‘La seducción’, de Sara Torres

ANTONIO JORGE MEROÑO CAMPILLO.

No sabría decir hasta qué punto el matrimonio clásico heterosexual, la sociedad patriarcal y todos los elementos sociales en los que nos hemos criado los boomers y nuestros padres (nuestros abuelos tengo para mí que disfrutaron en su juventud un período de gran libertad durante los años de la II República)siguen vigentes o están cuestionados por los millenials. Ni sé tampoco decir si los millenials se proponen cambiar algo, si son revolucionarios o acomodaticios. Todas esas cuestiones se me plantean al leer la espléndida “La seducción“, de Sara Torres, la novela más inteligente que he leído en mucho tiempo. La autora tiene 32 años, es millenial, inteligente, guapa y no binaria, y ha sabido con este libro explorar como nadie los territorios del deseo, del deseo femenino homosexual. Si Gil de Biedma decía que un cuerpo es el mejor amigo del  hombre, para nuestro caso lo sería de una mujer. Y eso es atrevido, pues en esta novela una fotógrafa de 32 años es invitada por una escritora de 50 a pasar unos días en su masía de la costa catalana. Y por parte de la más joven no tarda en aparecer hacia la más madura un deseo irreprimible que la lleva a masturbarse, descentrarse, obsesionarse, estar todo el día pendiente de una anfitriona que la trata amablemente pero con distancia, sin parecer querer plegarse a esos requiebros que ella tampoco se decide a hacer.

En teoría tiene que  hacer unas fotos para la novela de su objeto de deseo, pero ellas pasan los días en la playa, en los restaurantes del pueblo, en el mercado, en el cine, en conciertos. No tarda en aparecer una tercera, Greta, amiga de la escritora, y las tres emprenden un corto viaje. La fotógrafa no hace más que leves maniobras de aproximación hacia su amada, en una tímida estrategia de seducción que cualquiera hemos  practicado y sufrido a lo largo de la vida, con el miedo al rechazo, al vacío, a un jarro de agua fría, ese jarro del rechazo que tanto tememos todos cuando amamos sin estar seguros de los sentimientos de la otra parte. La escritora al fin se va unos días de viaje y se quedan solos la fotógrafa y Greta, que sí llegan a tener relaciones. Y los párrafos dedicados al erotismo son de una explosividad que  no por sutil e inteligente dejan de ser atrevidos, incluso para hoy.

Sabemos en este excelente libro, ya al final, por la notas de la escritora, que ella también desea a su anfitriona, pero piensa que es ella, debido a su juventud, quien debe ser más descarada y dar el paso.

Este maravillosos estudio de la seducción y el deseo describe una sociedad en la que a muchos nos gustaría vivir, donde fuese más fácil amar y ser amado, donde todos nos quisiéramos y nos abrazáramos y nos dejáramos llevar por el vértigo de la existencia. El otro día la autora confesaba en radio tres que tiene 32 años pero podría estar con una mujer de 50, 60 0 70. A quien esto suscribe le gustaría que las opiniones y los deseos de Sara Torres fuesen comunes entre la gente de su edad, e incluso entre la de la mía. Disfruten de la lectura, y de la vida