ESPAÑA EN SORDINA

CHOPIN EN GALICIA

 

 

Hace poco Consuelo de Arco hizo una exposición en el Centro Gallego de Salamanca titulada “Chopin en Galicia”.

Las fotos como notas de Chopin hablan  de musitar en voz baja, de Meira y las piedras vacías donde nace el Miño, al monasterio del que solo quedan unos jirones, habla de Lugo y sus chimeneas, de las pizarras y las lajas tiradas en los montes, del lacón sobre la barra de madera.

Del humo y las historias socarronas de los abuelos, de las tumbas de Fornas como dos amantes que quisieron dormir juntos en la misma piedra y pusieron dos cabezas en un solo cuerpo, de fantasmas que dan vueltas sobre las eras, de caballos invisibles de Cunqueiro que a veces se hacen visibles.

De los cantares de ciego que se oían en el camino de Santiago, de las coplas sobre crímenes que se vendían en las fiestas, de la lluvia incesante sobre el granito, del fuego en el centro de las pallozas en los Ancares, de la ermita en el monte Faro,  de un niño que juega al churro- media- manga- manga- entera.

De las historias de aparecidos,  de un tesoro enterrado en Mondoñedo,  de las princesas moras que esperan durante siglos en las rocas de Furelos, del perfume del unto en las casas de aldea, de los indianos que venían de América y construían casas fantásticas.

Del olor a sardinas que se queda en la ventana y le viene a la novia en la noche de bodas,  de pequeños asombros, de tristezas, de revelaciones al mirar los paisajes, de reflejos en el agua,  de los tejados bailando sobre el río, del rostro temblando de los muchachos en las verbenas de aldea.

De los ojos que miran el agua esperando a los muertos, del humo del cigarro que se refleja en las ondas bajo los chopos, el moverse de las nubes en la superficie de los riachuelos, de los niños que se miran sin cesar en el agua, del hombre en domingo que se pasa la tarde en el puente de Belesar mirando el agua, de  las bodegas, de  los barcos que parecen pinturas en las Rías Bajas.

 

ANTONIO COSTA GÓMEZ

FOTO: CONSUELO DE ARCO