El dilema del corcho o del sentimiento de culpa
Horacio Otheguy Riveira.
El éxito de un profesor autor de numerosos libros, responsable de ensayos una y otra vez debatidos y estudiados, desborda los límites filosóficos a los que está acostumbrado. El responsable del repentino caos es un visitante con rasgos misteriosos que conlleva diversas máscaras como distintos papeles para confluir en un solo.
Un paso adelante y otro atrás, como si se tratase de una coreografía mental, expresada física y verbalmente, en la que se dirimen conflictos morales. El pasado es un personaje más. La escenografía de Fernando Bernués nos instala en un muy confortable despacho que respira disciplina, éxito, autocomplacencia, donde permanece el ilustre intelectual que va a ser entrevistado por video-conferencia.
Al comenzar la función, graba algo así como un ensayo de lo que piensa decir. Es referente a una grave enfermedad que podría ser curada por la fuerte inversión de un empresario. Si acepta, dará por tierra con sus públicos principios, ya que todo el mundo conoce su crítica opinión sobre el millonario contribuyente, pero -y aquí nace su principal conflicto- si no acepta, probablemente morirá.
Y cuando aún no ha profundizado en esta cuestión, en lo que dirá al respecto en la entrevista, entra en escena un virulento desconocido, a pesar de que el ordenanza intenta impedirle el paso…
Un dos tres, al escondite inglés. Viene bien el juego de palabras porque el desarrollo de la obra bebe de fuentes del teatro policiaco anglosajón (Shaffer, Levin, Coward…) con nobles armas. Una influencia difícil de encontrar en el teatro actual español, y menos aún con el autor como cointérprete, a su vez dirigidos los dos únicos actores por una excelente actriz como Mireia Gabilondo (Los papeles de Sísifo). Este birlibirloque teatral del que poco se puede y debe aclarar para no desvelar su intriga, se apoya en el talento de sus intérpretes, Ramón Barea y Patxo Telleria, que ya vimos en Madrid en una formidable versión de El viaje a ninguna parte, de Fernán Gómez.
Una clave de interpretación posible llega en una mirada final de lo más elocuente. Una mirada de Ramón Barea que sugiere tanto o más que las últimas escenas.
Si el teatro puede ser remiso a dar de sí con miradas, resulta muy eficaz el efecto de hacerlo en una gran pantalla. El gran actor y su personaje se encuentran definitivamente en una expresión de estupor sobrecogedora. Entonces, El dilema del corcho (ese que siempre flota, incapaz de llegar al fondo…) da el salto de comedia con fondo de crimen y misterio y se adentra en afinados debates.
Comedia, intriga, discusiones sociopolíticas… a partir de hora y media de electrizante interpretación, oscuros personajes en intensa acción.
Autor: Patxo Telleria
Directora: Mireia Gabilondo
Escenografía: Fernando Bernués
Reparto: Ramón Barea, Patxo Telleria
Espacio sonoro: Adrián García de los Ojos
Vestuario: Ana Turrilas
Iluminación: David Rodríguez
Diseño del cartel compañía: Paradox
Producción ejecutiva: Pío Ortiz de Pinedo y Myriam Garzia
Con la colaboración del Teatro Arriaga de Bilbao
Teatro de La Abadía. Sala José Luis Alonso
Horario De martes a sábado: 20:00 h. Domingos: 19:30 h
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Otras creaciones de Ramón Barea en CULTURAMAS:
La lucha por la vida (actor y director)
El viaje a ninguna parte (actor y director)
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