Antonio Fernández Fernández: “Busco ahondar en la belleza de la melancolía”

Antonio Fernández Fernández, natural de Carmona (Sevilla, 1973). Publicó su primer poemario, Versos rotos, en 2016. Fue unos años antes cuando Antonio comenzó a adentrarse en el mundo de las letras, casi por casualidad, descubriendo una pasión hasta entonces desconocida, la poesía, al que seguiría Mientras las hormigas duermen (2018) y en este año que cursa llegó El reflejo de los charcos de la mano de Ediciones En Huida.

En 2019 obtuvo el primer premio en el XXIII Certamen de poesía “José María de los Santos” de El Viso del Alcor (Sevilla) y en 2023 fue finalista del I Certamen Nacional de poesía “Huellas de Cobre” de Minas de Riotinto (Huelva). Hoy nos acompaña para darnos su Primera Impresión sobre El reflejo de los charcos.

 

Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?

Antonio Fernández Fernández: Si le soy sincero fueron varios los motivos, pero el principal del por qué me decidí a publicar de nuevo fueron las ganas de ver una vez más a mis poemas impresos “en la piel del árbol”, como yo le llamo. Otro motivo era ver mi evolución en la escritura de mis versos, no soy un autor prolífico, no le puedo dedicar todo el tiempo que quisiera a escribir, pero si disfruto haciéndolo y me encanta seguir aprendiendo de la poesía principalmente y de la escritura en general, y este libro es un paso más en mi aprendizaje.

¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?

La verdad es que llevaba ya un tiempo rondando por mi cabeza la idea de un tercer libro. Habían transcurrido ya casi cinco años desde mi última publicación y tenía en el cajón un buen número de poemas que sentía que debían ver la luz. Solo quedaba cuadrarlos en el libro, estructurar bien su composición y mandarlos a una editorial. Y este es el resultado, un libro del que estoy muy satisfecho.

¿Qué pistas o claves te gustaría dar a l@s posibles lector@s?

El reflejo de los charcos es un libro en el que principalmente busco ahondar en la belleza de la melancolía en todos sus ámbitos. Intento sacar todo lo positivo que se puede recoger de los recuerdos, del paso del tiempo sobre nosotros, del amor y desamor, principalmente. Es un cancionero amoroso, como bien dice Jesús Cárdenas en el prólogo. Es sin duda mi mejor libro, el más completo. Así lo veo yo, pero son los lectores quienes deben decirlo.

¿Qué efecto esperas que tenga en ell@s?

Solo quiero que lo disfruten leyendo tanto como yo he disfrutado escribiendo cada uno de sus poemas. Quiero que hagan suyos mis versos, si consigo eso, que cada persona que lo lea se identifique con cualquier parte de él, seré feliz, pues no hay mayor satisfacción —por lo menos para un servidor—que su trabajo sea reconocido y disfrutado por el actor principal de su obra, que no es otro que el público, en este caso los lectores.

¿Qué importancia tiene la estructura o la disposición de los poemas en este libro? ¿Fue algo deliberado o más intuitivo durante el proceso de creación?

Fue más intuitivo durante el proceso de creación. Cierto es que la mayoría de ellos de alguna forma u otra mantienen cierta relación, como ya dije anteriormente este libro busca la belleza de los recuerdos y el amor en la mayoría de sus páginas, pero también tienen su espacio otra clase de temas más sociales que también van reflejados en mi poesía. La poesía fluye, deliberada o intuitivamente, como un venero adherido a mi pluma y a la que intento dar el mejor acomodo posible entre mis páginas.

Este libro dice mucho de mi persona.

¿En qué medida veremos en él —o no— al Antonio Fernández de tus anteriores obras?

Veremos a un Antonio Fernández mucho más maduro que en sus anteriores publicaciones. Un peldaño más en mi poesía, veremos mi iniciación en el mundo del haiku, donde seis de estos poemas repartidos por parejas abren los tres apartados del libro. En resumen, este libro dice mucho de mi persona, de cómo veo y siento la poesía. Es un trabajo de muchas horas dedicadas a completar un conjunto de poemas con los que podrán ver mi evolución y con los que disfruté mucho. Merece mucho la pena el tiempo invertido en él y mi satisfacción es completa.

Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de El reflejo de los charcos, ¿cuáles serían?

Aquí si me lo pones muy difícil porque son muchos mis favoritos y seguramente si mañana me hacen la misma pregunta escogería otros distintos, pero si tengo que escoger tres, el primero sería el último poema del libro “Me gustas tú” ese poema es muy especial pues es el que le dedico a mi mujer y además sirve de nexo entre los tres poemarios, ya que todos ellos incluyen un poema a ella y con el mismo título. Si el día de mañana escribiera otro también lo llevaría. El segundo es “Todo lo que perdí”; este poema es el más vanguardista de todos, en un principio llevaba una cita del maestro Ángel González, pero vi que era muy larga y surgió la idea de intercalar los versos de la cita con los míos del poema dejando un resultado muy bueno, es un poema que me encanta. Y por último el tercero sería “Cuestión de ser” uno de los poemas más extensos del libro y retrata muy bien lo que quiero expresar de él, engloba entre sus versos todo lo que siento y quiero expresar con mi poesía. Pero lo dicho, si mañana me volvieses a preguntar seguro que cambiaría; bueno, el primero de estos tres no, ese estará siempre en mis favoritos.

No me atrevo a llamarme poeta.

¿Supone este poemario un punto de inflexión en tu producción como poeta? ¿Y a partir de ahora, qué?

No, este libro lo que supone es un paso más en mi evolución como poeta, aunque esa palabra me viene muy grande, siempre lo he dicho y lo diré. Es tal mi respeto por la poesía que no me atrevo a llamarme poeta, si amante de su escritura. La poesía es mi manera de expresarme y de reflejar mis sentimientos a través de la tinta y el papel. ¿Qué pasará el día de mañana? No sé, no me veo cambiando de género literario, aunque nunca se sabe. Las musas mandan.

Por último, como lector, ¿de quién te gustaría conocer su “Primera impresión”?

Pues tengo en mente la lectura de Cómo vencer al ruido de Jesús Aparicio González, un autor de Guadalajara del que tengo muy buenas referencias y su último libro, nombrado anteriormente, salió a finales del pasado año con muy buena crítica.

 

****

Tres poemas de El reflejo de los charcos

 

ME GUSTAS TÚ

 

Me gustas tú

y ver como amanece

en tus ojos cada mañana.

En ellos veo derramarse la luz

que da paso al mundo de color

que me envuelve con tu compañía.

 

Me gusta ver tu imagen atrapada en el espejo,

cuando el vaho que lo empaña

comienza a despedirse

desglosando, poco a poco,

los fragmentos de la belleza de tu figura.

 

Me gustas tú

y el olvido al que sometemos al silencio

cuando conversamos.

 

Me gustas como la gota de lluvia

que desciende transida

por los afluentes del río que dibuja tu contorno.

 

Me gustas tanto

que quisiera embriagarme de ti

y beberte todos los días de mi vida.

 

 

TODO LO QUE PERDÍ

 

Esta noche, Ángel González no dijo nada,

pero dejó escrito estos versos

en mi memoria.

Pero hoy,

cuando es la luz del alba

como la espuma sucia

de un día anticipadamente inútil.

 

Justamente hoy cuando la noche me quema,

como queman las plumas de un pájaro en llamas

que se posa sobre los hombros desnudos

del árbol en invierno.

 

Pero es julio,

el ocaso no me enseña el brillo de sus estrellas

abortando cualquier intento de mirar al infinito

de un cielo que, alguna vez que otra,

han recorrido mis ojos.

 

Somos aves de paso sin paraíso,

 

imágenes oníricas de una realidad pasajera,

versos de un poema ya leído.

 

A lo lejos

la silueta firme del horizonte

me acompaña con la luz de su destello,

sumergido en un hondo crepitar

que da vida a la noche,

como un chasquido que intenta dar calor

a la leña mojada.

 

Pobre de mí,

estoy aquí,

insomne, fatigado, velando

mis armas derrotadas,

en mi intento de ser fiel a la realidad retratada

en un firmamento,

del que me cuesta separarme

y canto

todo lo que perdí: y por lo que muero.

 

 

CUESTIÓN DE SER

 

        Morir es dormir… y tal vez soñar.  

William Shakespeare

 

 

Llevo en mis ojos el aciago color de la derrota,

su hedor hendido en mi pluma:

soy un pájaro vencido.

 

Como el silbido de la lengua bífida

que anuncia asesina el veneno,

fluye por mis oídos

la melodía interpretada

por el rechazo de los relojes,

ese tictac que aturde los sentidos,

un susurro que hurga en la llaga

de la piel delirante de melancolía.

 

Llevo en mis mejillas anclados

los restos de un naufragio,

madera mojada de un lagrimal encallado

 

en un arrecife de palabras viejas.

Sus olas llegan como un maremágnum

 

de páginas en blanco, peligrosas, vacías,

como la madrugada arrancada a golpes

de las yemas de mis dedos.

 

Es mi amistad fingida con la soledad

blanca y muda del papel,

un abrazo ambiguo, e innecesario

con la marea de tinta que muere

en la papelera de mis versos quebrados.

 

Disfrazo mi piel con harapos del día a día,

como un poema elegíaco

vertido por el precipicio de las aceras.

Hojas desnudas pisadas a diario

por las suelas de los zapatos de aquellos

que conducen su mísera existencia

por las oscuras alcantarillas del olvido.

 

Morir en vida es vivir sin sentido,

igual que ver a un poeta

 

dando vueltas en un tío vivo

(en un torrente de calamidades, dijo Hamlet),

como un asno amarrado a la noria

injusta de su existencia.

 

II

 

El furor primigenio quedó atrás,

flor prematura, naturaleza débil

de un corazón asido a la tinta

derramada en la poesía.

 

Uno termina por pagar el precio

de la luz robada a principios de su otoño,

abrigo inmaduro, desnudez caduca,

pensamientos que adornan de ocre

las hojas de los cuadernos.

 

Esta soledad nunca se la llevará el viento,

quedará anclada como el reflejo del dolor

que perdura en unos ojos presos

entre el polvo, el olvido,

y sus circunstancias…

 

ENTREVISTA REALIZADA POR JAVIER GILABERT
Granada, 1973. Maestro avemariano, es autor de PoeAmario (2017), En los Estantes (2019), Sonetos para el fin del mundo conocido (2021) junto con Diego Medina Poveda, Bajo el signo del Cazador (2021) junto con Fernando Jaén, Todavía el asombro (2023). Copromotor, antólogo, coeditor y periodista cultural.

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