La verdad es siempre poca

 

Curiosa ciencia esta de la Filosofía, que en nuestros días pretende estudiar el movimiento de las ideas en lugar de estudiar el movimiento de capitales.

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La Filosofía tiene, respecto de las ciencias positivas, esta virtud: que mientras el conocimiento de la ecuación de segundo grado o el principio de Arquímedes o el uso de un instrumento (de una moto, por ejemplo) nos deja como si nada hubiera pasado en lo que respecta al comportamiento con nosotros mismos y con los demás, el conocimiento de Platón o de Nietzsche supone una revolución en nosotros para los demás. Es así que, mientras que la ciencia no actúa sobre la barbarie humana, sino que la potencia dotándola de técnica -y no estoy pensando sólo en una ametralladora o un dron-, la filosofía puede cuestionarla al menos.

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Por esto, a pesar de que se diga que la filosofía no es rigurosa (que si el hombre es bueno por naturaleza, que si es malo…), la utilidad de la filosofía es, precisamente, que se equivoca tanto que puede afirmar cualquier cosa: es decir, su libertad, tan necesaria. Y gracias le sean dadas a Dios por no ser rigurosa: Si estuviera constreñida como lo está la ciencia y su rigor, ¿cómo podría haber descubierto las ideas de libertad o de derechos humanos frente a la mecánica y “dictadura” de la Naturaleza…? Únicamente porque es libre, su pensamiento puede ser revolucionario. Así, sólo la Filosofía puede cambiar la vida, puede cambiar la sociedad. (…Esta es la razón, y dicho sea entre paréntesis, por la que ahora se trata de conseguir que no se quiera la Filosofía en ningún sitio, especialmente en los planes de estudios).

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No se me oculta, sin embargo, que gracias a estas fantasías y errores de la filosofía, de sus extravagancias y abusos en el uso de las palabras y conceptos que no existen en la Naturaleza (que si la dignidad, que si la justicia…), se llegó a ideas tales como, por ejemplo la idea de igualdad (principio de la democracia y demás ideales de ahora); etc.

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Con ello, un sistema filosófico -y hasta cierto punto un sistema científico- se constituye esencialmente en una convicción con la que actuar o resistir.

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Y así, con la Filosofía se ha conseguido el mayor milagro de la Historia de esta especie humana: que quienes tienen las espadas, los fusiles, las metralletas y los tanques obedezcan a la voluntad popular y no a su voluntad propia. Es, pues, una suerte sobrevenida que en una civilización como la nuestra haya cristalizado esta arte de las ideas que es la Filosofía, gracias a la cual se descubrieron los valores de equidad de derechos ante la ley y de libertad, estableciéndose como principios. Dicho en forma de pregunta: ¿qué habría pasado si esta sociedad, con el potencial científico y destructivo que tiene, hubiera carecido de estos valores filosóficos y del ideario a que dan lugar…? Para que luego digan que la Filosofía no sirve para nada…

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Advertido queda, pues: si usted no se pone a pensar por su cuenta, si usted no filosofa, si no es filósofo, me temo que entonces usted es simplemente útil: un útil.

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… Sea como fuere, la verdad es siempre poca. Y porque siempre es poca, es necesaria y posible la Filosofía.