Eclipse total: la vida y la muerte en una continua celebración

Horacio Otheguy Riveira.

Celebrar la muerte como si la vida continuara sin explicación posible, con el devenir de la evolución a la involución, el deterioro psíquico y físico, pero todo sin dramatismo, con una ironía valenciano-manchega que se universaliza a través de una expresión escénica por demás novedosa.

Cinco hermosos globos de colores dando vueltas lentamente en un escenario giratorio. Cinco globos en torno a una gran mesa donde han estado dos familias con sus nimiedades grandiosas, sus grandes pequeñas cosas de andar por casa, los abuelos, padres, nietos… todo por dos actores y un espacio sideral que conmueve más después de la función, porque si uno deja que circulen por su interior las intensas emociones que no se dicen ni se muestran sobre las emociones del vivir con su carga de amores e ilusiones para irse con el tiempo, y para siempre, a veces de repente sin despedidas que llevarse a los labios, entonces el Eclipse Total hace su nido en nuestro interior.

Y la transición no solo funciona, sino que lo que parecía una comedia demasiado minimalista se convierte en una obra maestra que viaja al interior en una gran comilona familiar que se produce ayer, hoy… y mañana, como si fuera una pieza de Eduardo de Filippo, porque mientras estamos en pie, la memoria mansa, la que deambula por trapecios de felices recuerdos en magnífica compañía no muere nunca. Solo se toma su tiempo, hasta que nosotros mismos seamos los últimos en abandonar la mesa porque, sencillamente, llegó la hora de partir.

 

Una canción inesperada

 

Un espléndido homenaje al concepto de familia en el sentido más generoso, abierto, diáfano, en una puesta en escena admirable por los dos intérpretes, veteranos ya como compañeros de tablas, y con una perla extra en la formidable voz de uno de ellos con un tema italiano, cantado en muchos idiomas, y aquí en castellano en una adaptación sorprendente:

Gira, el mundo gira
En las calles en la gente
Corazones que se encuentran
Corazones que se pierden
Alegrías y dolores de la gente como yo…

 

Un ritual a semejanza del que hacen algunos niños que juegan a hacer de muertos. Aquí, lo que cubrirá el cuerpo será mucha ropa: de cuando fue crío al adulto de hoy, mientras debajo de todo, con micrófono, va comentando.

 

Poner la mesa para dos actores a cargo de 12 comensales: ¡vaya festín de risas y abrazos!

 

 

 

 

Equipo Pont Flotant.

 

MEJOR AUTORÍA TEATRAL, PREMIOS MAX 2023

MEJOR ESPECTÁCULO DE TEATRO Y MEJOR ILUMINACIÓN PREMIOS IVC 2022

PREMIO DEL PÚBLICO FESTIVAL FIOT 2022

PREMIO A LA CONTRIBUCIÓN TEATRAL,

PREMIOS CARTELERA TURIA 2022

 

REPARTO

Àlex Cantó y Jesús Muñoz

FICHA ARTÍSTICA

Creación Pont Flotant  (Àlex Cantó, Joan Collado, Jesús Muñoz y Pau Pons)
Diseño de iluminación  Marc Gonzalo (AII)
Diseño sonoro  Adolfo García
Espacio escénico y vestuario  Pont Flotant
Asesor artístico  Fermín Jiménez
Realización de escenografía  Los Reyes del Mambo i David Van Derh
Diseño gráfico  Joan Collado
Maquinaria y regiduría  Yolanda García y Santi Montón
Técnicos en gira  Juan Serra, Javi Vega y Josep Ferrer
Coordinación técnica  Juan Serra
Fotografía  Nerea Coll
Vídeo promocional  Nacho Carrascosa
Distribución  Inma Expósito y Rafa Jordán. Pro21 Cultural
Agradecimientos  Berta M. Pérez, Eulogi Osset, Xavier Serrano, Javi Vela, Roser i Rafel

Una producción de Pont Flotant y Rambleta


SALA MIRADOR HASTA EL 29 DE SEPTIEMBRE 

Encuentro con el público: viernes 27 de septiembre después de la función.

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