Feliz recuerdo de Gena Rowlands en Opening Night

Horacio Otheguy Riveira.

John Cassavetes fue un brillante actor y un director de cine y teatro muy creativo que contó con la permanente colaboración de su musa y esposa, capaz de dar fuerza, color e incluso razón de ser a muchas de las mujeres-personajes que ideó, no sólo en sus películas, sino en obras de teatro de las que tal vez la familia (sus hijos, con el director Nick Cassavetes a la cabeza) atesore, porque solían producirse por ellos mismos en hangares, garajes y su propia vivienda.

Mientras John bebía y fumaba incansablemente, hasta morir a los 59 años, Gena se mantenía muy alejada de esas actividades, largas juergas entre amigos; tan profesional como independiente, acaba de fallecer con 94 años.

Pero se recreó en el papel de una primera actriz alcoholizada hasta límites insospechados, la que protagonizó Opening Night, -Noche de estreno- 1977, la única película del repertorio familiar volcada en el teatro, pues sucede en un ambiente de ensayos, cercana ya la fecha de estreno hasta el propio estreno que en realidad la mayoría de sus integrantes creen que no se producirá, dado que su protagonista desaparece en un complejo ataque de pánico por un dramático hecho fortuito sucedido en la calle del teatro.

El alcohol es su compañero en todo momento, mientras recorre encuentros con conocidos y desconocidos, un antiguo amante, y sobre todo sus propios fantasmas. En tanto ella deambula por lugares lejanos, la producción espera, dudando si volverá, y desde luego si se producirá la tan ansiada Noche de estreno, que no cuenta con una suplente.

 

 

 

 

La creación de Gena Rowlands adquiere matices fascinantes en casi dos horas y media de metraje. Con numerosos trabajos admirables en películas junto a su marido y con otros directores, Opening Night le permite la creación de una antología de mujeres sin dejar de ser ella misma, pues juega la apasionante carta de los mil rostros del teatro que una noche de excesos de alcohol y desesperación permite aflorar con una naturalidad pasmosa hasta dar con un final inesperado, en escena con el propio Cassavetes de partenaire. La actriz de ficción completamente borracha se repone en cuanto toca el escenario y hay que ver para creer cómo se produce este fenómeno que Rowlands explicó con la sencillez que le caracterizaba: “Se hizo, y se hace tantas noches… con recursos que tenemos los actores. Pero sí debo decir que me inspiré en una señora actriz que llegó a escena en mucho peor estado que mi personaje, y que no más llegar al teatro no podía mantenerse en pie, pero entre varios la llevaron al camerino, la asearon, maquillaron, vistieron para la representación y salió a escena recordando absolutamente todo: texto y marcaciones de puesta en escena hasta al gran final donde recibe larga ovación. Inmediatamente después se derrumbó y durmió unas 24 horas continuas”.

Con o sin alcohol, el talento de una extraordinaria actriz cuyas películas rinden tributo a un cine independiente de gran calidad, sumamente conmovedor e ingenioso en tramas únicas, partícipe estelar de una excepcional filmografía.

 

Myrtle Gordon es una actriz de Broadway que se mete demasiado a fondo en la piel de sus personajes, con lo que eso supone de desgaste personal. Está ensayando una obra en la que encarna a una mujer que se niega a admitir que está envejeciendo. Tras ser testigo de la trágica muerte de una de sus fieles seguidoras, tendrá que enfrentarse al laberinto en que se ha convertido su vida personal y profesional.

 

 

 

Se puede ver en FILMIN: https://www.justwatch.com/es/pelicula/opening-night

 

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