“Teoría y práctica del funambulismo”, de Ferran Fernández
Por Bernardo Santos.
Ferran Fernández ha sido muchas cosas, como, por ejemplo, profesor en la Facultad de Periodismo de Málaga o, en su juventud, empleado de banca, militante revolucionario o preso político. Sin embargo, se podría decir que, sobre todo, es editor y poeta.
Editor porque, además de haber trabajado para otros sellos como El Bardo, fue el fundador de una editorial de culto, Luces de Gálibo, donde la cuidada selección de autores y títulos, extravagantes, marginales, raros y maravillosos, se suma a ediciones especiales, únicas, casi objeto, con diseño de portada y maquetación de su propia cosecha, que te hacen identificar rápidamente sus libros en cuanto los tienes en las manos.
Es destacable la reedición de grandes autores clásicos en formato cómic como por ejemplo Arrabal, Mayakovski, Pessoa o Vallejo, la edición de textos originales de fusión de la poesía y el cómic entre los que destaca su propia obra en colaboración con Laura Pérez Vernetti titulada Poemic, o la traducción en español de autores muy valiosos como por ejemplo al austriaco Erich Fried, el poeta asesino Pierre-François Lacenaire o los italianos Marco Onofrio o Gëzim Hajdari. También, la profusa publicación de poetas contemporáneos de gran valía como Kepa Murua o Jesús Aguado.
Como poeta, Fernández nos ha legado una extensa e interesante obra en la que predominan los poemas cortos, los aforismos y la poesía visual, a veces avanzada en redes sociales, de la que lleva años prometiendo un libro definitivo, que parece que saldrá (por fin) este otoño. Una poesía que se caracteriza por su viveza, su chispa, su humor, a la vez que, por una profunda, a veces amarga y siempre lúcida, filosofía de la vida. En su afán de no hacerse pesado, escribe textos donde se pone en valor el silencio, lo que no se dice, lo que el lector debe completar.
Ferran Fernández usa la palabra precisa pero también la palabra equívoca, la que contiene una interpretación polisémica que ayuda a ese juego inteligente y de humor. Ferran es también un maestro de la sintaxis elaborada pero que no se ve, del poema con estructura oculta que parece fácil y también de una obra que él reivindica como poesía social a partir del concepto de que lo personal es político, pues su mirada introspectiva no deja de ser una reivindicación de las nuevas formas de colocarse en el mundo, fuera de la corriente general, fuera de los dictados del deber ser. Por ejemplo, cuando dice:
no salgo de mi asombro / en mi asombro me siento seguro
O bien cuando dice:
ya apenas me queda tiempo / para curarme de las heridas / que cura el tiempo
o bien,
a veces intento / ser yo mismo y otro/ y ese otro intenta / ser él mismo y otro / y ese otro soy yo.
En este sugerente libro Teoría y práctica del funambulismo, Ferran profundiza en su anterior poesía, quizás con un tono más amargo, con una refinada vuelta de tuerca a los juegos de palabras, a la apelación a la inteligencia del lector, con el mismo humor y quizás con un poquito más de mala leche. Perpetúa su personaje de perdedor. Un personaje a mitad de camino entre la autobiografía y la máscara, entre el Gran Lebowski y el Chaplin de La quimera del oro, entre la arrogancia y la suplica de conmiseración. Podríamos decir que se coloca en una especie de malditismo estoico.
El libro trabaja dicotomías fuertes, como ese funambulista que puede caer hacia un lado o hacia el otro, hacia la vigilia o el sueño, hacia la verdad o hacia los espejismos, hacia la autoafirmación o hacia la disolución, incluso en algunos poemas, se produce un desdoblamiento del yo, de forma que el personaje, esperemos que sin la ayuda de una dosis de ketamina, se ve a sí mismo desde fuera, se persigue, se sueña o se discute.
En fin, un libro y un autor originales, un autor del que es difícil decir que pertenezca a ninguna corriente, ningún estilo, a ninguna cofradía. Un autor que, por todo lo anterior, les va a interesar muchísimo.
Teoría y práctica del funambulismo
Ferran Fernández
Girona / Luces de Gálibo, 2024