ESPAÑA EN SORDINA

SINCERIDAD DEL CABALLERO OLVIDADO

Fue en algún templo de España, ya no recuerdo dónde.

La Historia está también en ese caballero que se duerme en lo bajo de una columnilla. Porque está cansado o porque quiere soñar. Porque está harto de tanta retórica y prefiere meterse en sus sueños.

Porque es un descanso entre dos batallas y prefiere meterse en su propia mente.

Y acordarse de los amaneceres junto a su mujer o de como despiertan los niños. O de cómo miró a una dama a la que nunca pudo hablar. Y la Historia mejor de España está en esos momentos en sordina. Muy bien lo supo ver Azorín.

O se está inclinando sobre el caballo y quiere decirle algo al caballo. Al caballo que representa su dinamismo y todavía su capacidad de cabalgar. O quiere escuchar algo del caballo, oír como resopla en algún momento. Ese caballo que tiene el cuerpo muy grande pero pequeña la cabeza.

Quizás porque así pretende oír mejor, o porque pretende oír España con todo el cuerpo. Al revés de lo que hacen los sesudos pedantes.

Tal vez ese caballo sea la conexión del caballero con el mundo. Entre tantas consignas, entre tantos simplismos.

Quizá el caballo sea su sinceridad,  su regreso a la vida por debajo de las frases. España también necesitó a sus escritores callados por debajo de las soflamas de sus dirigentes.  La Historia también está en las esquinas, en ese caballero agotado o con asombro. Que quiere cabalgar en sueños, con un poco de libertad.

Me quedé mirando a ese caballero al que nadie miraba, en una esquina de una columnilla en un edificio. Y porque nadie lo miraba decidió ser sincero consigo mismo en un momento esquinado.

ANTONIO COSTA GÓMEZ

FOTO: CONSUELO DE ARCO