«Prima Facie»: maestría en la creación de un duro testimonio femenino

Horacio Otheguy Riveira.

Hay palabras que se van quemando con el uso abusivo de los medios de comunicación. Una verbalización que, de boca en boca, siembra inquietud hasta despeñarse en la indiferencia: abusos sexuales, violación, feminismo, consentimiento… De todas ellas hay en esta obra teatral buena muestra: de la veracidad de los términos y del uso interesado por una cultura masculina basada irremisiblemente en el poder de ciertas erecciones sin relación alguna con elementales nociones de ética, de respeto por mujeres convertidas en mero objeto de deseo. Esta es la clave de un conflicto desarrollado con forma de monólogo en una puesta en escena tan rica en matices que cuanto pueda haber de lugares comunes, de referencias muy leídas o muy vistas cinematográficamente, trascienden a través de numerosas situaciones por las cuales una actriz excepcional como Vicky Luengo (Mi película italiana, El idiota, El Golem) entra y sale de seres opuestos en el interior-exterior de una misma mujer; al principio una gran abogada penalista, hábil conocedora de todos los trucos para defender presuntos criminales y destruir argumentos de víctimas de abusos sexuales, feliz en los encuentros íntimos con un compañero; y luego víctima de una violación, atropellada por un encantador seductor al encontrarla inesperadamente vulnerable, sin ánimo de tener sexo, ni posibilidad física de defensa.

Risas, sonrisas, flirteo, diversión y llantos amargos ante el terrorífico estado de prisionera de un monstruo que minutos antes era un fantástico amante.

 

 

La función se desarrolla en un espacio de índole quirúrgica donde se abren en canal las perversiones legalizadas del mundo en que vivimos.  (Foto: Pablo Lorente)

 

 

 

La voracidad con que se transforma un tipo de toda confianza se da en escena con gran estilo de la dramaturga autraliana Suzie Miller, a tal punto que lo convierte en un personaje vivo —como en la fascinante tradición escénica de los personajes ausentes, aquellos de los que se habla sin que aparezcan—, y va desvelando poco a poco los entresijos de un clasismo esencial que, en esta relación, hombre-mujer, se ejemplifica con el irresistible deseo de entrar en el cuerpo de una desvalida que horas atrás había sido un ser de vigoroso encanto con y sin la toga de seda de los tribunales.

Prima Facie (en Derecho: a primera vista, sin que ello prejuzgue la totalidad de un caso) es un título ambiguo en el resultado final de la pieza, genera dudas, opciones de interpretación jurídica en un momento muy caldeado en nuestro país, y gran parte del mundo, que en este teatro no se simplifica, se expone con lujo de detalles, mientras la protagonista se aferra a un par de amigos fieles y a su madre, limpiadora de oficinas, viuda y muy cariñosa con un hijo mayor alcohólico y vago, arquetipo del mundo elementalmente machista de esa clase baja, al parecer tan o más misógino en la alta.

Con el arte mayor de un gran texto, el espectáculo de las alegrías y desdichas de una joven soltera violada por quien después de ser demandado le dice: «lamento haberte incomodado», se presenta en un ambiente escénico de aire quirúrgico para que nada ni nadie pueda alterar la representación de quien empieza hablando de sí misma como «pura sangre» en cualquier tribunal donde le toque actuar, y luego desciende a infiernos impensados, arrastrada por la humillación de una mujer desprovista de artilugios legales que, al denunciar al violador olvida las múltiples trampas judiciales en que se ha de meter.

 

 

 

 

 

Vertiginosa y cuestionadora, agotó todas sus entradas en el West End de Londres, ahora batiendo los mismos récords en Broadway. Este estreno en España, también a sala llena, cuenta con un equipo óptimo de profesionales, entre los cuales destaca el director peruano Juan Carlos Fisher en una puesta en escena que consolida cada instante de la genial creación de la actriz, junto a un diseño de iluminación de Ion Aníbal López que interpreta admirablemente los distintos ámbitos por donde transcurre la acción, y una sobrecogedora participación de Lua Quiroga Paul en el vestuario y la escenografía.

 

Un personaje se enfrenta a aquello en lo que más cree para encontrar justicia, para sacar del camino eso que no nos permite ver y conocer la verdad. PRIMA FACIE es un monólogo arriesgado lleno de teatralidad y posibilidades artísticas, con una construcción dramática inteligente, divertida y conmovedora. Pero es también profundamente cuestionadora. Y es, sobre todo, un grito necesario frente a la naturalización de una conducta que atraviesa a la sociedad de manera estructural. Escrito por la australiana Suzie Miller, PRIMA FACIE es un detonador que nos obliga a replantear cómo debería funcionar este mundo. Un mundo que está construido para que no todos seamos iguales en libertad, derechos y posibilidades. Juan Carlos Fisher.

 

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NOTA AL MARGEN: existe un antecedente muy valioso del teatro inglés, que en España gozó de un montaje producido por el Centro Dramático Nacional, dirigido por Magüi Mira: Consentimiento, de Nina Raine. Otra mujer que vio con dolorosa claridad la manipulación jurídica de una sociedad patriarcal.

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Texto: Suzie Miller
Reparto: Vicky Luengo
Dirección: Juan Carlos Fisher
Traducción y adaptación: Juan Carlos Fisher y Rómulo Assereto
Música y espacio sonoro: Luis Miguel Cobo
Iluminación: Ion Aníbal López
Escenografía y vestuario: Lua Quiroga Paul
Ayudante de dirección: Rómulo Assereto
Videoescena: Emilio Valenzuela
Comunicación: Ángel Galán
Fotografía y diseño gráfico: Javier Naval
Fotografía en escena: Omar Antuña
Jefe de producción: Carlos Montalvo
Producción ejecutiva: Olvido Orovio
Dirección de producción: Ana Jelín
Distribución: Producciones Teatrales Contemporáneas S.L.

Una producción de: Producciones Abu, Morris Gilbert – Mejor Teatro, Gosua, Teatro Picadero, TIDI, Hause-Richman Producciones

TEATRO INFANTA ISABEL. DEL 28 DE AGOSTO AL 8 DE SEPTIEMBRE 2024