“Von Lustig”: sátira sobre el arte de estafar… a los peores

Horacio Otheguy Riveira.

¿Hechos reales que movilicen conciencias, de asombro en asombro? ¿Este “divino” conde existió realmente o solo vive en un teatro “absurdo” como arquetipo de un ejército de estafadores que domina el mundo de la gente de a pie, trabajadores de sol a sol?

Jugad, apostad a lo grande sin miedo a la frustración porque desde el comienzo sabemos que el personaje, falso aristócrata, ha muerto en una cárcel de Estados Unidos en la segunda posguerra mundial, ya que lo que de verdad nos interesa, broma va broma viene, es lo que el caballero centroeuropeo fue capaz de vivir-engañar-triunfar a lo largo de su vida, en gran parte junto a una mujer arrebatadora, para la que el sexo es un juego casi infantil y el pecado de la existencia un desfile de disfraces, casi todos masculinos…

 

 

Un tiovivo satírico de la Compañía  Los Absurdos Teatro, escrito por su actor-dramaturgo por excelencia, Alfonso Mendiguchía, en cohabitación delirante de su inseparable actriz-todo-terreno Patricia Estremera, en esta ocasión dirigidos por una fantástica actriz, Natalia Hernández, dueña de una irónica o descacharrante o trágica, según convenga, capacidad de ser en escena. Entre todos ponen en pie una función que ha recibido varios galardones y sobre todo el principalísimo aplauso del público en los ambientes más variados: un plan de cómicos de la legua que llegan para contarnos, cruzando episodios y disfraces, algunas aventuras, propias del arte de estafar a toda clase de codiciosos, banqueros y mafiosos, damas y meretrices, funcionarios o policías… y allí, en vivo, los intérpretes narran de cara, juegan al teatro dentro del teatro, con un poco de todo: cine mudo, melodrama con bonitas canciones, cabaret de aquí te espero morena, y a través del humor más descosido y aparentemente absurdo, el discurrir de un tiempo lejano que ahora mismo —sin necesidad de mencionarlo en escena— nos estalla en las narices, bien nutrido de trampas jurídicas, vociferado retorno fascista, y el dinero llenando las arcas de una minoría recalcitrante.

Von Lustig, el hombre que vendió la Torre Eiffel, es muchas cosas: epopeya ridícula, absurda, divertida y desasosegante como revelación de una sucesión de estafas de nunca acabar… aunque el seudoconde se haya ido del planeta hace mucho, mucho tiempo. Una invención teatral con mucho talento, cuya guasa permanente no es, ni más ni menos, que un modo de ver la cabaretera existencia de ser y padecer en el mundo… Todo a merced de lo que la imaginación del público se permita a sí mismo para ver más allá de las apariencias, de la realidad y lo soñado…

 

Primavera de 1925. En una suite del elegante hotel Crillon de París se cierra la mayor estafa conocida del siglo XX. ¡Un hombre es capaz de vender la torre Eiffel! El 11 de marzo de 1947, ese mismo hombre muere por una neumonía hipostática en el centro médico para prisioneros federales del condado de Greene, Misuri, Estados Unidos. Ha sido trasladado allí desde su celda en la prisión de máxima seguridad de Alcatraz. Su alias más conocido, el conde Von Lustig. Kikí, una meretriz ingeniosa, estafadora e iniciadora de Víctor en toda clase de artes desde su llegada a París siendo un pipiolo, nos da la bienvenida a la función y nos presenta al conde para, entre los dos, desgranar las andanzas más audaces que sumieron a Víctor en un carrusel vital tan increíble como cierto… O tal vez no.

 

 

 

 

Y además la publicación del texto, de manera que cada espectador reinvente la obra según su propia idea de puesta en escena, página a página, o descubra por primera vez la insólita aventura de un gran estafador que resulta un héroe de guerra sin un solo gesto violento, excepto la propia violencia, tan silenciosa como estrepitosa, del salvaje mercadeo capitalista:

 

Espléndida publicación de Ediciones Antígona.

 

Dramaturgia: Alfonso Mendiguchía
Dirección: Natalia Hernández
Elenco: Patricia Estremera y Alfonso Mendiguchía
Diseño de iluminación: Víctor Mones y Suh-Güein
Diseño de vestuario: Reme Gómez
Diseño de escenografía: Natalia Hernández y Víctor Mones
Coreografía: Ricardo Santana
Realización de escenografía: Readest
Cartelería e identidad visual: Javier Díez
Producción: Los Absurdos Teatro y Teatro Liceo Salamanca

Espectáculo presenciado el 22 de julio 2024 en el Teatro Lara: última función en esta sala.

Una gira absurda minada de aplausos hacia finales 2024:

  • 10 AGOSTO. Festival Escenarios Patrimonio. Castillo de Frías. Burgos.
  • 22 AGOSTO. XXXII Semana Cultural de Sonseca. Toledo.
  • 17 OCTUBRE. Sevilla Fest. Sevilla.
  • 18 OCTUBRE. Sevilla Fest. Sevilla.
  •  24 OCTUBRE. Teatro Principal. Palencia.
  •  31 OCTUBRE. La Cabrera. Madrid.
  •  8 NOVIEMBRE. Almazán. Soria.
  •  9 NOVIEMBRE. Villares de la Reina. Salamanca.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *