«Un Oscar para Óscar»: brillante sátira Made in Spain en el cielo de Hollywood
Por Horacio Otheguy Riveira
Empieza y termina como una parodia, sin embargo, el trayecto no es en absoluto plano. Sí es verdad que en los primeros 15 minutos puede tenerse la impresión de algo muy visto ya, pero los personajes crecen, se desenvuelven con arte de saltimbanquis, cómicos de la legua que van entrando, poco a poco, siempre entre sonrisas y carcajadas, en el drama nacional tantas veces explorado por comediógrafos y cineastas. Aquí son padres todos ellos de un perfil propio del autor y director Mario Hernández, un joven hombre de teatro que, entre otros espectáculos, nos ofreció un espléndido homenaje a Mario Benedetti en Una mujer desnuda y en lo oscuro, y un fresco testimonial de extraordinario valor: Hemingway:Enviado especial.
En esta ocasión el esfuerzo es muy distinto, corre parejo al devenir de un cuarteto que aterriza en Los Ángeles maravillado por mirar el cielo de Hollywood. Van a por Un Oscar para Óscar que dirigió un cortometraje en el que pocos creen que pueda ganar. Le acompañan a la gran fiesta del cine mundial un ministro de cultura de lo más chapucero, y una ministra de Hacienda que cuida los gastos a rajatabla, perseguidora de excesos, a fuerza de bajo presupuestos. Estos son interpretados por Agustín Jiménez y Mara Guil con muy eficaces recursos. Son una pareja cómica lindante con el clown, dos que chocan constantemente escondiendo una pasión que parecía imposible.
El tímido, algo tontorrón y desde luego muy ingenuo realizador que va a por el premio mayor es Jon Plazaola [ahora Kino Gil] que, como Rebeca Sala, dan una campanada diferente, entre la chispeante comicidad de sus buenos personajes y el dolor muy íntimo de, como todos, autoengañarse lo más posible con tal de sobrevivir no solo en Hollywood sino en la vida corriente.
La sátira reparte codazos a diestra y siniestra del mundo del cine y de la política. Divierte con armas nobles porque en los arquetipos con que trabaja toda la España de andar por casa puede reflejarse.
Los cuatro intérpretes hilan fino y agrada verlos y seguirles en su periplo que va de lo vergonzante a las meras travesuras de gente madura que no ha dejado de ser caprichoso adolescente. Rebeca Sala, por vez primera metida en la camisa de once varas de una comedia tan desenfadada, compone a una belleza de alquiler “pero que no soy prostituta, solo compañía, aunque en realidad soy actriz que prueba fortuna en esta meca del cine”. Cada momento es una sorpresa muy grata, y en definitiva aprovecha al máximo el giro final, ocupándose de un epílogo inesperado que borda con maestría, y de lo que es mejor no adelantar nada.
Estamos en la ciudad de Los Ángeles, el día que se celebra la ceremonia de los Premios de la Academia, los Óscar; concretamente, en un modesto motel a las afueras de la ciudad, en la habitación que servirá de escenario único, y donde a través de una cristalera se ve, a lo lejos, el gigantesco cartel de Hollywood. Aquí llegan Óscar Manzano, un joven director cuyo cortometraje ha sido nominado a los premios, acompañado, ni siquiera él sabe muy bien por qué, por el ministro de Cultura Guillermo Barrientos, y la ministra de Hacienda Irene Navarro. Entre continuos rifirrafes de los dos políticos, que no se soportan, y a pocas horas de empezar la ceremonia, se presenta en la habitación de Óscar la joven Pauline, una “escort girl”, contratada a escondidas por Guillermo para que finja ser la novia de Óscar durante la gala y la alfombra roja… Este imposible grupo de cuatro vivirá la noche más loca de sus vidas en ese aislado motel, encontrándose y desencontrándose en algo que nos une a todos: nuestros sueños y todo lo que perdemos en el camino a conseguirlos.
Intérpretes: Agustín Jiménez, Kino Gil, Rebeca Sala, Mara Guil
Texto & Dirección: Mario Hernández
Productores: Xavier Aguirre, Esteban Roel & Jon Plazaola
Escenografía: Asier Sancho
Vestuario: Paula Castellano
Sonido: Rodrigo González
Diseño de Iluminación: Álvaro Guisado Garavito
Ayudante de dirección: Guillermo Rodríguez Cartagena
Fotografía y Cartel: Javier Naval
Ayudante de Producción: JP Pérez-Padial
Distribución: Txalo Producciones
Una producción de Txalo Producciones y La Mandanga.
TEATRO BELLAS ARTES HASTA EL 24 DE JULIO 2022
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