Cacofonía en un bárbaro vaivén de amigos y enemigos

Horacio Otheguy Riveira.

Discordancia, disonancia, cacofonía: ruidos que emiten los medios de comunicación con frecuencia entusiasta a favor, o mayoritariamente, en contra de alguien.

Cacophony es el título de este espectáculo escrito por Molly Taylor, una inglesa que se inspiró en un libro de su compatriota Jon Ronson, periodista que investigó la historia de la humillación pública, So You’ve Been Publicly Shamed [Así que has sido avergonzado públicamente].

El libro explora el resurgimiento de la humillación pública como un fenómeno de Internet y para ello parte de la base que antiguamente el estado amparaba semejante acción en los Estados Unidos coloniales. Hasta que, en 1837 en el Reino Unido y 1839 en los EEUU, se eliminó gradualmente como castigo, no debido a la sociedad cada vez más poblada, como se sostenía ampliamente, sino en respuesta a los crecientes llamados a la compasión. 

 

 

 

Si bien la investigación periodística esgrime ejemplos de ambos sexos en el centro de la pública humillación, la obra teatral basa su testimonio en el auge y caída de Abigail —para todos, Abi— y gira en torno a la ira de numerosas mujeres por la absolución de un deportista de éxito acusado de violación.

Mujeres que no creen en la objetividad judicial y salen en manifestación protestando por la decisión de un jurado. Abi se erige en líder de protestas y conferencias, y los medios tiran de ella con el frenesí característico en cuanto descubren una figura carismática capaz de atraer audiencias: un éxito que ella no buscó, sino que se fue dejando llevar por la presión del contexto.

 

 

Un reparto con dominio de muchos registros se ocupa de gran variedad de personajes, si bien el eje se concentra en las estupendas actrices Mariana Pagés, Abi, y Laia Manzanares, esta última sobre todo en un papel aparentemente secundario que resultará clave a la hora de abordar el humillante devenir de la protagonista, puesta en duda sobre si ha mentido sobre su participación en la manifestación, piedra angular de su triunfal liderazgo.

El flujo y reflujo de las amistades, crecientes admiradores y hasta una apasionada relación amorosa, entran en colisión y el ruido tan exagerado al aupar a la joven se convierte en una oleada de todo lo contrario, cacería sin piedad de la que se considera causante de, poco menos, que el mayor fraude de la historia.

Junto a las dos actrices mencionadas, destaca Martí Atance, en un personaje masculino muy bien tratado; en breves pinceladas se le ve embelesado ante una guapa triunfadora, a quien repudiarça con similar entusiasmo cuando ya no es la heroína con la que se acostaba.

En definitiva, una buena función coral, que retrata con eficacia un estado de histeria habitual donde parece promover la imposibilidad individual de pensar: arrastrada una amplia mayoría por el eco de la repetición de determinados hechos convertidos en noticia.

Uno de los mayores aciertos de la puesta en escena radica en el desarrollo de una ansiedad egocéntrica en amigos y enemigos capaces de lo mejor y lo peor en un abrir y cerrar de ojos.

 

 

 

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«Cacophony comenzó en 2018 como una provocación creativa del director original, Michael Bryher, que quería explorar el poder y la crueldad de las redes sociales. Me regaló el libro de Jon Ronson. Fue una lectura conmovedora, con múltiples relatos de transgresiones en línea que condujeron a una serie de acosos y abusos significativos. ¿Cómo era posible que una turba virtual fuera tan castigadora y tan violenta como una turba en el mundo real? ¿Por qué hay tanto apetito por atraer a la gente a Internet?

Michael y yo trabajamos con una compañía de actores jóvenes, construimos la historia colectivamente. Nuestra protagonista, Abi, fue moldeada por numerosas influencias contemporáneas. En 2017, el movimiento #MeToo se extendió por todo Estados Unidos y, a raíz de ello, las activistas feministas recibieron más credibilidad, más estatus, más oportunidades de ser escuchadas que nunca. Pero el mundo en línea es un lugar salvaje, y rápidamente Cacophony se convirtió en una exploración de la celebridad feminista, la autenticidad y la fuerza digital…». Molly Taylor

 

 

Texto: Molly Taylor

Dirección: Anna Serrano Gatell
Ayudantía de dirección: Rita Molina
Reparto: Martí Atance, Laia Manzanares, Mariona Pagès, Chelís Quinzá, Clara de Ramon, Mima Riera y Clara Sans
Versión: Oriol Puig Grau y Anna Serrano Gatell
Traducción al castellano: Eva Mir
Escenografía: Judit Colomer Mascaró
Iluminación: Marc Salicrú
Vestuario: Chloe Campbell
Música y espacio sonoro: Arnau Vallvé
Movimiento: Ester Guntín
Producción: Sala Beckett
Colabora: British Council

TEATRO DE LA ABADÍA HASTA EL 24 DE NOVIEMBRE 2024

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