Gira europea de Autopoiética: el “laotong” que hermana los talentos de Mon Laferte y Alba Reche

Por: Mariano Velasco / Fotos: Silvia Peydró

Existía en la antigua China una ceremonia llamada laotong (alma gemela) – lo cuenta deliciosamente bien la escritora Lisa See en la delicada y bellísima novela “El abanico de seda” – que consistía en la unión o hermanamiento de dos mujeres entre las que se creaba un vínculo de por vida, y que en el fondo bien podría considerarse como una manera de escapar de la esclavitud a la que les sometía el matrimonio, como un modelo de empoderamiento, reivindicación y superación ante las penurias y el desprecio con que la mujer era tratada en las tradicionales sociedades orientales de entonces, donde el único objetivo del matrimonio era el
de engendrar hijos varones.

No sé yo cuánto habrá de hermanamiento “patolavida” en la colaboración que acaba de anunciar la cantante chilenomexicana Mon Laferte para la gira que se viene por Europa, en la que tendrá como invitada nada menos que a la ilicitana Alba Reche, ni cuánto habrá entre ellas de “almas gemelas”, pero seguro que aunque se trate de dos artistas que no hayan colaborado antes, les unen un montón de detalles que no van a pasar, no pueden pasar, desapercibidos. Bien que lo vamos a poder comprobar durante este Autopoiética Tour Europe, que da comenzó el 6 de julio en Santiago de Compostela y finaliza en Valencia el 29 de julio, pero que pasa por Berlín, París, Amsterdam, Londres, Zurich, Estocolmo, Fuengirola, Barcelona, Madrid y Huesca.

Detalles que, además de la calidad y similitudes de sus propuestas artísticas y de que ambas sean creadoras multidisciplinarias, tienen también mucho que ver con la postura reivindicativa y el compromiso que ambas mantienen por bandera. Porque ambas son – tal vez esta sea una percepción muy personal, pero así lo creo – de esas artistas a la que gusta escuchar no solo encima de un escenario, que ya es como pa’ volverse loco, sino también lejos de focos y decibelios, donde dicen lo que dicen con convicción, con total y absoluta libertad y con una tranquilizadora coherencia. Pues imagínate si van y se juntan en plan hermanas.

Huida de etiquetas y de encasillamiento, una propuesta estética muy personal y bien definida y una clara y decidida búsqueda de libertad e independencia a la hora de componer son etiquetas… (perdón, etiquetas ni de coña, que hemos dicho que no) … son características que distinguen a ambas dos cantautoras. Así lo viene demostrando la autora de la inolvidable “Tu falta de querer” desde los comienzos de su carrera, queda patente en toda su obra y subrayado especialmente en su más reciente trabajo, el inclasificable Autopoiética. E independencia es precisamente lo que se le acaba de reconocer a Alba Reche recientemente – una apuesta artística que lleva defendiendo desde aquel sorprendente primer disco llamado Quimera – con los tres galardones obtenidos en la última edición de los Premios de la Música Independiente, en lo que a buen seguro va a seguir insistiendo (la mano pongo en el fuego y no me achicharro) en su esperadísimo cuarto disco, que verá la luz después del verano.

Otro compromiso que les toca a ambas es su decidido envite por buscar y requetebuscar en la tradición y en las raíces para obtener nuevos y originales frutos, algo que hace a estas artistas grandes, diferentes y, sobre todo, la mar de creíbles. Bien lo ha demostrado Alba al bucear en el folclore gallego, en la tradición valenciana y al no dejar de experimentar con nuevos sonidos, ritmos y percusiones, sobre todo en sus dos colaboraciones que ha firmado con Baiuca (“Diamante” y “La Mare”). Y qué decir de los acercamientos de Laferte a ritmos tradicionales latinoamericanos como la ranchera (“Que se sepa nuestro amor”) o a la cumbia (“Cumbia para olvidar”), o de la absolutamente disparatada y atrevida mezcla de culturas, creencias y religiones que es “Tenochtitlan”.

Y si se trata de particularidades vocales, resulta fácil rememorar a bote pronto la personalísima voz de Laferte a dúo con la de Drexler en “Asilo” con aquella desgarradora guitarra de fondo (“como si verte desnuda no me aturdiera tan sistemáticamente”). Como es inevitable imaginar a Alba una y otra vez encarnando la ternura y la melancolía propias de su placentera dicción en esa joya que es “Niña” o en el más reciente “Como si no importara” (“tus manos me soltaron con la fuerza de quien quiere dejar de formar parte de mi”).

Se puede definir la autopoiesis que da título al disco de Laferte y a la gira que ahora comienza (no me voy a tirar el pisto, no tenía ni idea de lo que era y lo acabo de buscar en Google) como la capacidad que tiene un sistema para reproducirse y mantener su estabilidad por sí mismo. La autopoiesis, por lo tanto, viene a ser la clave de la existencia de los seres vivos, la determinación de aprender y de reinventarse una y otra vez, cualidad esta de la que también demuestran ir sobradas ambas artistas. Dicho de un modo menos científico, las ganas de tirar p’alante… como los de Alicante (apostillaría Alba Reche desde su Elche natal haciéndole los coros a la chilena). Ya en El árbol y el bosque de Rozalén encontrábamos a una Laferte muy “en plan laotong” en aquella divertidísima y reivindicativa “Amiga mía” (“Amiga mía, qué suerte tenerte, los amores van y vienen pero lo nuestro es para siempre”), sentimiento que le va a resultar muy fácil repetir, no me cabe ninguna duda, junto a un perfil tan encantador como el de Alba Reche.

Lo veremos en este Autopoiética Tour Europe en el que vamos a poder comprobar la calidad y la autenticidad de dos artistas excelentes, que juntando sus cálidas,
personales y deliciosas voces van a mostrar al público de siete países cómo se hace eso de bordar la emoción y el sentimiento artístico – así lo escribiría la mismísima Lisa See – sobre abanicos de seda.

Mon Laferte
Autopoiética Tour Europe
Invitada especial: Alba Reche