José María Higuera: “En cada poeta debe haber una voz reconocible”

José María Higuera (Córdoba, 1970). Realizó estudios hasta acabar el Bachillerato en el Instituto López Neyra de Córdoba. Curso tres años en el módulo de Talla Artística en la Escuela de la Merced II de la Diputación de Córdoba. Desde entonces, su labor profesional se desarrolla en el arte, como Tallista en madera, junto a otros conocimientos, durante aproximadamente los últimos veinticinco años, adquiriendo un cierto prestigio en la profesión con importantes obras tanto en Córdoba, como en Andalucía y el resto de España.

Sus obras han resultado finalistas en el LIII Premio Internacional de poesía Hermanos Argensola (2021), en el XLII Premio Internacional de poesía “Ciudad de Melilla” 2021, en el XXXI Premio Internacional de Poesía Gil de Biedma (2021), en el XII Premio de Poesía Vicente Núñez (2022) y en el II Premio Internacional Marpoética (2024). Obtuvo el Premio Internacional de Poesía “Alegría” 2021 del Ayuntamiento de Santander con el libro Proyecto de interiorismo (Rialp-Colección Adonáis, 2022) del XXVI Certamen de Poesía Rosalía de Castro 2023 con Desechos (Diputación de Córdoba, 2024), del que hoy le pedimos que nos dé su Primera Impresión, y hace sólo unas semanas, del XXXVII Certamen de Poesía Joaquín Lobato con la obra Manzanas. Hoy le hemos pedido que nos dé su primera impresión acerca de Desechos.

 

Me interesaba hacer pensar sobre cómo nos comportamos como grupo.

Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?

José María Higuera: Este libro quiere ser un reflejo de la sociedad en que vivimos. Me pareció interesante la posibilidad de plantear una reflexión crítica sobre nosotros mismos sin ser imperativo, sino como un trasfondo, como un caudal que cruza los poemas y cala sin darte cuenta. Me interesaba hacer pensar sobre cómo nos comportamos como grupo, que el lector meditara sobre las personas que dejamos al margen, que desechamos.

Tras algunos años acumulando los poemas, el poemario se encontró en su momento justo con la valoración positiva del jurado del XXVI premio Rosalía de Castro, que conlleva su publicación y edición por parte de la Diputación de Córdoba. Por eso sale ahora y así está bien, ya que es en el tiempo la segunda obra en orden de creación y está perfecto que sea la segunda que se edita.

¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?

La idea surgió hace varios años a raíz del poema inicial A veces las cosas que abre el libro. Planteaba un problema pero visto a través de muchas pequeñas cosas, de objetos que nos rodean y de lo que quieren decirnos. Esa idea de decir una cosa hablando realmente de otra ya estaba presente en Proyecto de interiorismo, es parte de mi voz y aquí se unía con otros aspectos que me parecieron originales como el uso de un lenguaje cotidiano, el desarrollo en un paisaje urbano y la exposición de una visión del mundo actual que sirviera de espejo. A partir de este planteamiento fueron naciendo poemas que fui corrigiendo y mejorando hasta conformar el poemario del que hablamos, Desechos.

¿Qué pistas o claves te gustaría dar a l@s posibles lector@s?

Los lectores deben leerlo sin claves. Cada uno debe sacar de su lectura lo que los propios poemas sean capaces de dejarles o ellos imaginen, sin prejuicios, dejándose llevar, tratando de encontrar el doble sentido que los poemas tienen y el lugar donde se sitúa la mirada.

Sé que es complicado que esta edición llegue a muchos lectores, ya que es una edición no venal y, por tanto, no se puede adquirir, pero ya puedo avanzar que la editorial Averso, de Granada, se ha interesado por el poemario y en enero saldrá una nueva edición en su colección de poesía. Estoy muy ilusionado con esta segunda vida del libro pues puede llegar a cualquier persona que le interese, en cualquier sitio, y va a dar lugar a presentaciones y presencia en medios y ferias del libro. Me gustaría que llegase a personas que tengan interés por la poesía tanto a nivel crítico como a nivel personal y es una buena ocasión para ello, además puede ser curioso disponer de dos ediciones diferentes del mismo libro, que se retroalimenten. En general, percibo por las impresiones que me llegan que está teniendo una buena acogida y esta entrevista es una ocasión excepcional para que llegue a más público y futuros lectores.

¿Qué efecto esperas que tenga en ell@s?

Me gustaría que el libro les hiciese pensar en lo individual y en lo colectivo, en cómo somos en general (aunque todos lo sabemos), que en algunas ocasiones los conmueva y en otras les haga recapacitar, que el libro pueda ser también, a pesar de que nos ponga un poco en el disparadero, un sitio donde estar a gusto y donde poder acudir por placer de vez en cuando, que ocupe un lugar cercano.

Abordo la composición de los libros tratando de que el lugar donde pongo la mirada y los poemas sean originales.

¿Qué importancia tiene la estructura o la disposición de los poemas en el volumen? ¿Fue algo deliberado o más intuitivo durante el proceso de creación?

Una de las valoraciones del jurado fue esa, que se trataba de un poemario muy bien estructurado. La estructura es muy importante en este libro, en el que la idea primigenia, de la que he hablado más arriba, es de la que parte y organiza todo desde el título del poemario a las secciones o las citas empleadas, el poema que lo inicia y el que lo acaba.

La obra se divide en varios apartados en base a la temática que tratan los poemas, siendo cada una como un contenedor de un tipo de residuos y, una vez dentro, cada poema un residuo de esa parte. Me pareció original estructurarlo así. Por otro lado, cada sección está introducida por una cita de un cómico conocido y cuyo contenido, además de por su comicidad e ironía, es muy importante por su relación con el tema general de la parte que introduce y que, a modo de pórtico, hace reflexionar al lector y lo sitúa. El título y la portada son fundamentales, formando parte del universo significativo del libro y definiendo muy bien dónde se pone la atención.

En general, abordo la composición de los libros tratando de que el lugar donde pongo la mirada y los poemas sean originales.

¿En qué medida veremos en él —o no— al José María Higuera de tu obra anterior?

En cada poeta debe haber una voz reconocible, aunque se escriban poemas de diferentes maneras, y percibo que esa voz existe en mi escritura.

Soy el mismo en el fondo y en la forma en muchos poemas en el sentido de que soy el mismo al que le gusta fijarse en detalles cotidianos, construir desde el hueco y no desde el objeto (como me dijo un amigo poeta), fijarse en lo pequeño para tratar temas mayores que nos preocupan o incumben a todos. Soy también el mismo en la manera de usar ciertos recursos o en el modo de narrar o de plantear el ritmo. Pero, al mismo tiempo y siendo la misma voz, en este libro he optado por una línea más clara e inteligible en más poemas, aunque sin renunciar a otros más crípticos, en consonancia con el ambiente de ciudad en que se desarrolla y que, por pura naturaleza, pedía esa manera de decir más fresca, más sencilla o, por qué no, urbana.

Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de ‘Desechos’, ¿cuáles serían?

No es un aprieto, podría elegir cualquiera de ellos. Pero voy a seleccionar tres que me parecen adecuados para describir el poemario y con los que el lector puede hacerse una idea bastante aproximada de él: “La alcayata” (sobre el desamor), “Equipo de limpieza” (sobre la culpa) y “Que suceda el agua” (una declaración de intenciones).

Los galardones me han dado cierta visibilidad.

A pesar de ser –como un servidor- autor tardío, aprovechas bien el tiempo. Tres libros, sendos premios (pues hace muy poco tiempo acabas de alzarte con el Joaquín Lobato gracias al libro inédito Manzanas). ¿Qué han significado dichos galardones para tu obra poética?

Pues soy, como sabes, una persona que lleva sólo unos años escribiendo, que no pertenecía a un círculo literario en mis amistades ni en mi trabajo, que ya tengo una edad que no puede considerarse joven. Con estos antecedentes me supone un incentivo saber que, no estando en los “cánones” que se piden, se puede estar y publicar.

Los galardones me han dado cierta visibilidad, me han situado de alguna manera en un lugar del panorama poético. Para mí suponen el reconocimiento a un trabajo. El segundo premio ha reafirmado una idea y una continuidad y este tercero del que hablas, el XXXVIII Premio de Poesía Joaquín Lobato de Velez Málaga, me reafirma en la idea de que el camino es correcto. También han significado ir conociendo a amigos poetas de los que aprender y que me puedas hacer esta entrevista [risas].

Por último, como lector, ¿de quién te gustaría conocer su “Primera impresión”?

Recientemente ha sacado libro Marcos Díez, Con sol dentro. Es un poeta que me encanta, que va a gustar a quien no lo conozca y estoy convencido de que tiene cosas muy interesantes que decir.

 

****

Tres poemas de Desechos

 

LA ALCAYATA

 

Si sólo dispusiese de un minuto

para coger la nada (cuanto queda),

tomaría la vida cuando fuimos

tan felices, al menos, ese instante.

Guardaría la foto que preside

la entrada de la casa que dejamos

donde tú me sonríes y te creo

y no me daba cuenta.

 

Sin embargo, pensándolo despacio,

sería suficiente,

llevarme nada más que mi agujero.

 

Al descolgar la foto percibí

que su sitio en el mundo era ese sitio,

no el hueco ni la herida que tapaba.

Que dejaba un recerco en la pared

su silueta de un tono luminoso

que me hablaba de días

que ya no existen

y al ver que la alcayata que sostiene

quedaba, a su manera,

en su mitad desamparada, sola,

y que quizás, lo hiriente de su punta

(oculta en la pared), aún ayer,

no había terminado de clavarse.

 

 

EQUIPO DE LIMPIEZA

 

Respiramos las calles a deshoras

por donde todo y nada se asemeja

a lo que duerme o calla.

Centramos la manguera en la rutina

-la escoba que se esmere en lo invisible-,

mezclamos los escrúpulos con culpa

y un olor a lejía desinfecta

el sitio que pisamos.

Unos trozos de pizza, unos cristales,

algunos excrementos, unos ojos

con signos de sospecha …

Eso es lo de menos, poco importa

qué material o qué sitios se limpian,

qué urgencia latente nos delata

al pie de la farola. Bien parece

que tenga algo que ver con la conciencia

recoger los defectos y las sobras.

 

Quizás todo pecado sepa a poco,

quizás nos falte noche para tanto,

lo mismo no nos llega

con esconder el miedo

debajo de la alfombra.

 

Lo que no se nombra sí que existe:

sus razones se pegan en la piel

y dejan una mancha de silencio

que no desaparece.

 

 

QUE SUCEDA EL AGUA

 

El éxito consiste en el hacerse cargo.

Encalar las paredes con esmero,

sustituir los arriates que estén rotos

y trasplantar las flores a su norma.

Regar los maceteros con paciencia,

que toda agua suceda sin ser tiempo.

Podar algunas ramas por si acaso,

recoger los pétalos caídos,

reparar con saliva

los días de hojas secas.

Retirar los insectos que floten en la fuente…

Meterlo todo en bolsas de basura

y cavar en el hueso si es preciso.

Que no queme ninguna cicatriz,

que todo se parezca a recién hecho.

Engañarnos de vida poco a poco.

 

Mantener alejadas del parterre

las últimas preguntas.

 

ENTREVISTA REALIZADA POR JAVIER GILABERT
Granada, 1973. Maestro avemariano, es autor de PoeAmario (2017), En los Estantes (2019), Sonetos para el fin del mundo conocido (2021) junto con Diego Medina Poveda, Bajo el signo del Cazador (2021) junto con Fernando Jaén, Todavía el asombro (2023). Copromotor, antólogo, coeditor y periodista cultural.

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