Jondo. Del primer llanto, del primer beso

Por Elizabeth Salvatierra /

Cuerpos, músculos en sintonía de la pasión y muy cuidada creatividad coreográfica, es lo que se desprende del escenario donde la danza flamenca contemporánea se mezcla con versos del poeta granadino más controvertido, Lorca; en un fondo musical que toma como base el cante jondo, estilo que está presente en los más destacados cantantes andaluces, en una era musical donde prevalece la fusión, el cante jondo continúa siendo el pilar indestructible del flamenco moderno y la danza contemporánea es la novia perfecta para admirar este espectáculo que atrae e hipnotiza.

“Después la voz se detiene para dar paso a un silencio impresionante y medido; y la seguiriya se pierde, se escapa de las manos, la vemos alejarse hacia un punto de pasión perfecta, donde el alma más dionisíaca no logra desembarcar”.

Con estos versos se inicia Jondo, los mismos versos que Lorca recitó para inaugurar el Primer Concurso de Cante Jondo que se realizó en Granada, en 1922.  Los bailarines salen a escenario al unísono, en un solo cuerpo, mostrando la unidad coreográfica al sonido de la guitarra flamenca, se desprenden uno a uno a merced de los solos de los propios instrumentos que acompañan, el trombón con la única luz en el escenario o la percusión a cargo de la batería dando un sonido más profundo y metálico, el zapateo acompañado del pandero cuadrado forrado de piel, va imitado el latido de un corazón acelerado que la propia obra mantiene vivo en las cinco partes que la componen.

Los colores, rojo, blanco, negro, van guiando al espectador en los cinco cuadros que mezclan esta estructura literaria de Lorca con la dramaturgia y la coreografía flamenca: la primera Rosita, de la obra “Doña Rosita la soltera”;  la segunda Perlimplin, de “Amor de Don Perlimplin con Belisa en su jardín”; la tercera Mariana Pineda, de la obra del mismo nombre; la cuarta, Adela, de “La casa de Bernarda Alba” y la última, El Director.  Una premisa importante que ha inspirado este espectáculo de dos horas, que lleva ya dos temporadas, y cada vez se muestra más consolidada, con nuevas atracciones visuales y totalmente hipnótica. 

Cada uno de los protagonistas tiene su momento en el escenario, pero es Eduardo Guerrero, bailaor y coreógrafo, quien va uniendo los elementos significativos para que el personaje tenga esa carga emocional que mantiene al público expectante, es él quien también se encarga tanto del prólogo y epílogo de la pieza, una bulería y una soleá, ambas con una generosidad en la danza que hace al flamenco, místico. Eduardo ha cumplido la promesa que se hizo a sí mismo, al pasar mil veces por la Gran Vía, de subirse al escenario con la interpretación más vanguardista del flamenco.  

El estreno de Jondo, tuvo a Carmen Linares como artista invitada, cantó el poema de Lorca “La Granadina”, entre otros tres temas que dieron a la obra un aire natural, familiar, un conjunto de tradición que evoca a esa puerta andaluza que se abre a la innovación de la danza y la música contemporánea enraizado al cante jondo y a los sentimientos universales que van del primer llanto del desamor, al primer beso del amor más sincero, como evoca el titulo de esta obra que mantiene el misterio como lo hizo el propio Lorca con sus versos, uno de ellos se añade en el monólogo de cierre de “Doña Rosita la soltera”; tan hondo, tan jondo en expresión andaluza.

“Quiero ser una mujer más pero esto me persigue y me muerde, me muerde como un lobo que muerde por última vez”.  

@elizabethslvtrr

JONDO. Del primer llanto, del primer beso

  • Artista Invitada: Carmen Linares
  • Bailarín principal y coreografías flamencas: Eduardo Guerrero  
  • Dirección Artística y Dramaturgia:  Triana Lorite
  • Dirección: Sharon Fridman

Teatro EDP Gran Vía 

  • Del 21 de agosto al 1 de septiembre

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