Lightning Seeds vienen a recordarnos una historia que empezó hace 35 años
Por Abel Farré
La última vez que los había escuchado había sido en el cierre de alguna pista de baile. Aunque a veces lo olvidamos, muchos de nosotros tenemos una canción de Lightning Seeds muy presente en nuestra biografía nocturna. Sí, estoy hablando de “Pure”. Así que antes de empezar el concierto, ya me imaginaba que el mismo acabaría con las luces abiertas, mientras la gente iría coreando esa canción, con sonrisa difícil de esconder. La verdad que esas camisas ceñidas entre el público, mezcladas con polos Fred Perry me ayudaban a trasladarme a esos tiempos
Los de Liverpool saltaban al escenario con “Marvellous”. La voz inconfundible de Ian Broudie nos retrocedía a años atrás. Su aspecto entre Roy Orbison y un Noel Gallaguer de más edad, se juntaba con uno de sus inseparables, Martyn Campbell. Y como, no, su hijo, Riley Broudie quien ya lo lleva acompañando desde bien joven. Tal vez eso explica que la sinergia entre ambos ayude a que la banda se sienta más viva y joven que nunca.
Tal y como decía Riley en su día, “mi padre expresa con la música lo que le cuesta decir con palabras”. Sí, esas mismas palabras que sonaban en el “The Life of Riley” en donde hoy le podía decir cara a cara, a su hijo, las preocupaciones que tuvo cuando supo que el pequeño de los Broudie iba a nacer. Pero ahora, los dos en el escenario, mostraban que la música les unía, y con sonrisas de complicidad, iban llenando un setlist de canciones que ambos vieron nacer y crecer, al igual que nosotros.
El público enloquecía con temas como” All I Want”, “Sunshine” o “Lucky You”. Evidentemente se estaban dejando los clásicos para el fin de fiesta. Los mismos llegarían después de unos segundos de descanso. “Pure” fue la primera de la lista, los móviles se desenfundaban de forma masiva entre cada uno de los allí presentes, para poder guardar ese momento en el recuerdo. Sí, ese primer sencillo de debut del 89, el cual le coronó no sólo como productor sino como músico, hizo vibrar enteramente la Sala 2 de Razzmatazz.
Con la fiesta ya más que lanzada, Ian Broudie, por sorpresa, recogía una de sus canciones preferidas. Sí, se trataba del “Be My Baby”, ese hit del 1963 producido por otro de los grandes, Phil Spector, el cual fue también uno de los compositores junto a Jeff Barry y Ellie Greenwich y que The Ronettes popularizo en esas salas de baile de épocas pasadas.
No quedaba tiempo para mucho más, Ian Broudie y los suyos anunciaban que estábamos llegando a la última canción, y como no, era momento por ese “coro” que se recuerda más que por el título de la canción. Sí, todo el mundo se puso a corear el «it’s coming home» de «Three Lions», mientras alguna camiseta de la selección de futbol de Inglaterra sonreía en manos de alguien. Larga vida a Lightning Seeds, esperemos que de poco a poco Riley vaya cogiendo el relevo de su padre
“We've got to find the time
For the life of Riley”