pese a la advertencia de los editores respecto a su empeño en corregir las erratas y los errores que incluía la primera edición, aún siguen apareciendo en esta segunda edición algunas notorias erratas, lo cual no es óbice ni mucho menos para restarle valor al libro, que en su conjunto refleja de manera sobresaliente dónde se encuentra actualmente el aforismo dentro del panorama literario español, cosa que sin duda ayudará a cualquier lector neófito a tener una idea clara de quiénes son los aforistas a los que hay que leer, porque toda buena antología que se precie —y esta lo es— debe contribuir a destacar qué libros y qué autores son los señalados para permanecer en el tiempo como máximos representantes de un género menor que ya se está haciendo mayor y mejor.
José Luis Trullo y Manuel Neila (eds.), El cántaro a la fuente. Aforistas españoles para el siglo XXI. Thémata Editorial, Sevilla, 2024.