La “familia” Robe sigue llenando escenarios
Por Abel Farré
Cojo el metro y me dirijo al Forum de Barcelona, los vagones se van llenando de personas de diferentes generaciones que con sonrisas de emoción parecen unirse por algo grande que va a pasar. Me paro a escuchar y oigo todo tipo de anécdotas que rememorar. Algunos recuerdan conciertos de finales del ochenta con bandera extremeña atada en el cuerpo. Otros parecen recordar momentos de letras olvidadas. Todos parecen tener algo en común, pues es día de volver a dar la bienvenida a una de las figuras, en mayúsculas, del rock urbano español.
Nos hacen falta las presentaciones, pues todo el mundo debería saber de quien estamos hablando. Sí, es él, Roberto Iniesta. No hace falta esperar a los festivales de verano, para poder ver el Forum lleno, de turistas, pues los de casa también tenemos bandas nacionales de las que presumir.
Años atrás la gente esperaba que sonaran los clásicos de Extremoduro cuando Robe saltaba al escenario. Pero después de cuatro discos, sin contar el directo de “Bievenidos al temporal”, lo único que ahora espera la gente, es que Robe salte al escenario y nos empiece a contar cada una de aquellas historias, con las cuales muchos de nosotros nos podemos sentir identificados. Pues su prosa y su música nos sigue llegando de una forma muy especial.
Empezaba con “Destrozares” de su segundo álbum en solitario y a lo largo de la noche iría repasando cada una de las canciones de su último álbum, “Se nos lleva el aire”. Eso sí, para los nostálgicos, iría lanzando algunas de aquellas canciones de Extremoduro, como “Segundo movimiento” o “Dulce introducción al caos”.
Incluso se atrevería con el catalán, y nos recordaba a su gran amigo, Albert Pla, para hacer una versión de “La sequía”. Sí, por unos momentos, mas de uno esperaba que saltara también él al escenario, Albert Pla, pero bueno hay días para todo. Tal se quedó preparando un nuevo set para “La Mesías”.
Justo después de “El poder del arte”, una de las canciones más especiales del último disco, Robe se tomaba un descanso. Por un momento parecía que estuviéramos en el teatro, era ese momento entre acto y acto en que la gente se tomaba un respiro y como si en familia estuviéramos, debatíamos de cómo estaba yendo la noche.
Robe volvía con la misma fuerza que nunca, allí en el medio. Sí, con su guitarra, con su personalidad. Con esas letras acompañadas de guitarrazos y de ese inconfundible violín de Carlitos Pérez. Esta claro que no nos olvidamos de Fuentes, David Lerman, Woody Amores,…pues está claro que Robe se ha sabido rodear de una banda que realmente entiende lo que se necesita en cada momento.
Para el final de la noche, todos sabíamos lo que nos tocaba corear. “Ama, ama, ama y ensancha el alma”, todos sabíamos que era lo último que sonaría aquel día. Y con estos versos en mente nos íbamos a casa
Abrid los brazos, la mente y repartíos
que sólo os enseñaron el odio y la avaricia
y yo quiero que todos como hermanos
repartamos amores, lágrimas y sonrisas.
Una noche más, Robe, lo había dado todo. Esperamos que esta máquina de crear música y poesía siga llenando nuestras estanterías de nuevos lanzamientos. Hasta pronto, Robe.