«Mujer incómoda», de Silvia Cuevas-Morales
Por Bernardo Santos.
Silvia Cuevas-Morales nació en Santiago de Chile, en una familia obrera que, tras el golpe de estado de 1973, se exilió en Australia, país en el que ella estudió y trabajó, hasta que en 1996 se instaló en Madrid, ciudad en la que reside desde entonces.
Cuevas-Morales acaba de publicar en Huerga & Fierro un nuevo libro de poesía con el explícito título de Mujer incómoda. Se trata de un libro sin ninguna concesión a las modas o al mercado, donde no hay ni un solo verso que parezca escrito para gustar o para triunfar. Probablemente, a la autora todo eso ya le importa poco, pues se trata de una mujer cosmopolita y con una cierta trayectoria. No en vano, ha vivido en tres continentes, domina varias lenguas, ha sido muy traducida, se desempeña en ámbitos laborales diversos y tiene en las librerías ocho libros de poesía, aunque empezó a publicar en español muy tardíamente pues su primer libro, Al filo de la memoria, es de 2001. También ha escrito numerosos ensayos y trabajos científicos, generalmente con perspectiva de género, y ha recibido algunos premios.
Sea por lo que fuere, Silvia se siente libre de decir lo que quiere, de hablar de lo que importa, de lo que nos afecta. Casi toda la obra de Cuevas-Morales está orientada a la poesía social, la poesía de la conciencia crítica o como se quiera etiquetar. Siempre una poesía al servicio de la emancipación de los oprimidos, así, en general, pero a través de poemas que abordan aspectos concretos de esas luchas, episodios histórica o geográficamente perfectamente identificables y siempre atravesados por la memoria del exilio, por la dureza de ser una persona migrante, por la precariedad y por un feminismo cuya interseccionalidad es verdadera, es de carne y hueso, de calle y alcoba, de academia y periferia.
En esta ocasión, el libro se divide en tres grandes apartados, de forma que se podría decir que son casi tres libros en uno: una primera parte titulada El dolor del mundo con poemas sobre situaciones de rabiosa actualidad situados en cualquier parte del planeta, desde Siria a Trump; una segunda parte que se titula, con reminiscencias a Vallejo y a Celaya, Me duele España, con poemas que se refieren a la actualidad de este nuestro no-país; una tercera parte dedicada a la actualidad y a la memoria de la resistencia en Chile, bellísimamente titulada Aún te recuerdo, Amanda; y una cuarta parte de poemas feministas bajo el título, con reminiscencias críticas a Neruda, Calladita, no me veo más bonita.
A destacar la sección sobre España, que contiene, por ejemplo, poemas sobre la situación en Catalunya en torno al referéndum, la burocracia o el capitalismo rosa. La poesía que reflexiona sobre este complejo asunto de lo que es o no es España y de lo que pasa dentro, no abunda en la actualidad, como tampoco abundan los poemas que, como los de Silvia, reflexionan sobre el mundo del trabajo, el turismo, los nuevos modelos de familia y otros aspectos de la realidad que tanto nos condicionan y que, parece, son menos poéticos o poetizables que la economía neoliberal, el desastre ecológico u otros temas que sí están ubicuamente presentes en la poesía social.
Un ejemplo, el poema titulado Ley Mordaza:
Me exigen identificarme / mientras tú puedes golpearme / con la porra, / con tu prepotencia, / con tu saña. / Me dicen que no puedo escribirlo / ni versificarlo, / ni cantarlo en canciones, / mientras tú puedes cogerme del pelo, / llamarme zorra, / romper mi cámara / y pisotear mi móvil, / para que tu barbarie / no conste en ningún lado. / ….. / Me dicen que no podré escribir contra España, / sólo podré hacerlo contra países latinoamericanos. / Y yo me pregunto asqueada / ¿hasta cuándo seguiremos / atragantándonos con la famosa mentira / de vivir en una democracia?
Este libro contiene poemas duros, cortantes, que no se callan ningún matiz que merezca denunciarse, pero también poemas propositivos, que ponen a la solidaridad, esa ternura de los pueblos y los grupos, como centro de la solución posible. Poemas que describen la barbarie, pero que también se interrogan por sus causas, porque es atajando las causas como esta aparente derrota de la justicia invencible se abrirá paso. Cuevas-Morales no puede soportar esta España y este mundo, tiene metido en el cuerpo ese dolor del mundo, esa dysphoria mundi de la que habla Preciado y solo desde la cual es posible intentar cambiarlo todo.
Mujer incómoda
Silvia Cuevas-Morales
Madrid / Huerga & Fierro, 2024
A Sílvia hay que tenerla en cuenta, es un ave, quizas un còndor, que planea sobre la materia. Anclajes móviles en un siglo incierto, sensibilidad aguda y conciencia honda. Sensaciones a flor de piel expresadas con contundencia y poesía.