Nadar en aguas abiertas con el poderoso influjo de la amistad

Horacio Otheguy Riveira.

La soledad deambula desde la desesperación inicial de Nilo —que cree que se ahoga dentro y fuera del oleaje feroz de la mar— a la de Walrus, mucho mayor que los 48 años de aquél, quien procura no sentirse ni saberse ni pensarse solo jamás. Uno se apoyará en otro. Nilo con vivencias infantiles y adolescentes y Walrus con las de un anciano sabio cuyo dolor le ha pertrechado hasta convencerse de que al mar no le importamos nada, y que nadar es abrirse camino con la satisfacción inmensa de contar con un cuerpo que responde, que te habla, y sobre todo que te abraza cuando se lo pides.

 

La puesta en escena de Fernando Bernués (Los papeles de Sísifo; Del color de la leche…) tiene una amplitud muy generosa, sin la cual el texto caería en un territorio de relativo interés. Y es que la voluntad de ayudar junto a la falta total de voluntad de recuperarse y pedir ayuda está tan visto en el espectáculo como en la literatura y sobre todo en los tan vapuleados libros de ayuda.

Pero en este contexto vemos un mar fascinante cuando no embravecido, a la medida brutal de la gran literatura novelística y poética (Por ejemplo, Rafael Alberti: ¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad?/¿Por qué me desenterraste del mar?/En sueños la marejada/me tira del corazón; se lo quisiera llevar); el mar como fondo junto a cubos de arena y agua, y un hombre temeroso de crecer, tan niño aún, próximo a los 50, y un anciano que se opone al avance inmisericorde del tiempo.

Ambos a cargo de dos actores de amplia trayectoria que sorprenden en unas composiciones nunca antes vistas, una forma física y actoralmente tan completa se consolida para volantear de un estado emocional a otro muy distinto que divierten, emocionan, asombran en la grandeza de los actores que nunca se dan por vencidos repitiendo técnicas ya comprobadas. Y además se coronan de gloria en un epílogo por demás encantador.

 

 

 

 

Las creaciones de Markos Marín y Adolfo Fernández tienen tal riqueza de matices que se embarcan en una nave a golpe de brazada. Una nave hundida en el fondo de un mar que, sin embargo, con su espíritu indómito logran que la gran amistad que se forja entre los personajes se vuelve orgánica entre ellos mismos como intérpretes colosales.

 

 

Adam Martín Skilton (Tossa de Mar, Girona, 1973) es licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona. Se dedica a la radio desde 1992 y ha trabajado como redactor y guionista en distintos programas de radio y televisión, entre los que destaca su participa- ción en Les mil i una (TV3), Fet a Barcelona (Ràdio Barcelona) o La Tarda (BTV). Entre sus libros encontramos Estimada rutina, Sempre hi ets o Mans, un alegato a la vida manual. Su última obra de ficción, El nadador de aguas abiertas, es una fábula con el mar como gran metáfora.

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Dramaturgia: Adam Martín Skilton
Adaptación: María Goiricelaya
Dirección y espacio escénico: Fernando Bernués
Reparto:  Markos Marín y Adolfo Fernández
Ayte. dirección: Dorleta Urretabizkaia
Diseño de iluminación: David Bernués
Videoescena: Acrónica Producciones
Servicios técnicos en gira: TARIMA Logística del Espectáculo
Música original: Fernando Velázquez
Interpretada por: Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias
Vestuario: Ana Turrillas
Fotografía: Sergio Parra
Vídeo y fotografías de escena: David Ruiz
Diseño gráfico: MINIM Comunicación
Prensa y comunicación: María Díaz
Producción ejecutiva: Cristina Elso
Una producción de K. PRODUCCIONES y TANTTAKA TEATROA
Distribución: GG Producción Escénica

 

TEATRO PAVÓN HASTA EL DOMINGO 29 DE SEPTIEMBRE 2024

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