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Elena Pedrosa: «Si la poesía acaba siendo una labor económica, contractual y artificiosa, el mundo se pierde»

Elena Pedrosa (Málaga, 1977) es Periodista y Doctora en Comunicación Audiovisual especializada en Narrativa Audiovisual desde una perspectiva semiótica. Trabaja como profesora de Artes Plásticas y Diseño especializada en Fotografía Artística. Como investigadora, se dedica al archivo y análisis de la obra de fotógrafas andaluzas del siglo XXI y a la documentación sobre autogestión del arte y la cultura. Su línea de trabajo artístico va desde la introspección a la abstracción en la imagen poética, siendo el ensayo documental su modo de expresión y reflexión crítica. Tiene experiencia en comisariado artístico institucional y gestión cultural y escribe críticas de arte para galerías y en revistas como TQ+Art o Yan Magazine. Es colaboradora habitual de la revista especializada en fotografía contemporánea Clavoardiendo Magazine y de la revista especializada en educomunicación Aularia. Sus poemas han sido publicados en antologías del encuentro “Voces del extremo Moguer” (2022-2024) y ha participado en revistas digitales como “El coloquio de los perros”, “Poetas argáricos”, “Voces del extremo” o la iniciativa “Banderines del Zaguán”.

Co-creadora del diseño, la edición y la gestión cultural en Ediciones Fantasma, en ocasiones, también escribe poesía y ensayo. Proceso de autoborrado  (Ediciones Fantasma, 2024) es su libro más reciente y la razón por la que hoy charla con nosotros y nos da su Primera Impresión.

 

Me conformo con tener aún la libertad y la pasión intactas cuando escribo.

Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?

Elena Pedrosa: Escribo a modo de vómito. Desde pequeña aprendí a expresar de esa forma todo aquello que no soy capaz de decir a la cara. También quise cambiar el mundo con mis letras. Hoy me conformo con tener aún la libertad y la pasión intactas cuando escribo.

Este libro surge de ese impulso, como catarsis de una situación emocional, vital y social vivida en primera persona: dos años en los que se sucedieron cronológicamente, primero el acoso laboral y luego el acoso social. Se sucedieron la mudanza de hogar y la mudanza de vida.

Por otro lado, pretendo acercar mi realidad a quienes puedan llegar a comprender, para que quienes no lo vieron sepan arropar y quienes lo sufrieron se sientan arropados.

Ahora, porque es ahora cuando tengo el valor y la fuerza.

 

¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?

Aunque escribo y tengo poemarios inéditos guardados desde hace 20 años, fue cuando comencé a compartir mis poemas en el encuentro Voces del Extremo de Moguer, en 2022, cuando surgió la idea de hacer un pequeño folleto poético compilador de mi obra más reciente, que titulamos Inexpugnable, cosa que tengo que agradecer a mi compañero y editor José A. Miranda, también poeta, y a Antonio Orihuela, organizador de estos encuentros, ambos impulsores de que llegara a convencerme de que mis letras impresas servirían para algo.

A partir de ahí surge la idea de crear una publicación más o menos temática, construyendo estructura a partir de la división en actos, en forma más o menos cronológica, que ha tenido como cierre y cohesión del hilo argumental el prólogo de mi querida Inés Mendoza, compañera afín al Grupo Surrealista de Madrid, que ha sabido interpretar muy bien el mensaje entre líneas que subyace en los textos menos evidentes.

 

¿Qué pistas o claves te gustaría dar a l@s posibles lector@s?

Voy a utilizar las palabras de mi prologuista: «Proceso de autoborrado se pregunta por el sentido oculto de los discursos hegemónicos del pensamiento actual».

Para mí es una deriva existencial que expresa con vehemencia cómo nos afectan los acontecimientos cotidianos dictados desde el conformismo global y la coerción de nuestros afines, gobernando nuestros impulsos íntimos y sociales.

 

¿Qué efecto esperas que tenga en ell@s?

Mi experiencia hasta ahora ha sido el silencio o la conexión.

Espero que haya personas que se sientan removidas o emocionadas por la intensidad de lo que expreso, sé que esas palabras llegan y van a llegar. Pero me gustaría que no se quedaran en la emoción, sino que puedan ser un revulsivo también del pensamiento.

Me encantaría que estos poemas sirvieran para erradicar despectivos como “negacionista” o “conspiranoico”; que llevaran a las personas a indagar acerca de términos como “autopoiesis” o “iatrogenia”, así como a plantearse dogmas como que todas las mujeres practican la sororidad entre ellas porque son feministas, que todas las intervenciones médicas son adecuadas y están exentas de error, que cuestionarse la pauta global inoculada por el Estado es ser un insolidario, o que sólo existe una manera de pensar, ser y estar en este rico y plural ecosistema que habitamos.

En mi caso siempre se mezclan la esencia inspirada y el pensamiento estructural.

 

¿Qué importancia tiene la estructura o la disposición de los poemas en el volumen? ¿Fue algo deliberado o más intuitivo durante el proceso de creación?

En mi caso siempre se mezclan la esencia inspirada y el pensamiento estructural.

Mi especialidad es la narrativa, por lo que se ha creado un corpus, un canto coral, articulado específicamente en la edición final del libro, dividido en dos grandes secciones, “El olor de la mudanza” (que a su vez contiene otras tres, como si fueran actos de una escena) y “Proceso de autoborrado”, que en realidad es un solo poema compuesto por fases. Para estructurarlos he intercalado frases de pensadores que considero indispensables en este contexto.

Sin embargo, todo lo que escribo, siempre, es intuitivo, nunca me he sentado a escribir expresamente ni he pensado las letras o los ritmos matemáticamente. Esos versos surgieron y luego se ordenaron. Y finalmente son un todo indisoluble.

 

Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de Proceso de autoborrado, ¿cuáles serían?

Me quedaría con “Las mujeres que [me] pisan”, “Distancia social” y el poema XII de “Proceso de Autoborrado”. Creo que son los 3 que condensan la línea temática del libro, aunque así solos queden huérfanos del contexto y los matices. El poemario en realidad es una construcción narrativa.

He tirado una piedra que muchos pueden devolverme en forma de indiferencia o vacío.

 

¿Supone este poemario un punto de inflexión en tu producción como poeta? ¿Y a partir de ahora, qué?

Pues a partir de ahora, se supone que el autoborrado. He tirado una piedra que muchos pueden devolverme en forma de indiferencia o vacío. Llevo años batallando con dos maneras de concebir la vida y de estar en el mundo, sobre todo desde mi actividad artística y de gestión cultural: hacia adentro o hacia afuera.

Está claro que mostrar y compartir es algo necesario para cualquier creador, pero el esfuerzo, la necesidad de energía para batallar con la hipocresía que hay detrás del reconocimiento del escritor o el artista, hace que no me sienta yo misma en algunas ocasiones. Tanto la creación plástica y fotográfica como la literaria han sido siempre para mí una necesidad vital, que no una profesión ni una forma de lucimiento, y es ahí donde voy a quedarme.

A partir de ahora continuaré viviendo y creando. Mis letras, después de la tormenta, surgen más de la conexión con mi propio interior y la comprensión del cosmos, gracias a la influencia de la Escuela de Expansión Creativa de Fran Villalobos, mis confluencias con la filosofía existencialista o la espiritualidad sufí, y las conexiones con nuestro querido A.l. Guillén.

Hay un poemario en cocina, “El pájaro luz”, que se rinde a este impulso de cultivar la belleza y la conexión con el cosmos salvaguardando un centro de gravedad permanente. E igual también rescato alguna obra antigua inédita.

En realidad la poesía llegó primero.

 

Profesionalmente eres artista visual, profesora de Fotografía y doctora en Comunicación Audiovisual especializada en Narrativa y Semiótica. ¿En qué medida influye todo esto en tu manera de escribir, de entender la poesía?

En realidad la poesía llegó primero. Y cuando descubrí la imagen no pude sino enamorarme de ella y utilizarla como complemento en mi forma de expresarme y de observar el mundo. Las estructuras, los inicios y los cierres, las etapas, los acentos, los ritmos, son evidentemente marcados en una y otra forma. Se influyen mutuamente. No puedo evitar ser editora, creadora de discursos, comisaria, de mi propia obra tanto visual como escrita.

Por ejemplo: la experiencia poética más bella que he vivido en torno a la imagen ha sido durante los primeros meses de este año, gracias a la confluencia con algunas compañeras afines al colectivo de Fotógrafas Artistas Malagueñas que fundé en 2020,  concretamente dentro del grupo de trabajo “Círculo de Cronopias”, un laboratorio de procesos de creación en el que la imagen se proyecta desde otro lugar.

Gracias a la experiencia creativa compartida, en mí han podido confluir las palabras del filósofo Gastón Bachelard, y su libro “El agua y los sueños” como estructura de inspiración, los recursos narrativos del análisis de la psique de la mujer en los cuentos populares desde la psicología jungiana de Clarissa Pínkola-Estés en “Mujeres que corren con los lobos” y el análisis de la situación de los recursos hídricos en mi zona con la influencia teórica de Ramón Germinal en “Encontrarnos con el agua”, de Horst Rosenberger en “Agua, ¿mercancía o bien común?” o de Gary Snyder en “La práctica de lo salvaje”.

Más que de influencias plásticas, mis imágenes han surgido de ahí, y además, de la belleza poética del lugar abordado y de la belleza poética de las relaciones vividas en el momento con quienes creábamos y con quienes nos ofrecían su historia para mostrarla. De ese momento emocional e intelectual concreto ha surgido el tono de comunicación de mis imágenes y la estructura narrativa del proyecto, que en mi caso siempre tiene que ver con el impulso ineludible de la reivindicación.

 

 Nuestra labor editorial es rara e insostenible

También codiriges la editorial “Ediciones Fantasma”. ¿Corren buenos tiempos para la lírica?
La poesía salva al mundo. Si la poesía acaba siendo una labor económica, contractual y artificiosa, el mundo se pierde. En ese aspecto, no, no corren buenos tiempos.

Espero que en el futuro aprendamos a dejarnos llevar por el impulso creador y del pensamiento y discurramos por ellos como seres sintientes, no como domadores ávidos de resultados. Lo importante es la poesía por otros medios, como dicen nuestros amigos surrealistas.

En cuanto a Fantasma, nuestra labor editorial es rara e insostenible, ya que no busca rédito, sino sólo avivar el pensamiento, no se ocupa de rentabilidades y funciona por afinidad política. Continuaremos mientras sintamos que el equilibrio se mantiene.

 

Por último, como lectora, ¿de quién te gustaría conocer su “Primera impresión”?

 Amalia García Fuertes ha publicado recientemente un poemario imprescindible: Todavía no somos piedras. Espero que muchos se animen a leerlo, degustarlo, impresionarse con la mezcla de crítica, ironía y ternura que desprende, y seguir su llamada a la acción. Y espero que podáis encontraros en algún momento.

 

 

****

Tres poemas de Proceso de Autoborrado

 

LAS MUJERES QUE [ME] PISAN

Los pasillos
los pasillos de las galerías
del hospital
o del claustro

los pasillos de la cotidianidad que aplasta
la inercia de correr de puntillas como las bailarinas
en el danzar continuo de la niña eterna

sacrificio en danza
carrera de obstáculos
la escalada y la cuerda
los zapatos rojos
del cuento

la luz
la luz angelical de la sonrisa
la luz de la ilusión de la mirada
las luces de flash
el relampagueo del alma
la muerte de Ícaro

mi luz que no se apaga

la oscuridad tóxica del mundo tóxico
las mujeres que pisan
con tacones de aguja y sonrisa de hiena

la luz
la luz de las pantallas
el parpadeo de vida de una metáfora
o de una libélula
correr, correr por los pasillos
huyendo de las hienas
o persiguiendo la luz

la luz artificial
de los fluorescentes de los pasillos
los pasillos de las galerías
del hospital
o del claustro.

 

 

 

DISTANCIA SOCIAL

Es fácil caminar
mientras descarga
el oleaje
su lluvia
incandescente
sobre tu espalda,

con la sonrisa
recta,
la mirada en el suelo
y los pulgares tensos.

Es fácil caminar
sin perspectiva
[ahora
que el futuro
se diluye]

con objetivos
claros
[a 5 o 10 minutos]
marcados
con tiralíneas

como en el mapa
el cruce de fronteras
entre Mali y Argelia.

Calcular la distancia,
la velocidad del cruce de miradas,
el volumen de encuentros.

Llegar,
pidiendo perdón
o permiso.

Sin juicio,
por favor,
sólo venía
a comprar
un paquete
de galletas.

Sin sentencia.
Por favor,
sin sentencia.

Es fácil volver
a casa con el sol
dando en tu espalda.

Con el peso
de las miradas,
[de esos ojos
ahora
más visibles]
sobre tu espalda.

Los puñales
sobre tu espalda.

El peso de la sociedad,
la libertad y la vida.

Correr,
pidiendo perdón
o auxilio.

No me grite
por favor,
lea el BOE
por favor.
Y biología,
ciencia,
sociedad
y poesía.

Lea.
Por favor,
lea.

Por fin en casa.

La llave en la cerradura,
la mirada en el suelo,
atenta al próximo escalón.

El ascensor aséptico
[sin compartirte
sin vivirte]

El miedo del encuentro en la escalera.

Ha sido fácil,
sólo un momento
ahí afuera.
[En casa, ya estás en casa.
Por fin en casa]

Sí, ha sido fácil.

Mañana volverás a intentarlo.

 

 

 

XII

Vas de un lado a otro del balcón
como quien enreda la madeja
que se ha desbaratado

entrenando tus piernas ancianas
mientras mantienes
fuerte tu corazón a pesar del miedo

Yo paso fugaz
de vuelta de la otra vida
y con los ojos empañados
en lágrimas de no verte

En la otra casa
tu hermana
resiste otras tormentas
a su manera

Siempre fuisteis
tan distintas

Nada es peor que soportar
el hambre
el desprecio
la muerte
o el engaño

Pero esto
os ha pillado mayores
y merecíais la calma
tras tanta vida difícil

Tendrán que asumir
el riesgo
de tu cuerpo fuerte
y sano
frente a la muerte inyectada
que nos imponen

Que tú la vivas como una salvación
no me consuela

Tengo miedo de no tener más tiempo
para abrazarte

si esto realmente no acaba nunca

 

ENTREVISTA REALIZADA POR JAVIER GILABERT
Granada, 1973. Maestro avemariano, es autor de PoeAmario (2017), En los Estantes (2019), Sonetos para el fin del mundo conocido (2021) junto con Diego Medina Poveda, Bajo el signo del Cazador (2021) junto con Fernando Jaén, Todavía el asombro (2023). Copromotor, antólogo, coeditor y periodista cultural.

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