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«El novio de España» o cómo sobrevivir al franquismo entre canciones

Horacio Otheguy Riveira.

Con los aciertos de la obra anterior, En tierra extraña, y sin ninguna de sus melodramáticas torpezas, El novio de España se convierte en una pieza redonda, allanando el camino del fin de una trilogía que vivirá en episodios de la Transición. De momento, con notable fidelidad a personajes y acontecimientos de los años 50, Juan Carlos Rubio ennoblece varios aspectos demasiado cuestionados sobre aquellos duros tiempos de la posguerra española, bajo mandato de un caudillo de opereta, género que el tenor Luis Mariano llevó a la gloria en Francia y en el cine español. Aquí tiene pareja en otro actor-cantante y disfruta de la compañía de una bellísima Carmen Sevilla de tan solo 22 años y ya con mucha trayectoria.

Son estrellas adoradas en el mundo de habla hispana por exiliados y afines al régimen, pues en ambos sectores hallaban en su atractivo personal y sus encantadores musicales, un lugar parecido al paraíso que todos fantaseaban tras la terrible guerra civil: un edén donde toda pasión sexual o fraternal fuera posible sin miedo a represiones cotidianas, fusilamientos tras el paredón de algún cementerio, cuando no la humillación permanente de no ser libre. Personajes vulnerables que sobreviven a la dictadura como si fueran conversos árabes o judíos de tiempos lejanos: simulando una negociada sumisión al régimen, mientras sus cuerpos y mentes circulan por caminos de potente marginalidad.

Este mensaje tiene mucha fuerza en la dramaturgia de esta función muy bien pergeñada de coreografías y canciones, situaciones de comedia andaluza con su diálogo chispeante que se cruza felizmente con el melodrama de padres en un exilio que ansía quebrarse. Y si todo funciona de maravilla en el feliz triángulo amistoso de Philip, Luis Mariano y Carmen… el talento del autor-director aumenta en muchos grados —siempre con la acertada dirección musical de Julio Awad— cuando entra en escena una antigua cupletista con «braguetazo» de aristócrata convertida en marquesa, la pieza crece notablemente. Ansiosa por saborear el seductor cuerpo de la joven artista, y reina del trapicheo institucional, chantaje incorporado con donaire, Carmen Morales entra en escena con un gran personaje que ella se ocupa de llevarlo a lo más alto, no solo en momentos de cuplé o de ensueño erótico, sino sobre todo cuando se pone seria y junto a Christian Escuredo canta una muy conmovedora versión del tango Volver, el clásico de Gardel y Le Pera, adaptado a sus registros por el maestro Awad de manera magistral:

… Tengo miedo del encuentro
Con el pasado que vuelve
A enfrentarse con mi vida
Tengo miedo de las noches
Que pobladas de recuerdos
Encadenan mi soñar

Unos y otros coronan de gloria la evolución de Juan Carlos Rubio, un hombre de teatro de gran flexibilidad que en diciembre estrenará Una madre de película, con Toni Acosta. Bulle en él una intensa vida escénica con ribetes de testimonio histórico, que en este Novio de España compone un musical español que afronta penares y alegrías con sitio para crear una divertida sátira sobre aquel dictador, fantoche de la gran burguesía nacional.

 

Una gran pareja con la que soñaron millones de espectadores, a cargo de dos intérpretes estupendos. (Foto: Javier Naval).

 

Uno de los cuadros más impactantes, en el que Christian Escuredo y Dídac Flores interpretan el célebre dúo romántico de El manojo de rosas, adaptado a dos hombres enamorados en versión musical de Julio Awad para dos cantantes-bailarines de gran lucimiento. (Foto: Antonio Castro).

 

Mucho tiempo alejada de los escenarios por propia decisión, Carmen Morales reaparece con un dominio escénico total, de comedia, picaresca, runrún erótico y canción de gran calado. (Foto: Antonio Castro).

 

Un equipo extraordinario para dar cuerpo y alma a la dignidad de los supervivientes en tiempos difíciles. De izquierda a derecha: Christian Escuredo, Dídac Flores, Juan Carlos Rubio, Carmen Raigón, Julio Awad, Carmen Morales. (Foto: Antonio Castro)

 

Christian Escuredo: Luis Mariano
Carmen Raigón: Carmen Sevilla
Dídac Flores: Felip
Carmen Morales: Rosalía, marquesa de Cangas
Chema Noci: Voz NO-DO

Autor y director: Juan Carlos Rubio
Director musical y compositor: Julio Awad
Asesor: Rubén Olmo
Ayudante de dirección: Isabel Romero de León
Escenógrafos: Leticia Gañán y Curt Allen Wilmer (estudio DeDos)
Diseñador de iluminación: José Manuel Guerra
Diseño de sonido: Fran Gude
Figurinista: Guadalupe Valero Sanz
Diseño de caracterización: Chema Noci
Fotógrafo y diseñador gráfico: Javier Naval
Prensa y comunicación: María Díaz
Diseño y confección de la bata de cola: Francisco Alegre y David Espejo
Confección de vestuario: Gabriel Besa
Jefe técnico: Carlos Barahona
Gerencia: Clara López Galán
Asistente de producción: Enmanuel de Martino
Realizador de dosier y programa de mano: Luis Miguel Serrano (La Alegría Producciones)
Distribución: Xabier Aguirre (Txalo)

Una producción de Txalo, Olympia Metropolitana y Pentación Espectáculos.

TEATRO LA LATINA. HASTA EL 28 DE JULIO 2024

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